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Jorge Soley

New Hampshire: Trump y Sanders arrollan

Problemas para el 'establishment' de los dos partidos: los 'caballos locos', piafantes.

Problemas para el 'establishment' de los dos partidos: los 'caballos locos', piafantes.
EFE

Esta vez las encuestas se cumplieron y el rechazo al establishment se impuso en New Hampshire, con amplias victorias de Trump y Sanders. Se escribió que si no vencían los dos candidatos que encabezaban todas las encuestas se podía declarar oficialmente muerto el oficio de encuestador. No ha sido así y las filas del paro no se verán engrosadas, de momento, por miles de especialistas en sondeos electorales.

Antes de entrar en materia, daré algunos datos sobre el segundo estado en celebrar primarias: New Hampshire es un pequeño estado de Nueva Inglaterra, con poco más de 1,3 millones de habitantes, un 94% de blancos y una renta per cápita que le coloca como el sexto estado más rico de la Unión. Se encuentra, además, escorado políticamente hacia la izquierda y el peso de los evangélicos, los latinos y los afroamericanos es casi inexistente.

En el campo demócrata, las encuestas pronosticaban una ventaja de 14 puntos a favor de Sanders. Acertaban en el ganador, pero no en la distancia: con un 60% de los votos, le ha sacado casi 22 puntos a Hillary Clinton, que se ha quedado en el 38,4%. De este modo Sanders ha hecho ya historia al ser el primer candidato no cristiano (es un judío de Brooklyn) en ganar unas primarias. El resultado es preocupante para Hillary y socava directamente su imagen de imbatibilidad. No conecta con el voto femenino y los jóvenes le dan masivamente la espalda, apostando por el más radical y auténtico Sanders: entre los votantes demócratas de menos de 30 años, sólo el 16% se inclinan por Clinton, frente a un 83% que apuesta por Sanders, el anciano convertido en candidato de los jóvenes. Su baza ahora será conseguir el voto masivo de negros y latinos.

Entre los republicanos se ha impuesto Donald Trump, con un 35% de los votos, alcanzando incluso un mayor apoyo que el 31% previsto en las encuestas y doblando al segundo clasificado, el gobernador de Ohio John Kasich, con su 16%. Trump se ha sobrepuesto al tropezón en Iowa y va a seguir en la batalla: la pesadilla para el establishment del partido continúa. De hecho, los candidatos que cuentan con el apoyo de ese establishment han inundado New Hampshire con millones: Jeb Bush se ha gastado 36, Christie 18, Rubio 15 y Kasich 12; en total, 81 millones, para unos resultados más bien pobres. A Bush le ha costado 1.150 dólares cada voto obtenido, a Christie 850 y a Rubio 508. Unos datos que contrastan con los 40 dólares que le ha costado cada voto a Trump o los 18 dólares de Cruz, que ha invertido menos de 600.000 dólares en New Hampshire.

Pero quizás la gran noticia de New Hampshire ha sido el pinchazo de Rubio, que parecía emerger tras sus buenos resultados en Iowa como el candidato apoyado por el establishment pero con capacidad de atraer votos de sus contrincantes antiestablishment. Unas expectativas que ha echado por tierra durante esta semana con una desafortunada intervención en el debate entre candidatos y unos resultados muy pobres (las encuestas le otorgaban un 14% y el segundo puesto): con un 10,6% y ningún delegado, se sitúa el quinto, por detrás no sólo de Trump y Kasich, sino de Bush (11,1%) e incluso de Ted Cruz, que con un 11,6% ha conseguido un meritorio tercer puesto en un estado hostil. Christie, que se ha quedado con un 7,5%, ha anunciado su retirada, así que Rubio puede respirar tranquilo: no podrá volver a ponerle en aprietos.

Mientras tanto, algunos han sacado a relucir un dato histórico: ningún candidato republicano ha ganado jamás la nominación después de perder en Iowa y en New Hampshire, lo que, de cumplirse esta regla, significaría que la batalla en el GOP quedaría reducida a Trump y Cruz. Pero, claro, la historia está para ser cambiada, deben decirse a sí mismos el resto de candidatos.

Ahora nos vamos a Nevada y a Carolina del Sur, donde Trump y Hillary encabezan las encuestas con holgura, aunque en estas primarias tan abiertas y competitivas tampoco se aclararán mucho las cosas allí. Así llegaremos al supermartes del 1 de marzo, la madre de todas las batallas de estas primarias, con muchas opciones abiertas y un interés por las nubes.

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