Estoy de acuerdo con José García Domínguez, por vivir en Barcelona y también, por conocer, con menos causa, las andanzas de muchas sotanas, que más que sotanas, las conocidas esas, son más sábanas y algunas mantas.
El tal Blázquez es católico, menos mal, porque de cristiano, poco tiene o nada, ya que en vez de recoger desparrama.
Pasando de la anécdota a la categoría: ¿qué hacer con los que piden un catolicismo "a la carta"?. Porque arrojarles "a las tinieblas exteriores" no parece muy cristiano, digo yo. Dicho esto, tampoco me parece muy oportuno que la Vice acepte la presidencia del acto "en la catedral" (jurisdiccón del Obispo). Ardo en deseos por saber cómo se expresa: ¿dirá aquello de hacer lo que os digo y no lo que yo hago?
Su artículo es, en verdad, execrable en las tres acepciones del DRAE, Sr. Dominguez; no repetiré comentarios anteriores que ya le ponen a usted en su sitio.
Sin problemas sobre los ataques a Monseñor Blazquez, usted sabe que no le va a responder; a él le bastan las Bienaventuranzas de Su Maestro. Por mi parte, mi sincero respeto, reverencia y fraternal aprecio, monseñor; le acompaño en su oración por quien así le ataca, "...como nosotros perdonamos a los que nos ofenden".
Me voy a ir a la otra parte: ¿Qué tiene que decir esta ciudadana sobre la Pasión de Cristo? ¿Tiene alguna remota idea sobre el tema? Probablemente la misma que el Sr. Alcalde que tan aduladora como inadecuadamente la elige; me temo que para él -lo mismo que para ella- la Semana Santa es un mero acto folclórico... Luego, eso sí, asistirá a las procesiones con cara de institucional circunstancia.
Si tan coherentes son los obispos y dignatarios de la Iglesia, ¿por qué no niegan la presencia en los templos a tantos conocidos prohombres
que de forma pública y notoria incumplen los mandamientos? O sea, que una señora casada por lo civil es una concubina, pero no pasa nada si el Tribunal de la Rota anula un matrimonio, aunque sea con tres hijos. Son unos hipócritas.
Bravo, C. José
para los bocazas, ¿porque "el tal blazquez" ni ninguno de su recua ha protestado cuando un "tal banderas" ha dicho el pregon de Semana Santa en Andalucia?....
ah porque es de izquierdas y astor famoso aunque arrejuntado con una divorciada.
si esque se os ve el plumero sociata como a los loros.
Concedo que monseñor Blazquez, que es una bellisima persona, padece de una timidez patologica que le impide ser un buen obispo, pero los argumentos "ad hominem" estan aqui fuera de lugar.Don Ricardo hizo lo que pudo en Bilbao, rodeado de chacales y buitres que lo despreciaban, y condeno con extrema dureza el terrorismo.Sufrio la incomprension y la displicencia sin una sola queja.Por lo que se refiere al asunto del pregon, no hay que ser muy inteligente para pedirles coherencia a los demas: del mismo modo que seria ilogico que el discurso de un entrenador del Barcelona fuese un elogio del Real Madrid, lo es tambien que el pregon de una fiesta religiosa catolica sea encargado a una señora que de eso tiene tanto como tenia Stalin de carmelita descalzo, es decir, nada, pues vive con un señor con el que no esta casada por la Iglesia y, segun las normas de esta, en concubinato.
A mí también me parece lamentable el artículo. No sé lo que haría monseñor Blázquez en Bilbao con los etarras, ni siquiera viene a cuento traerlo aquí. Ahora ha hecho lo que tenía que hacer: en la catedral manda él, y a ningún católico nos gusta que dé el pregón una señora que se salta a la torera los sacramentos; es una falta total de coherencia. Si quiere el alcalde que sea doña Soraya quien pregone la Semana Santa, que lo haga desde el Ayuntamiento.
pues a mí me parece un artículo lamentable
Y es lástima porque el señor García Domínguez suele publicar artículos muy buenos.
Para empezar, "un tal Blázquez" fue el remoquete con el que aquella hiena que respondía por Arzallus después de abandonar el convento, estigmatizó al obispo por "no ser de akí".
Lamento que desde el otro lado de la cloaca nacionalista alguien use la misma letra escarlata. Así, el pobre Blázquez recibe el mismo trato, aunque sólo sea en esto, por parte de los unos y de los otros.
Yo lamenté, más aún, sentí vergüenza ajena cuando el obispo recién nombrado para la diócesis de Bilbao hizo público su propósito de aprender batúa para mejor apacentar a su nuevo rebaño, con lo más parecido posible a su balido ancestral.
Me parece muy bien que cualquiera, obispo o no, decida aprender eusquera, por gusto, por afición a la filología o porque crea de verdad que esa lengua atesora algún placer intelectual en su aprendizaje. Pero aquella declaración, si no lo era, parecía una sumisión, y era demoledora para quienes tenían que soportar la imposición lingüística nacionalista.
Sin embargo, en el artículo del Sr. Domínguez está escrito con exceso de odio y displicencia.
Yo no creo que el sr. Obispo fuese indiferente ante el crimen, ni que dejase de cumplir su deber pastoral de execrarlo en toda ocasión.
Tampoco creo que "una representante electa de la Nación española" esté exenta de la censura eclesial, si es que tal censura se produjo, lo que parece dudoso.
Por qué el moderador de este foro consiente comentarios como los vertidos en budonat? Los consentiría de algunas de las plumas que escriben en este Digital.
Es tan díficil entender que el Sr. Obispo tiene derecho a elegir quien habla en la catedral, como un parroco a elegir a sus catequistas, tanto como ustedes de este periódico digital eligen a los colaboradores que creen más convenientes para seguir su linea editorial.

Budanat se pasa de la raya y media y da la impresión que sangra por sus propias heridas: es que no tienen otra explicación sus diatribas y exabruptos: en lo más que habrá creído es en la bruja Maruja.
Creo que en lo único que Blázquez ha fallado es en no haber prohibido semejante acto propagandístico organizado por el alcalde de Valladolid a mayor gloria de su jefa (da la impresión que en plan trepa), aprovechándose de los sentimientos de los católicos del lugar, si es que quedan; y aún está a tiempo de mandar a toda esta tropa a pregonar a la era de la tía Romualda. Y si llueve, mejor; así enfrían un poco tanto fervorín de polvorín ascensorista.