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El fracaso matrimonial

Si ampliamos el número de rupturas al de las parejas no casadas y sus separaciones, la crisis resulta bastante más amplia. El divorcio es seguramente un mal inevitable, pero su masividad no tiene por qué serlo e indica mucho sobre la salud social.

ulpiano dijo el día 16 de Noviembre de 2011 a las 16:15:

Querría precisar una errata que se ha deslizado en el siguiente texto "Bajo el franquismo existía la separación, pero el divorcio solo era posible previa apostasía del catolicismo, cosa que muy pocos hacían".

En España nunca exisitó el divorcio hasta la Ley republicana de 1932, derogada expresamente por una Ley (de la España de Franco) de 1938; por lo tanto durante el franquismo no exisitó el divorcio para nadie, ni siquiera los que apostataban del catolicismo.

La apostasía sí que tuvo ciertos efectos en cuanto a la posibilidad de contraer matrimonio civil (tan indisoluble como el canónico). La Ley de matrimonio civil obligatorio de 1870 (fruto de la constitución revolucionaria de 1869) no reconocía efectos al matrimonio canónico ni a ningún otro que no fuera el matrimonio civil regulado por el Estado, pero fue considerada demasiado radical, de modo que el Código Civil de 1889 (en un régimen más conservador) estableció dos tipos de matrimonio: el matrimonio canónico para quienes profesaran la religión católica y el civil para los demás. Lo que sucedió en pleno franquismo, mediante una orden de 10 de marzo de 1941, fue interpretar que "profesar la religión católica" equivalía a simplemente "estar bautizado"; por lo tanto los bautizados no podían elegir contraer el matrimonio civil. De ahí que para poder acogerse al mismo se dieran algunos casos de apostasía formal.

P.D.: La precisión que hago es técnica y no afecta para nada al fondo del asunto, cuyas ideas generales comparto.

punt dijo el día 14 de Noviembre de 2011 a las 18:58:

Dato relevante que se me quedó en el tintero:

"Veo ahora que D. Pio ha puesto [en su blog] los puntos sobre las íes..."

Un saludo.

curtin dijo el día 14 de Noviembre de 2011 a las 18:22:

Reconozcamos ya que Occidente está en decadencia en todos los planos: económico, moral, político...

punt dijo el día 14 de Noviembre de 2011 a las 17:45:

Veo ahora que D. Pio ha puesto los puntos sobre las íes respecto a la absurda y aberrante parrafada feminazi que por aquí se había depuesto.

Completamente de acuerdo con sus precisiones, así como con la certera calificación del feminazismo como agente "corrosivo" (mucho mejor que el término "tóxico" que usaba yo)

Un saludo.

punt dijo el día 14 de Noviembre de 2011 a las 14:07:

Es triste leer algún comentario que no hace sino repetir sílaba a sílaba los dogmas del ideario progre-feminazi, y lo más triste no es que lo repita (cosa que puede hacer perfectamente un loro) sino que probablemente hasta se cree lo que repite.

Enlazando el certero artículo de D. Pio con algún otro anterior, debo mencionar que el fracaso matrimonial proviene en gran medida:

1.- Del infantilismo manifiesto de muchos hombres y mujeres que acceden al matrimonio desconociendo lo que es, desconociendo a lo que obliga e impulsados, no por un amor sólido que abraza tanto lo bueno como lo malo del otro y que aspira a trascender la pareja por medio de la descendencia, sino por un enamoramiento intenso, pero fugaz y efímero, fundado en la atracción por lo bueno y el rechazo a lo malo que haya en el otro (a quien se instrumentaliza como objeto para la propia satisfacción), frágil vínculo que se derrumba a las primeras de cambio (normalmente, cuando los botarates en cuestión se ven obligados a abrir los ojos a esa realidad que voluntariamente ignoraban cuando se casaron) y que, además, al estar cerrado a nada que no sea la pareja en sí misma, sucumbe ante la llegada de los hijos, a los que percibe como intrusos.

2.- De la profunda crisis de valores que hace que muchos actúen sin ninguna perspectiva de futuro (mirando sólo el presente) y sobre todo sin valorar ni respetar, entre otras, a la institución matrimonial (que abyectos gobernantes han derruido hasta dejarla en una mera caricatura de lo que fue).

¿Y eso se aplaude como un "avance"? Sí. Los lerdos aplauden con las orejas a quienes fracasan en su proyecto vital, alabando lo progresista que es ser demostradamente inútil, inmaduro, egoísta y traidor (o "inútil, inmadura, egoísta y traidora", cosa que se da incluso más frecuentemente que lo anterior gracias a una legislación inicua, cosa que es obligado aclarar para los progres mentecatos que puedan estar leyendo, sectarios ellos). Y, consecuentemente, esa legión borreguil también reprocha su desfasada actitud a quienes demuestren ser gente "valiosa, madura, comprometida y fiel" en su matrimonio.

