Ya tienen los dueños de aquella pancarta tan famosa que rezaba "se busca rival digno para derbi decente" y que extendían sobre un fondo del Bernabéu, contestación pertinente a tal bravuconería. Si bien es cierto que durante quince años el Atlético fue la nada más absoluta en los derbis ante el Madrid, no es menos cierto que la tendencia podía cambiar. Debía cambiar porque nada es eterno y menos en el fútbol, y menos con una rivalidad tan fuerte. Y he aquí que el Atlético ha vuelto en los duelos directos con los vecinos. Y ha vuelto para, de momento, quedarse, porque nada será eterno seguro, para un lado o para otro.
El derbi del sábado en el Bernabéu tuvo los tintes habituales de los nueve últimos, desde aquel que se jugó el 17 de mayo de 2013 y que llevó al Atlético a ganar la Copa del Rey. Desde entonces cuatro victorias atléticas, dos empates y tres triunfos blancos. Porque ya el partido es otra cosa, sin monólogos de uno. Hay un equipo que antes se rendía y ahora propone pelea. Como bien dice Sergio Valentín en su crónica aquí mismo, el Atlético está construido y el Madrid en construcción.
El otro día hubo una parte para cada escuadra. En la primera jugó mejor el Madrid que mereció irse arriba en el marcador. En la segunda mejor el Atleti, que mereció ganar y ganó. Sabiendo sufrir, con minutos malos, pero ahora esas franjas de tiempo en las que está a merced del Madrid, las aguanta con estoicidad. Ya no es lo de antes en el que un momento de fragilidad le costaba uno o dos goles.
Sensación tras el partido de que el Madrid tendrá problemas. Los habrá en cuanto proponga tres centrocampistas y tres delanteros y los de arriba no bajen. Es de perogrullo pero, de tan obvio, resulta incomprensible que Ancelotti no se dé cuenta o, lo que es peor, se dé cuenta pero no pueda cambiarlo. No sea que una venta menos de alguna camiseta, le conlleve a Florentino Pérez un dolor de cabeza descomunal. Por cierto, ayer al presi le dirigieron alguna pitada en el partido.
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Otro problema. Iker Casillas. Odiado ya en tres cuartas partes del Bernabéu sin ningún tipo de rubor por parte de los aficionados. Esos que ayer, con cuatro defensas que no se mueven para estorbar a Tiago, le culpan también del primer gol atlético. No está bien el portero, está mal, de hecho. Siete tiros a puerta en esta Liga y ha encajado seis goles. Demasiado. Pero quizá, y ya sé que el público es soberano, es muy cruel pitarle en el estadio en el que todo se le alababa no hace ni año y medio.
La sensación contraria la ofrece el Atlético, que competirá, de nuevo la Liga. Gran noticia. Tendrá bajones, parones, partidos menos frescos, pero estará ahí porque, sin encontrar el fútbol total, tiene siete puntos. Ha vuelto a ganar en el Bernabéu y lo hace con esa dosis de adrenalina que le ha insuflado su técnico. Es una bendición la llegada del Cholo a los banquillos. De él y sólo de él es la culpa de que el Atlético se haya acercado a Barcelona y Madrid.
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Un problema para el Madrid es estar con tres puntos y que el Barcelona lleve 9. Dos goles de Neymar despacharon a un buen Athletic. Los de Luis Enrique no se han encontrado del todo, pero en los comienzos de temporada, cuando nadie está aún del todo bien, lo mejor es encontrar los puntos. Y el Barça tiene pleno.
Nos deja noticias esta jornada de Liga. Juega bien el Celta, aunque empató y el Sevilla y el Valencia son alternativa seria este año, al menos a estar arriba más tiempo de lo habitual. A ver si dura.