Hay un pequeño error que me gustaría corregir: es Santiago Espot, no Salvador. Recuerdo que en un debate televisivo el Sr. Espot esgrimió el hecho de llamarse Santiago como argumento en favor de que no odia en absoluto a España.
Aunque simpatizo con el autor del artículo y con el contenido de éste, creo que hay que reflexionar muy seriamente sobre un hecho que en el mismo artículo se menciona: que los que se manifiestan por la unidad de España y los símbolos españoles son cuatro gatos mal contados, mientras que los que se manifiestan contre España y sus símbolos se cuentan por centenares de miles. ¿No indica esto que España, como nación, está en crisis terminal o poco menos? Recordemos que no hace mucho un Presidente del Gobierno de España declaró "discutible y discutido" el concepto mismo de nación española. Si esto dice un Presidente del Gobierno, ¿qué se le puede pedir que diga a un ciudadano común?
Es cierto que los medios silencian a los catalanes que se oponen al nacionalismo, pero también es cierto que los catalanes no nacionalistas apenas existen en las contiendas electorales. Sólo los Ciudadanos, y muy recientemente, parece que han hecho algo o han conseguido algo.
Estoy básicamente de acuerdo con el Sr. Robles. Sólo quisiera destacar la enorme difusión del nacionalismo en Cataluña, y la consiguiente extrema dificultad de hacerle frente con alguna eficacia.
Gracias, señor Robles; muchas gracias.
Es tal y como usted lo describe, es así, y no de otro modo.
Como insisten tanto, como no bajan jamás la guardia, no sólo han logrado que dos generaciones -el profesorado ha hecho mucho para lograrlo, de ahí que es perfecto que ahora reciban su merecido en una nueva versión, actualizada, del "Roma no paga a traidores"- digo que no sólo han logrado que dos generaciones de jóvenes no se sientan españoles, a fuerza de borrar del mapa catalán sus símbolos, sino que ni en el parvulario han podido cantar las canciones con las que jugaron sus abuelos porque, según le oí hace años a una profesora de música de escuela infantil, "en Castella no tenen cansons de nens" (en Castilla no tienen canciones de niños) y se quedó tan fresca, oiga.
Como siempre Sr. Robles, chapeau! Como alguien dijo acertadamente, los nacionalistas se crecen porque nadie les planta cara; si se hiciera lo dicho por Esperanza Aguirre de suspender el partido si había pitada, no lo volverían hacer, porque los nacionalistas son de natural cobardes. Cobardes lo fueron durante el franquismo, y cobardes lo son ahora.