A Rubalcaca le pasa lo que a aquél que iba tan ufano y estirado, andando por la calle porque ignoraba que se le veía el culo por un agujero en el trasero de su pantalón. Creía ser objeto de admiración porque comprobaba que quienes le rebasaban se le quedaban mirando, lo cual le daba ánimos para seguir sacando pecho, hasta que en un escaparate con espejo, vio que por detrás de su pantalón le caía un colgajo de tela que descubría sus nalgas. El único disimulo que le podía tapar sus vergüenzas era sujetar con una mano la tela colgante; tal postura le impedía seguir erguido, seguro y orgulloso.
Rubalcaca, es un personaje siniestro que más pronto que tarde pagará sus delitos.
RuGALcaba es nuestro 'rasputín' castizo.
Se ve arrugao al calvo.