En fin, vivimos en una sociedad enferma donde los gérmenes patógenos aplauden el progreso de la enfermedad mientras reprochan al sistema inmunitario su defensa de la salud social.

Creo que en esta descripción quedan retratados unos y otros. Y a quien le pique, que se rasque.

Un saludo.

jorgegvr dijo el día 13 de Noviembre de 2011 a las 09:53:

Hoy en día los varones españoles tenemos más derechos e igualdad ante la ley con un contrato de servicio de telefonía móvil que con el contrato matrimonial.
Sinceramente, que me digan a los 8-10 años "Es que se acabó el amor" con una o dos criaturas y una hipoteca, acojona. Más si encima eres hijo de padres divorciados (años 80) y lo has vivido en tus carnes.

Nota.- Suele ser la frase más utilizada, según vivencias comentadas por más de dos decenas de "protagonistas" que conozco. Incluso me recomiendan no cometer sus mismos errores. Y muchos de los que todavía siguen casados ya me han comentado como ha derivado la relación.

catlo dijo el día 12 de Noviembre de 2011 a las 21:26:


Alguien en el blog dice: "¿Le parece a usted un signo de histeria la manifestación de repudio ante las víctimas de la violencia doméstica? Esta violencia y otros de diversa índole tienen origen en el machismo."

La agresión física o psicológica dentro de ámbitos familiares, o equiparables a ellos, no se puede achacar simplemente al machismo sino a la incapacidad para transformar los impulsos más primarios -e inevitables ante la emergencia de conflictos- en procesos civilizatorios y comprensivos, es decir ante la ausencia de amor la pulsión destructiva campa a sus anchas.
Y las víctimas son hombres mujeres, niños y ancianos.
Se puede manifestar repudio a ese tipo de agresiones, pero no conviene simplificar ideológicamente un asunto tan complejo como es el de la falta de formas para encauzar la agresividad y transformarla en compasión por ejemplo.
El problema de fondo es que al destruir los fundamentos de la civilización, la locura y la agresividad desatada queda fuera de control en los ámbitos de tipo familiar.
El machismo parece servir para todo y sin embargo no explica nada.

danago dijo el día 12 de Noviembre de 2011 a las 21:02:

La institución del matrimonio es común a todas las culturas y civilizaciones. Nos admira en el mundo animal cuando ambos progenitores asisten por igual al cuidado y crecimiento de la prole. Cuando se dice que una pareja se guarda fidelidad de por vida entre los irracionales nos parece que han ascendido un peldaño en la evolución. En todos los países, incluso los que están fuera de la órbita de influencia cristiana, se cuida el matrimonio en la legislación. La aceptación del divorcio siempre fue a regañadientes. Una ruptura afectiva siempre se ve con pena, incluso a nivel de noviazgo. Lo más normal es alegrarse de una boda, aunque los contrayentes nos sean desconocidos. La mujer puede realizarse de mil maneras, pero la más alta y maravillosa es siendo madre. La palabra más significativa para cualquiera de nosotros. Y eso es lo normal en el matrimonio.
Si la naturaleza nos ha hecho sexuados es para continuar la vida, lo cual significa que el estado natural de los adultos sea estar casados, y ojalá una sola vez. Las excepciones no pueden ser norma. Sino excepciones.
Tiene razón Moa. Tanto divorcio indica poca salud colectiva. Hubo siglos en que millones de matrimonios de más o menos conveniencia salían bien, y los casados acababan amándose y cerrándole los ojos uno a otro en el momento de morir. Qué hermoso.

jlh dijo el día 12 de Noviembre de 2011 a las 18:21:

Zgzna, lo más significativo de tu comentario es la frase: “Hay estudios sobre eso”. Evidencia una tendencia muy de moda actualmente que es la de sustituir la fe en Dios por la fe en la pseudociencia, en los seres superiores que nos dicen lo que es bueno o malo. No te hace falta citar qué estudios son esos, quien los ha hecho, por qué tienen credibilidad. Todo eso da igual. Basta con decir “hay estudios sobre eso” para que creas que “eso” es cierto. Bueno, pues no, “eso”, no es cierto. Por muchos “estudios sobre eso” que haya, o que te hayan contado que hay.

jlh dijo el día 12 de Noviembre de 2011 a las 18:04:

Imprescindible, tanto el artículo, como la serie dedicada a la salud social. Tal vez estos artículos sean los únicos que se escriben en España que reflejen la realidad actual de España tal y como es. Puede sonar exagerado, pero es que la aceptación de lo políticamente correcto impuesto por los medios socialistas es tan generalizada que hay muchos temas de los que sólo Don Pío es capaz de dar una versión distinta a la impuesta.

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