Menú

Tras la derrota, ¿la catarsis?

Me hubiera gustado que la medicina no hubiera tenido que ser tan amarga, pero la pérdida del poder brinda al PP la posibilidad de rectificar.

El empecinamiento de Rajoy por seguir presidiendo el PP y, sobre todo, por seguir presidiendo el Gobierno de la nación me recuerda esa falta de sentido de la realidad de que hicieron gala aquellos que, hace unos meses, pusieron a parir a Ciudadanos por respaldar a Susana Díaz como presidenta de Andalucía, a pesar de que este respaldo era la única forma de evitar que la socialista gobernara en alianza con Podemos.

Ahora la única forma de evitar que Pedro Sánchez gobierne en alianza con los podemitas y los nacionalistas –valga la redundancia– sería que el PP brindara su apoyo al candidato socialista, tal y como hizo Ciudadanos en Andalucía.

Los detractores de aquel acuerdo de Ciudadanos con el PSOE decían apodícticos que los votantes andaluces de Ciudadanos no respaldaron a ese partido para que luego sirviera de báculo de los socialistas. Aquello era tan cierto y estéril como lo es ahora el hecho de que tampoco los que han seguido votando a Rajoy lo han hecho para que este brinde su apoyo a Pedro Sánchez. Sin embargo, lo decisivo, tanto entonces como ahora, era preguntarse con quien preferirían los votantes del PP y de Ciudadanos que gobiernen los socialistas, si con estas formaciones o con los podemitas y separatistas.

Lo que es evidente es que la imposibilidad que tiene Rajoy, o cualquier otro miembro del PP, de seguir presidiendo el Gobierno de la nación brinda a este partido la posibilidad de una catarsis y una posibilidad de recuperación de sus traicionadas señas de identidad. Era de ilusos pensar que esa regeneración iba a ser posible con el incorregible de Rajoy al frente, como era de ilusos pensar que este se marcharía sin que previamente el PP perdiese la posibilidad de seguir gobernando.

Me hubiera gustado que la medicina no hubiera tenido que ser tan amarga, pero la pérdida de poder del PP brinda a este partido la posibilidad de rectificar y renovarse y de volver a ser votado sin taparse la nariz, y de volver a recuperar a ese tercio de electores que ya ha perdido; un partido en el que vuelvan a estar cómodos gente como Mayor Oreja o Manuel Pizarro, como Ortega Lara o Vidal-Quadras, como Santiago Abascal o Esperanza Aguirre, como José María Aznar o María San Gil, como Pablo Casado o Cayetana Álvarez de Toledo, o como tantos y tantos otros que no lo están o ya se han ido del partido.

Entiendo que, con el catastrófico horizonte de un Gobierno de frente popular/nacionalista en ciernes, no es el mejor momento para dar ninguna muestra de optimismo; pero sigo pensando que sólo la derrota puede traer la cura a este PP envilecido. Confiemos en que esta derrota, una vez que el PP y Rajoy la asuman, además de amarga, resulte medicinal.

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal