Contaba hace poco Jaume Roures en una entrevista en la COPE que "Canal Plus podría ahorrarse muchísimo dinero emitiendo directamente el paquete completo que les ofrecemos", y añadía "si en lugar de tener sus propios canales de fútbol, emitieran GolT como hacen con decenas de canales en su plataforma, esta guerra no existiría, y todos ganaríamos dinero". La sentencia, para aquellos que no comulgan mucho con el estilo del plus fue algo hilarante: “pero claro, si quieren tener a 'Carlitos' narrando, allá ellos”.
El culpable de la guerra del fútbol evidentemente no es Carlos Martínez, periodista parcial donde los haya que sólo debe gustar a propios y no a ajenos, el problema es que Roures ha pretendido ser promotor y constructor a la vez. Hubo un momento en toda esta carrera en la que el rico empresario -a pesar de sus convicciones políticofilosóficas- decidió que no ganaba suficiente con la reventa de los derechos y la distribución de las imágenes, llegando a la conclusión de que la explotación hasta el cliente final le podría reportar mucho más dinero y decidió arrancar esta guerra buscando un beneficio personal, que en este caso, beneficia al consumidor final. Porque con esta contingencia ganamos todos los que disfrutamos del fútbol en televisión: recordemos que antes se pagaba por un solo partido lo que ahora pagamos al mes por todos los encuentros salvo uno a la semana.
Y aquí entramos en el nuevo escenario. El Consejo Superior de Deportes ha intervenido para aportar luz a la venta de los derechos. Hasta el momento era cada equipo el que negociaba con Roures o con el Plus directamente, pero a partir de ahora será la propia liga la que venda los derechos de forma conjunta. De esta forma pierden el control y empiezan los nervios. Y aquí es donde yo me hago una pregunta: ¿Por qué el fútbol español no se queja de que los derechos de nuestra liga se vendan por unos 700 millones y los de la Premier League por el triple? Sólo les escuchamos quejarse del reparto pero no del valor, cuando triplicando el valor, el reparto es más fácil.
Así que mientras sigamos pensando que el problema está en el reparto o en la guerra entre operadores, nadie se parará a pensar que aquí la única realidad es que Roures, el Plus y el resto de televisiones mundiales que emiten la Liga, están pagando menos de lo que debieran. De esta forma tenemos tres vasos vacíos, no hay bolita y sí unos trileros tras la mesa que nos entretienen con esto de la guerra pero que no explican por qué teniendo la mejor o la segunda mejor liga del planeta, sus derechos cuestan tan poco en comparación con el resto.