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El 'Biscúter' del nacionalismo

El nacionalismo propugna el ensimismamiento también en lo económico. Sus pautas son las del franquismo genuino, el anterior a los tecnócratas, el que dio la España de la escasez, el 'Biscúter' y el gasógeno.

narabanc dijo el día 10 de Julio de 2012 a las 13:03:

Encantado de leer sus artículos Dª Cristina.
Dice Vd., "...la España de la escasez...". Mirando para atrás, cuantos cientos de años de escasez, digo yo. Acotando, desde la perspectiva de hoy, por ejemplo, eran años de escasez los 20?, los 30?, los 10?.
Si es que hay años que no está uno para nada.
Salud.

bertopri dijo el día 8 de Julio de 2012 a las 14:42:

Cristina, no sé cómo lo haces, pero siempre dando en el clavo. De los mejores articulistas del país, de los que hacen disfrutar al lector.
¡Enhorabuena por escribir así!

pmam4591 dijo el día 6 de Julio de 2012 a las 21:36:

Josep Pla a Albert Boadella:.
"Joven tenga cuidado ,porque esta tierra es de hipócritas y cobardes"

baudilio dijo el día 6 de Julio de 2012 a las 18:28:

Por cierto, que lo de las cajas gallegas y lo de la galleguidad gallega del ahorro gallego fue cosa de Feijóo. Nacionalistas de todos los partidos.

devotio dijo el día 6 de Julio de 2012 a las 17:41:

El nacionalismo es la nueva cara del fascismo.

ANS dijo el día 6 de Julio de 2012 a las 15:47:


Españoles, os habeis quedado sin Estado,
!RECONSTRUIDLO!

(José Ortega y Gasset, 1931)

Senex dijo el día 6 de Julio de 2012 a las 08:48:

Cristina, viene bien que se digan esas cosas, cuando se dicen tan bien. Viene bien para que los españoles nos concienciemos de nuestra razón histórica y ciudadana, y así, anímicamente reforzados, oponernos con toda la energía precisa a los efectos de las falacias disolventes de los anti-españoles de dentro. No servirán, en absoluto, para que los que las propalan atiendan razones, por más que de buena técnica contable -de cuyo uso tanto se presume en las empresas catalanas- sean. Y no servirán porque no les mueven razones, sino paranoias y/o intereses. Incluidos entre "los de los intereses" a la alta burguesía catalana; porque, como es habitual en el mundo empresarial, el corto plazo es determinante (eso de "a treinta, sesenta y noventa días"). De modo que, cuidado con considerarlos demasiado. Aunque a algunos no les gustan -no les interesan- las ideas de Ortega sobre estas cuestiones, estamos en unas situaciones en las que será necesario el uso de la fuerza del Estado. Sólo hay un problema, ciertamente difícil, sobre el que reflexionar y resolver tras la adecuada preparación jurídica y sociológica: en el complejo y confuso mundo nuestro de hoy, cuál debe ser la naturaleza de esa fuerza y cómo y cuándo debe aplicarse. Si vis pacem,...
Con el afecto de siempre.