El Cristo en la cruz está situado en la parte izquierda del despacho del ministro en La Castellana, como si alguien hubiera considerado que es más de izquierdas que otra cosa. Jesús está estirado, pálido, muy blanco y delgado. La crisis hace que se parezca a una de esas cruces de nácar. Sin embargo se encuentra muy activo y peleón. En La tournée de Dios de Jardiel Poncela, cuando regresa a la tierra, en España lo echan de la catedral.
-¡Jorge! ¡Jorge! ¡No te escondas, pecador!
-Estoy aquí, Señor -dice Fernández Díaz, tropezando con la cartera del ministerio.
-Ven a presencia de tu Dios.
-Sí, Jesús, aquí estoy.
-¿Es verdad que vas a comprar un camión-botijo?
-¿No sé a qué te refieres?
-A un camión antidisturbios.
-Es cosa de Nacho Cosidó.
-Pero tú tienes que darle el dinero, ¿no? ¡400.000 euros!
Jesús le recita al ministro todo lo que la calle le arroja a la cara: volvéis a la represión de Franco y a la de Pinochet. Si queréis cosas antiguas, volved al fusil naranjero y a la bolsa de agua para calentar los pies. Es un error, Jorge.
-Señor, es que no duermo.
-Metafísico estáis.
-Es que no como.
-¿Qué te pasa?
-He tenido una horrible pesadilla. El papa Francisco se venía a Melilla en un vuelo low cost para no dejar solos a los emigrantes que saltan la valla de las concertinas. Se sumaba al asalto y las cuchillas lo dejaban hecho un ecce homo de Borja. No he podido dormir en toda la noche.
-El papa Francisco predica la iglesia de los pobres, es decir, la única santa. Ya te dije que quitaras las cuchillas. Este al que perteneces es un gobierno de sordos.
-Señor, la dura es Soraya.
-¿Y Gallardón?
-Ha copiado la ley del aborto de los socialistas.
-¡No puede ser! Hay cosas demasiado perversas.
-Digo en lo esencial.
Jesús llama a Don Camilo, el del premio, que al enterarse de que Nieves Segovia Bonet prepara ya su congreso bianual de Mentes Brillantes, y conocedor de que para presidirlo o pertenecer a ese club no hace falta tener ninguna carrera universitaria, absorbe por el recto de una palangana cuatro litros de agua templada, de un solo toque, alegrándose de que la universidad privada Camilo José Cela, aún en este estado, lleve su nombre.
-Jorge, ¡no seas zurupeto! -dice don Camilo.
Peppone Llamazares, un hispano comunistoide, de lo poco que queda, hace la lista de los incumplimientos de este gobierno: ley de dependencia, bajada de impuestos, y no subida, creación de empleo, salida de la crisis. Peppone Llamazares tiene un oficio suspendido y casi olvidado porque se hizo médico en Cuba, cuando no había otra cosa que hierbas que recetar, y pasaba el tiempo de imaginaria en la antesala de los Castro. Hasta el punto de que se ha olvidado de tomar el pulso. Un año en el desfile de la Hispanidad se le desmayó un paciente y pasó de atenderle porque, según dice, hace demasiado tiempo que no ejerce. Se ha convertido en un político profesional.
Tuvo la mala suerte de que el FBI se fijara en su rostro para dibujar a un terrorista de papel couché por internet y esa protesta le devolvió al candelabro. Ahora le dice al ministro que el camión botijo es carísimo y que no nos lo podemos permitir.
-Señor -dice el ministro-, si le quitas la idea de viajar a Melilla al papa Francisco os
construyo una capilla aquí al lado, en mi antedespacho: con cirios y reclinatorios.
- Hablas como en The Godfather -dice el Cristo bilingüe-: te haré una propuesta you can’t refuse. ¿No estarás sometiendo a coacción a tu Dios?
-No, Jesús, qué va -responde también bilingüe Fernández Díaz-. Val més una bona llengua que una bona hisenda. Qui llengua ha a Roma va.
- Mira, Nen, el papa Francisco habla directamente con mi padre celestial. De modo que nada le parará. Si quieres hacer algo bueno, cómprale 200 furgonetas a la policía, que les hace más falta que un botijo. Y de paso, reparte munición, sube el sueldo, mejora las instalaciones, los despachos, los calabozos…Y una cosa de San Francisco de Asís…
-Tú dirás, Señor -acepta humilde el ministro, con los humos por los suelos.
-Mejora el plan de estudios de los agentes. Más criminología. Amor a los lobos. A ver si os enteráis de cómo Pérez Abellán y su escuela de investigadores han resuelto, de una vez por todas, el asesinato de Prim. Y cómo una pandilla de ignorantes y suplantadores tratan todavía hoy de confundir a la ciudadanía.
-Nada -interviene Peppone Llamazares-, estos no hacen otra cosa que copiar a los regímenes más reaccionarios de América Latina. La última vez que se utilizó el camión- botijo en España fue hace veinte años, con el ministro socialista Barrionuevo, en persecución del Cojo Manteca. Ahora el PP de Rajoy lo quiere imitar. Sólo imitan lo peor…
-¿El Cojo Manteca era del PP?
-¡Vaya Ud. a saber, Jesús! Los tiempos andan muy revueltos.
El gasto impensable en plena crisis de recesión mundial de un contenedor de agua que llevará 7.000 litros con un chorro de presión mínima entre 10 bares y 16 bares, que al menos bares no faltan.
Tal vez Peppone Llamazares exagera. La vuelta del botijo anuncia barricadas en llamas, pero hasta ahora no ha habido nada. El poder se pasa tres pueblos.
Un camión que permite poca movilidad y solo en espacios amplios, que tiene que recargar a menudo, de poca capacidad de ráfagas de agua, y vulnerable. Con lo que cuesta el botijo podrían poner un puñado de sacerdotes voluntarios que salpicaran agua bendita a la cabeza de la manifestación. Es mucho más relajante y más cristiano.

