Sensacional editorial. La metáfora de la lluvia fina es magnífica. Ese es el gran problema. La población ha interiorizado como propios unos derechos inexistentes. Europa se viene abajo sin remedio, unos a un ritmo más rápido, otros cuentan con un capital trabajado desde hace muchos años y podrán aguantar mejor la tormenta.
Lo que no puede ser es que la gente se piense que las cosas son gratis, porque no ven la factura. Pero también es cierto que el nivel del "estado del bienestar" depende no solamente de la riqueza creada y los impuestos que de ella se devenguen, sino también de una buena escala de prioridades. Y aquí es donde se halla la corrupción del Estado, en su mayor expresión. "Cojo de aquí y te quito de allá". Y la gente no se quiere enterar, hasta que es demasiado tarde.
Genial este editorial, se puede decir más alto pero no más claro.
Coincido al 100%.
Creo que para no inducir a error -como en una primera lectura a mí me ha ocurrido-la palabra socialista, en el titular y en el texto, debería venir entrecomillada, aunque el editorialista, en el texto, se ha preocupado de precisar "venga del partido que venga". Lo dicho viene a cuento de mi perplejidad ante algunos de los derechos de los españoles que recoge nuestra Constitución -en concreto, al de una vivienda digna-. La perplejidad se centra en cuál sería el pleno significado de la palabra derecho en ese contexto. Acaso, si eso fuera posible en un texto semi-sagrado, en él la palabra derecho también debería venir entrecomillada. Con el mismo tipo de reservas, podemos ir subiendo el listón y llegar a la Declaración Universal de Los Derechos del Hombre y otras honorables utopías. Sí creo en que los ciudadanos en un Estado tienen un derecho -sin entrecomillar-: el de no ser expulsados o excluidos del sistema socio-económico, por razones de la propia rigidez del sistema, sino que es el propio sistema el que debe flexibilizarse para que eso no ocurra. La democracia debería servir para eso.
En la republica, habia un dicho muy popular que decia:pasa más hambre que un maestro de escuela.
Durante el Franquismo,los funcionarios eran pocos y estaban muy mal pagados;ya que no se pagaban casi impuestos,y el personal tenia poco de donde quitarle.
Con la llegada del Felipismo,todo cambio radicalmente;se creo una nueva casta funcionarial muy bien pagada y adicta al regimen(que continuo y se incremento con Aznar;y no digamos con ZP)y a la que todos querian y quieren pertenecer.
Esa nueva casta de 3,2 millones,ha vivido(y todabia vive) muy bien(al menos hasta ahora),gracias al expolio y la inacción del resto de la ciudadania.
Pero la crisis economica,que tambien tiene aspectos positivos,a puesto claramente en evidencia,algo que mucha gente habia olvidado;a saber:que para que los funcionarios (y jubilados y parados) reciban su salario,.....antes,tiene que haber "alguien" ,que primero genere riqueza y pague impuestos.
Pues los colectivos mencionados,se habian llegado a creer(y actuaban en consecuencia) que sus prestaciones economicas ,eran tal que dadivas del Gobierno de turno ,al que evidentemente, se sentian sumamente "agradecidos"(voto cautivo);y al que cada vez exigian más y más,sin tener en cuenta en ningun momento,el origen aludido.
Cuando los ingresos son menores que los gastos,en una primera fase se recurre a la deuda,para que parezca que todo sigue igual.
En una segunda fase,se congelan los gastos(salarios,subsidios y pensiones);pero al final,como ahora le pasa a Grecia,habra que "bajar" los aludidos y acomodarlos a los ingresos.
Es decir,parece que se cierra el circulo y volvemos al franquismo funcionarial.
¿Aprenderemos la lección?Me temo que nó.
A mi me importaría un comino lo que les ocurra a los derrochadores griegos, la verdad. Son la cigarra del cuento. Cantaron tanto que ha venido el invierno y los ha pillado en mitad del baile sin un puto duro y con muchas deudas.
Lo que me preocupa más es que en España tenemos ese mismo tejido social, esa mayoría de gente que cree que el Estado "me tiene que dar..."
sin saber que el dinero se genera por las empresas y los impuestos a los particulares.
Aquí nos vemos con huelgas generales en breve, y en el filo de la navaja de la quiebra o el estallido social.
REconocer que uno es pobre no gusta a nadie, y cuando es una nación, a veces se prefiere el suicidio colectivo, como los Lemings, que se tiran todos por un barranco cuando la población aumenta mucho en un área.
Pavororo espejo este de Grecia, en el que vemos nuestra propia imagen en breve.