Menú
Guillermo Domínguez

Adiós Múnich, adiós Pep

Admito que Guardiola no es santo mi devoción, pero no se puede negar que se trata del mejor entrenador de la historia del Barça ni todo lo que ha aportado al fútbol español, nutriendo a la selección de nuevos valores salidos de La Masía.

Por una vez, y sin que sirva de precedente, me veo en la tesitura de darle la razón a Valdano: el fútbol es un estado de ánimo. En el Bernabéu se pasó en cuestión de horas de las caras largas con la eliminación europea al "campeones, campeones" en la matiné dominical frente al Sevilla. Después de haber dicho adiós a la Copa de Europa en aquella fatídica tanda de penaltis –las chanzas sobre el penalti de Ramos continúan... ¡y lo que te rondaré, morena!–, el Real Madrid ya toca el trofeo de la Liga con las yemas de los dedos. Sólo una hecatombe que a estas alturas casi ningún mortal imagina lo impedirá. Tres puntos más, independientemente de lo que haga el Barça, necesitan los blancos para cantar el alirón. Pueden hacerlo el miércoles en ese territorio siempre hostil que es San Mamés. Si no, en Granada o en casa frente al Mallorca. Pero insisto en que la Liga, cuatro años después, volverá a ser blanca.

Cristiano Ronaldo ha querido que así sea. El portugués ha aparecido en tres partidos claves, cuando más lo necesitaba su equipo: Pamplona, el derbi del Vicente Calderón y el clásico del Camp Nou. Messi y él están por encima del resto. Cada uno lleva 43 goles y, cuando aún restan tres jornadas para el final, no es desdeñable que puedan llegar a la redonda y bonita cifra de cincuenta. Hace años se antojaba imposible que alguien pudiera superar el récord de Hugo Sánchez y Zarra de 38 tantos, pero aquí están estos dos fenómenos de la naturaleza para pulverizar todos los registros posibles.

La Liga es el único título que ganará el Real Madrid este curso después del fiasco vivido en la Champions. Y eso que los de Mourinho salieron como un tiro en el encuentro de vuelta ante el Bayern, con dos goles en un cuarto de hora, vislumbrando que la remontada era posible. Pero, como les ocurrió en la ida, les entró el canguelo y se vinieron abajo sin razón aparente. Me quedo con la sensación de que el Madrid es mejor equipo que el actual Bayern de Múnich, lejos de aquel conjunto –Kahn, Scholl, Effenberg, Elber, Sagnol, Kuffour, Lizarazu... – que provocaba auténtico pavor, y de que podría haberse llevado la eliminatoria a poco que hubiera apretado. Pero no lo ha demostrado a lo largo de los 210 minutos donde tenía que haberlo hecho, en el campo, y es el conjunto bávaro el que pasa, convirtiéndose en el primer equipo de la historia que juega la final en su campo con el formato actual de Liga de Campeones desde 1992.

Será la segunda finalísima para los alemanes en tres años después de la que perdieron en el Bernabéu frente al Inter de Mourinho en 2010. Contra todo pronóstico, lucharán por el título en el Allianz Arena frente al Chelsea, que ha protagonizado una sorpresa aún mayor al eliminar al Barcelona. Como en la ida en Stamford Bridge, Di Matteo también montó el autobús en el Camp Nou, elevando a los amarrateguis de turno a la categoría de técnicos ofensivos. El caso es que los azulgranas tuvieron mala suerte ante un rival con diez –considerable ejercicio de idiocia el de Terry agrediendo a Alexis, sin el balón en juego, y borrándose de la final– y marraron numerosas ocasiones, como un penalti de Messi que se estrelló en la madera, mientras que Torres llegó a tiempo a la fiesta blue que inició Ramires con un golazo que le puede valer el billete a la Eurocopa.

Ha sido ahora, una vez eliminado su equipo de la Liga de Campeones, cuando Guardiola ha dejado de marear al fin la perdiz –¡bajaron los ángeles del Cielo con sus doradas trompetas mientras se escuchaba el Aleluya de Haendel!–, rompiendo su silencio y haciendo pública su marcha del Barça. Pero me da en la nariz que no se trata de un adiós definitivo, sino que Pep volverá a sentarse en el banquillo del Camp Nou más temprano que tarde. Admito que el de Sampedor no es santo mi devoción, pero no se puede negar que se trata del mejor entrenador de la historia del Barça, entre otras cuestiones porque ha ganado trece de 18 títulos posibles –que serán catorce de 19 si superar al Athletic en la final de Copa del Rey el 25 de mayo–, ni todo lo que ha aportado al fútbol español, nutriendo a la selección de Vicente del Bosque de nuevos valores salidos de La Masía. Si lo de Pep parecía más o menos cantado, sorprendente es el nombre de su sucesor, un Tito Vilanova que apenas entraba en las quinielas. Apuesta así el club por la continuidad y por un hombre de la casa. Le salió bien el experimento a Laporta con Guardiola y puede que también a Rosell con Tito, quien afortunadamente ya ha dejado atrás su enfermedad.

