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Krugman se equivoca

Sin Berlín tirando del carro de la demanda, lo único que provocará la poda salarial aquí es una deflación de caballo. Un escenario atroz en el que todo el mundo verá aumentadas sus deudas como por arte de magia

jorcom dijo el día 2 de Febrero de 2012 a las 09:38:

José García, no entiendo porqué dices que Krugman se equivoca, ya que tus comentarios los firmaría el propio Krugman:
"Sin Berlín tirando del carro de la demanda, lo único que provocará la poda salarial aquí es una deflación de caballo. Un escenario atroz en el que todo el mundo verá aumentadas sus deudas como por arte de magia"
La verdad es que he alucinado con tus críticas porque lo que dices que Krugman no entiende es lo que está diciendo Krugman.
Además de decir casi exactamente tu frase de más arriba, ha explicado por activa y por pasiva que lo más fácil sería que Alemania gastara más y tuviera inflación para que la devaluación interna en los PIGS sea más fácil, ya que considera muy difícil que los salarios bajen ese 20% y si lo hacen será a costa de una gran recesión, etc.
Ver Pain in Spain (Enero de 2009):
http://krugman.blogs.nytimes.com/2009/01/19/the-pain-in-spain/" target="_blank">http://krugman.blogs.nytimes.com/2009/01/19/the-pa...
Y muchas cosas más, entre ellas que Alemania está eludiendo su responsabilidad (exactamente lo mismo que tu dices).
Repasa su blog:
http://krugman.blogs.nytimes.com/

Un cordial saludo

juancaro dijo el día 1 de Febrero de 2012 a las 21:09:

Coño, Pepe. Si hasta ahora y últimamente no has hecho otra cosa que seguir las tesis de Krugman. Sí, el tipo que es prueba evidente de la veracidad de esa afirmación de Einstein acerca de la infinitud de la estupidez humana, Premio Nobel mediante.

berdonio dijo el día 1 de Febrero de 2012 a las 18:00:

Respecto a la dichosa deflación (patrón oro), ¿hay algo más bonito y esperanzador que ver cómo todo se abarata? La deflación es una maravilla. Si el infierno es la inflación, lo contrario tiene que ser el cielo. Esquematicemos: inflación es a robo y política, como deflación es a justicia y libertad. ¿Que con la deflación todo el mundo atesoraría y nadie invertiría? Primero, atesorar es bueno, da el poder al consumidor y al inversor. Segundo, si las inversiones son serias y sensatas siempre resultarán más rentables que esperar a que los precios bajen por aumentos productivos consecuencia de inversiones exitosas. El hecho de que los beneficios del atesoramiento siempre vayan a remolque de las inversiones asegura el claro predominio de estas últimas.

Cuando las deudas se minoran por efecto de la inflación, nadie pone el grito en el cielo a pesar de que supone un evidente fraude por impago al acreedor. Pero si aumentan por la deflación, entonces sí. Un punto de vista de lo más equitativo. La solución de Perogrullo es actualizar las deudas a su valor real en cada momento. Problema zanjado.

berdonio dijo el día 1 de Febrero de 2012 a las 17:52:

Lo que es absolutamente falaz es esa imaginaria espiral virtuosa con la que Domínguez pretende levitar jalando del cordón de los zapatos. Nos asegura que la demanda crea trabajo y que éste a su vez genera más demanda, y vuelta a empezar. Qué bonito y qué sencillo: el Perpetuum mobile al fin descubierto. Pero no. El fatal error consiste en que no es la demanda lo que anima la laboriosidad, sino la confianza en que tales esfuerzos serán debidamente correspondidos, y mal podrán serlo cuando el sistema productivo es mucho más ruin y subdesarrollado de lo que la prodigalidad monetaria hace suponer. En otras palabras, nuestro dinero está sobrevalorado y si la inflación aún no ha llegado a precios es porque, con buen sentido, la mayoría o está ahorrando o devolviendo deudas. Si se aplican las recetas de desaforado gasto público que tanto porfía Domínguez o nuestros vecinos del norte deciden que ya es hora de cobrarse las deudas (comenzar a importar del sur), vamos a tener una estanflación de tres pares de narices. Semejante expolio anulará la imprescindible capitalización, libertad de mercado, eficiencia y prudencia necesarias para que el sistema productivo, por mucha demanda que haya, se desarrolle.


La artificial y política expansión crediticia que, lejos de estimular una actividad productiva sostenible, provocó una ilusión de sobreabundancia y riqueza inexistente causó a su vez una alocada euforia consumista; nos sobraba dinero para caprichos de nuevo rico. Eso espoleó sectores económicos no prioritarios que llegada la hora de la verdad deben ser liquidados o reducidos. No tiene sentido dedicar escasos recursos a lo superfluo cuando carecemos de lo más necesario o promisorio. Ahora es fundamental reajustar los factores productivos para satisfacer las necesidades de consumo e inversión más apremiantes. Hay que cerrar empresas deficitarias a mansalva, no fomentar despilfarros suicidas. Y si tuviéramos una economía libre, no tendríamos que preocuparnos por esos trabajadores liberados por el cierre de empresas ineficientes: enseguida encontrarían ocupación en otras más necesarias y rentables. EL PROBLEMA NO ES EL CIERRE DE EMPRESAS SINO LA ECONOMÍA SECUESTRADA POR POLÍTICOS Y SINDICATOS. El problema no es la ausencia de estímulos al sistema productivo, sino la permanente represión del mismo provocada por la intervención de los mercados.

cirdan dijo el día 1 de Febrero de 2012 a las 10:46:

hoy estoy cansado....paso de contestar a este pesado. HipsanoL estoy contigo, los keynesianos sin sueldo. Como minimo los catedraticos, premios nobel como el krugman etc. Gente que lleva estudiando economia toda al vida y al final en vez de ser cientificos son ideologos.....mejor inventarse excusas de porque Keynes no ha funcionado aqui que reconocer que quizas las soluciones sean otras.....

paserifo dijo el día 1 de Febrero de 2012 a las 10:01:

Perdone que le diga, don Anderhl, pero don Pepe nunca ha cometido la osadía de asegurar que lo que escribe es cierto o que cree en ello. Faltaría más.

HispanoL dijo el día 1 de Febrero de 2012 a las 01:26:

La deflación de caballo está ah, es un hecho.

Lo del charlatán americano tiene guasa: primero recomienda gastar, gastar y gastar, y ahora como el sistema ya no puede más recomienda no pagar. No dudo que los españoles perderemos mucho poder adquisitivo, pero es a estos keynesianos, charlatanes vulgares, a quienes hay que dejarlos los primeros sin sueldo.

Vulkan dijo el día 1 de Febrero de 2012 a las 01:20:

Lo que no nos cuenta Don José es qué quiere que les vendamos a los alemanes, aparte de naranjas y fresones de Lepe.
Al parecer pretende también que cuando una empresa alemana de tecnología punta nos vaya a vender alguno de sus productos salga la señora Merkel y se lo prohíba: "no venda a usted a los del sur porque eso empeora su balanza de pagos, y tampoco los vendan ustedes a ningún otro país, porque no hay que hacer la competencia a esas empresitas españolas que no son competitivas porque sus trabajadores cobran nada menos que mil euros (el colmo del despropósito en materia salarial)". En fin suena a chiste malo.
Estos problemas antes se resolvían con una devaluación. Ahora es imposible. Tan imposible como las pretendidas soluciones de D. José: que el Norte nos compre lo que no producimos y que, a su vez, ellos dejen de vender lo que con tanta calidad como eficiencia económica producen.
¿No será que lo que no puede en modo alguno ser es que tengamos en Europa una moneda única sin tener un gobierno común ni una lengua común?

KARATEKA dijo el día 1 de Febrero de 2012 a las 01:01:

Pues será verdad, no digo que no. ¿Que es la miopía solipsista? Ya debe ser mezquina con ese nombre. Pepe debe tener artículos como este en un cajón y los va sacando cuando se aburre. Otros hacen pajaritas de papel. Cada uno es por lo que le da.

anderhl dijo el día 31 de Enero de 2012 a las 23:13:

"Y al igual que todas las recetas sencillas, falaz."

Hombre Pepe, no se meta usted en líos, que pocas cosas hay más sencillas que sus "pepenomics": Gastar, gastar y gastar, en lo que sea...pero gastar.

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