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Ketty Garat

La vuelta al Congreso

Lo que pretenden España, Italia, Alemania y la Zona Euro es simplemente ganar tiempo. O lo que es lo mismo, perder menos dinero.

Querido Pablo:

Parece mentira que lleve ya dos semanas trabajando. Ya me olvidé de ese embotamiento mental de finales del mes de julio, con una neurona haciendo eco en mi castigado cerebro mientras una intentaba luchar en la batalla diaria de la información. Se ve que esto de las vacaciones se inventó por algo. El verano le ha sentado bien también a sus señorías, a quienes estos días saludamos en los pasillos visiblemente bronceados, algunos, luciendo melena a lo Mitch Buchanan, como el diputado de CiU Sánchez Llibre. Se les nota el relajo hasta en los saludos. ¡Qué entrañable fue la bienvenida entre Rosa Díez, Sánchez Llibre y Josu Erkoreka! Ya los veremos en breve...

Lo cierto es que mi estado anímico parece ser lo único que ha cambiado en este último mes. Septiembre se presenta como julio. A las puertas de un rescate, con una inyección inminente del BCE y una ofensiva diplomática de Rajoy en Europa que comienza a "dar sus frutos". El mes de agostó pasó sin que aconteciera el Apocalipsis y parece que sus cuatro jinetes siguen esperando en el horizonte deshojando la margarita. Más que preguntarse si será o no será se preguntan cuándo será. Porque en este déjà vú que vivimos los cronistas políticos sí que ha habido un cambio: ya sabemos que no habrá cash de Draghi si Rajoy no pide el rescate. Algo que nos lleva a la segunda novedad de septiembre: la llegada de Ángela Merkel.

La canciller alemana se pasó esta semana por Moncloa dejando un pilón de platos con restos de paella en la zona de prensa (los alemanes la devoraron) y quedando impresionada con las reformas de Rajoy. Pero más allá de advertir con reformas a las comunidades autónomas, lo que le dijo a Rajoy es que no tenga prisa en pedir un rescate. Es lo mismo que le dijo a Mario Monti y lo mismo que Moncloa se apresuró a contar a la prensa al término de una rueda de prensa de Rajoy y Merkel que nos dejó sin titular sobre la decisión de Draghi.

"No hay urgencia en valorar el anuncio ni en tomar ninguna decisión", dijo Moncloa el jueves. El corrillo con los asesores monclovitas fue ciertamente confuso. Que hay que esperar; que deben "darle una pensada" a la letra pequeña... conocer exactamente esa "condicionalidad estricta" de la que habla Mario Draghi para pedir que el BCE actúe en el mercado de deuda a favor de España. "Cuando vas al banco a pedir un crédito te piden nóminas, facturas, datos... pues en esas estamos, esperando a que nos digan las condiciones". Y la pregunta es: ¿cuándo irá Rajoy al banco? Respuesta: "No, es que Rajoy no tiene que ir al banco". En fin. Que resulta que en julio el ministro Margallo urgía a actuar al BCE y le acusaba de ser un "banco clandestino", y dos meses después no tenemos ninguna prisa. ¿Por qué?

La respuesta, como siempre, la tiene la prima. Veinticuatro horas después del anuncio de Draghi había caído 100 puntos... y bajando. Lo que pretenden España, Italia, Alemania y la Zona Euro es simplemente ganar tiempo. O lo que es lo mismo, perder menos dinero. Mientras la prima siga bajando, la bolsa subiendo y el Tesoro colocando a menos interés del previsto, seguirán esperando. Porque la mirada está puesta ahora en la subasta de deuda más importante del año, en el mes de octubre. Un mes crucial en el que se reunirán los miembros de la Eurozona el día 19 y en que el Gobierno español recibirá de Bruselas los 100.000 millones de euros del rescate a la banca. Tal y como dicen en el Gobierno: "No tiene sentido pedir un segundo rescate cuando todavía no hemos recibido el dinero del primero". Y tal como defendió Luis de Guindos, de esos 100.000 millones, los bancos sólo necesitarán 60.000, lo que significa que el Estado podría destinar los 40.000 restantes para la subasta del Tesoro del mes de octubre.

En otras palabras, que nuestro aliado es el tiempo, que octubre será frenético, que el rescate sigue siendo inminente y que los jinetes del Apocalipsis están perdiendo la paciencia tan rápidamente como tú y yo perderemos el moreno y este estado anímico tan maravilloso que resulta de vivir en paz y tranquilidad. Así que, querido Pablo, la vuelta al Congreso será dura. Ve preparándote que yo este domingo ya tengo comité federal del PSOE...

Un beso,

Ketty

PD: Por cierto, ¡¡¡MUCHÍSIMAS FELICIDADES!!! A ver si se creen nuestros lectores que se me iba a olvidar el cumpleaños de mi amado, que, como el vino, cada día está más estupendo.

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