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Agapito Maestre

Los poderes de Rajoy

El espectáculo es lamentable. Los ciudadanos están hartos. Los políticos están acabando con la política.

El espectáculo es lamentable. Los ciudadanos están hartos. Los políticos están acabando con la política. La situación de bloqueo institucional de España no tiene comparación en el resto de Europa. El paciente pueblo español mira hacia el Congreso de los Diputados e implora a los señores políticos, por favor, discutan día y noche en el palacio de la Carrera de San Jerónimo y conformen un gobierno para España. Lógico y de sentido común ha sido el encargo del Rey a Sánchez, pero no es suficiente para desbloquear la situación. Los dos actores principales de la tragedia siguen empecinados en sus posiciones. Parece que la prolongación de la crisis no tiene límite. Los ciudadanos están hartos de este personal. Algunos darían cualquier cosa, incluso un día de su salario, para que los políticos hicieran sus deberes: formar un gobierno.

Pero hay uno, entre todos los políticos, que apenas puede hacer nada, salvo marcharse cuanto antes, porque cada día que pasa en el poder es un día perdido para España. Comprendo que la situación de España es catastrófica, pero para Mariano Rajoy es humillante. Este político ha conseguido que el PP sea rechazado por todos los partidos. Los independentistas y nacionalistas no quieren saber nada del PP. El segundo partido más votado le niega hasta el saludo. El tercer partido en el Congreso cree que el PP es el causante de todos los males de España. Y el cuarto partido, Ciudadanos, está dispuesto a llegar a acuerdos con el PP, pero sin el actual presidente del Gobierno. Rajoy tiene que dar un paso al frente: marcharse o permitir la gobernabilidad. Aquí tiene la ocasión de demostrar que es un hombre de Estado. Sería una buena manera de curar su dignidad herida.

Rajoy tendría que tener un gesto de magnanimidad con todo el pueblo español y reconocer que él es el gran obstáculo. Si el jefe político del PP es rechazado por todos los partidos, tiene que marcharse y dejar paso a otra persona. Es absurdo, aparte de ridículo, decir "yo no puedo conformar un Gobierno, pero no me retiro. Sigo reivindicando mis poderes". ¿Qué poderes estaría reivindicando Rajoy? Quizá se refiere al poder de haber quemado a su partido, porque el PP ha dejado de ser un interlocutor serio para nadie; o quizá esté exhibiendo que el PP en esta legislatura apenas se discutiera nada en el Parlamento, porque el PP prefería gobernara antes por decretos-leyes que por leyes aprobadas por los procedimientos ordinarios de la discusión parlamentaria; o acaso Rajoy sigue defendiendo su poder de hablar a través de un plasma con los medios de comunicación; o quizá reivindique sus métodos para combatir la corrupción, cuando tiene a un sector de su partido infectado por la avaricia del dinero...

Mientras este hombre siga al frente del PP, es imposible aventurar nada sobre lo que pasará en España. Esto es algo inédito en la historia reciente de España. En fin, un político que durante cuatro años no ha querido hablar, argumentar y persuadir a nadie de nada, porque nada ofrecía, salvo decir que era la mejor opción contra un partido populista que él mismo alimentaba bajo cuerda o a luz del día, no puede pretender ahora de la noche a la mañana quedarse en el poder, cuando es rechazado por todos.

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