No habrá final española en Múnich, pero siempre nos quedará Bucarest. Allí se encontrarán el Atlético de Madrid y Athletic de Bilbao el 9 de mayo con el trofeo de la Liga Europa en juego. Muy meritorio lo de los colchoneros, que aspiran a volver a ganar un título con el que ya se alzaron en 2010. Después del 4-2 de la ida, Adrián remató la faena en Mestalla, en un partido marcado por la lesión de Canales. La mala suerte se ceba con el joven jugador cántabro, que estará otros seis meses apartado de los terrenos de juego al volver a romperse el ligamento cruzado de la rodilla derecha, la misma lesión que lo tuvo apartado desde octubre. Un auténtico mazazo no sólo para el Valencia, sino para el fútbol español, que no podrá contar con uno de los futbolistas más talentosos en los Juegos Olímpicos de Londres. Y como a perro flaco todo son pulgas, el equipo de Unai Emery perdía el domingo contra el Málaga para complicarse aún más la tercera plaza, cerrando así una semana negra. Los levantinos llevan jugando con fuego toda la temporada y ya veremos si acaban en Champions.

El jueves, a la misma hora que el duelo de Mestalla, en San Mamés se escribía una nueva gesta con la victoria del Athletic ante el Sporting de Lisboa, con un gol decisivo de Llorente en el último minuto. Esta vez no se han clasificado los leones de Bielsa con la misma brillantez que frente al Manchester United o el Schalke, pero algún día habría que sufrir. En el Bocho quieren volver a sacar la gabarra después de casi tres décadas sin títulos y, este año sí, parecen estar cerca de conseguirlo.

Hablando del Schalke, Raúl se despedía el sábado del Veltins Arena en un emotivo homenaje, clasificando además a los suyos para la Liga de Campeones. "Gracias, Señor Raúl", le dijo el equipo minero al delantero español por estas dos temporadas. Sólo dos pero muy intensas. Las lágrimas del 7 sobre el césped eran las lágrimas del madridismo, la de los aficionados blancos que siguen preguntándose por qué Raúl no ha tenido en el Bernabéu una despedida como se merece. Ya podremos esperar hasta que San Juan baje el dedo para verlo...

Otro que se va, pero de Primera División, es el Racing de Santander, que certifica su defunción en Anoeta, mientras que otros históricos del fútbol español como el Sporting de Gijón y el Real Zaragoza se empeñan en tapar las bocas de quienes los daban por descendidos desde hace meses. Sus triunfos ante el Espanyol –la sospecha del tongo planea sobre Cornellá– y un Athletic que está en otros menesteres, respectivamente, les dan vida, metiendo de paso en el ajo a otros equipos que no han terminado de hacer los deberes como Rayo –qué manera la del Barça la de ensañarse con el pobre equipo madrileño–, Granada y Villarreal, que están condenados a sufrir hasta el final.

Sufrieron también, pero en la tierra batida de Barcelona, Rafa Nadal y David Ferrer, regalando a los aficionados una de las mejores finales que se recuerdan. Como dijo el mediático juez de silla Carlos Bernardes, bien podría tratarse de la final de un Grand Slam. Ojalá así sea en un Roland Garros que está a la vuelta de la esquina. El caso es que ganó el manacorense después de más de dos horas y media de lucha titánica, apuntándose su séptimo título en el Trofeo Godó y convirtiéndose en el primer jugador de la historia que consigue ganar dos torneos en siete o más ocasiones –el otro es el Masters 1000 de Montecarlo con ocho títulos consecutivos–. La leyenda de Rafa se agiganta y puede que ni usted ni yo veamos a otro tenista español como él. O tal vez sí...

La fiesta motera de Jerez tuvo su broche de oro el domingo con el triunfo de Casey Stoner, que por fin ha acabado con su maldición en el mágico circuito andaluz al imponerse por delante de Jorge Lorenzo y Pedrosa. Sorprendente fue la victoria del imberbe italiano Romano Fenati, ganando su primera carrera y situándose líder del Mundial de Moto3 con sólo 16 años, mientras que Pol Espargaró protagonizaba la única victoria española en el trazado gaditano.

No hay tiempo para el descanso en la NBA. Sólo unas horas después de que finalizara una intensa temporada regular, que se vio reducida de 82 a 66 partidos por culpa del lockout, han comenzado los play-offs con suerte dispar para los hermanos Gasol. Mientras los Lakers de Pau se imponían a los Nuggets con una exhibición de Andrew Bynum –impresionante lo de sus diez tapones–, los Grizzlies de Marc se dejaban remontar en casa ante los Clippers tras ir ganando por 27 puntos de diferencia, que se dice pronto. Uno de los mayores varapalos se lo llevan los Bulls, que bajan su cotización en las apuestas de manera considerable tras conocer que no podrán contar con el lesionado Derrick Rose. Buena oportunidad la que tiene este año el equipo de Chicago para ganar el anillo después de que los Jordan, Pippen, Rodman y compañía se lo dieran por última vez allá por 1998.

Muchas cosas, como ven. Si esta semana que nos deja ha estado repleta de emociones no aptas para cardíacos, la próxima tampoco será manca. Doble ración de Liga, con el más que posible alirón blanco (seguramente, en San Mamés o Granada); Estoril como una de las capitales del deporte mundial con la disputa del Gran Premio de Portugal de motociclismo y el torneo de tenis sobre tierra batida; y el comienzo del Giro de Italia, el próximo sábado en Dinamarca. Así que, perdónenme que sea tan pesado e insista, pero ya saben que está terminantemente prohibido perdérselo. Sigan en Libertad Digital para saber qué diantres se cuece en la actualidad deportiva. Seguiremos (des)informando. Que sea lo que Dios quiera...


El Sr. Domínguez es periodista, editor de la sección de Deportes de Libertad Digital. Sígalo en Twitter:@Dr_Dominguez

En Deportes

    0
    comentarios