Sólo la verbosa torpeza del Mayorcito Trapero, la zafiedad racista de su jefe político Forn y la acreditada estulticia de 'Puchi Cocomocho'evitan, por ahora, la sospecha de que los separatistas catalanes habrían podido evitar, tal vez, la masacre del 17 de agosto, y tratan de tapar a toda prisa su incompetencia, como en el 11M. Que la situación es delicada y va a peor lo muestra la desinformación, el clásico "control de daños" del CNI, que ayer perpetraba el diario de Cebrián y/o Soraya. Porque lo políticamente serio, donde el Poder se juega su propia existencia, es esto: sólo ocho días faltan para la Diada y veinte para ese referéndum separatista que Rajoy y/o Soraya, Sánchez y/o Iglesias, Albert y/o Rivera se niegan a impedir, pero que, ¡ay!, deben afrontar. Sólo que, empeñados en no mirar, ya no saben ver.
¿Sabía el Gobierno lo que tapaban los Mozos?
En el terreno de los hechos, a este Gobierno eunuco siempre le fallan los hechos. Sólo le faltaba que, además, se le hundieran las apariencias. Y eso está pasando con los Mozos de Trapero, que como los de Monleón de la copla, "se fueron a arar temprano". Tan temprano, que no debían haber arado. Y tampoco deberían haber jaleado esa labranza de descuideros los mansos del Gobierno, porque, de pronto, se filtra una nota de la CIA que avisa de"posible atentado inminente en la calle llamada La Rambla" y, patapaf, adiós coordinación, adiós guión de apaleados, adiós al rédito de la bronca al Rey de la hez separata: ¿Sabía o no sabía algo el Gobierno de lo que ocultaban los Mocitos de Trapero? Si sabía, mal. Si no sabía, peor. ¿O es que el Gobierno ha asumido la independencia catalana hasta el punto de que, tras la purga política de la cúpula, ya no vigila las pistolas del 'Prusés'?
Lo malo de estos separatistas catalanes es que, además de ser gentuza capaz de convertir una manifestación en recuerdo de las víctimas del terror islamista en un alarde de odio a España y un homenaje al Islam, no dan un paso sin meter la pata. No se puede confiar ni en sus limitaciones, porque la estupidez no las tiene y la maldad las desconoce. Y a la CUP, que es la que ahora manda en Cataluña, no la cornea ni el manso burriciego de Moncloa.
Las "niñas ashishinas" pelean en la Prensa
Por eso mismo, anteayer el ABC y/o Cospedal publicaba un editorial impecable e implacable llamando a impedir ya, pero lo que se dice ya, el referéndum separatista; y descalificaba a Soraya y/o Cebrián por la táctica de "dialogo naif con el nacionalismo catalán". Nada de naif o inocente, ha sido simplemente cobarde, pero no sólo de Soraya y/o Cebrián sino de Mariano y/o Rajoy. Y hasta el más lerdo del PP, pongamos que hablo de 'Maillóteles', se ha dado cuenta de que si ni trece muertos fueron capaces de frenar a 'Cocomocho' y la horda de la CUP, menos la van a frenar las togas del Constitucional, que es el último refugio de la mansa vacada monclovita.
De ahí, la respuesta al ABC y/o Cospedal de El País y/o Soraya, a través del conjunto "Control de daños", de la acreditada productora Cuesta de las Perdices. La canción es simple tarareo de lo que cantan otros, y su proclamada investigación, simple recuelo filtrado de lo que otros -Pablo Planas en LD, Ángeles Escrivá en El Mundo- habían destapado ya. Pero como Cebrían trata de fingir, no de hacer, omite lo más comprometido para la Banda Trapera, que ya no es la famosa del Río, sino de las Ramblas: la contestación a la jueza de Alcanar que, tras una explosión que se oyó en diez kilómetros a la redonda y encontrar en el chalé docenas de bombonas de butano, sugirió a los Mocitos de Trapero que podía albergar terroristas. La respuesta de la policía del 'Comisari Paella', la mejor del Orbe, fue una síntesis perfecta de chulería e irresponsabilidad: "¡No exagere, señoría!".
La jueza de Alcanar no exageraba
Su señoría no exageraba. Al día siguiente, trece personas, que ya son dieciséis, pagaban con su vida la fatuidad cerril o la criminal incompetencia, eso tendría que verse en los juzgados, de la Banda Trapera de las Ramblas. ¿Pudo evitarse? Tal vez sí o tal vez, no. Lo seguro es que no lo intentaron. Lo indiscutible es que desoyeron todas las advertencias. Lo que nos hemos cansado de ver es cómo presumían y casi celebraban lo que debían evitar.
Debían haber obedecido a la juez y llamar a la Guardia Civil o a la Policía Nacional, con experiencia en la lucha antiterrorista. No lo hicieron. En su lugar, hicieron esto: matar a los islamistas del Ripollés, que no Lavapiés, darse más bombo que Manolo, presumir de ser, a fuer de catalana, la mejor policía del mundo, achacar los muertos a España, dejar que abroncaran al Rey y a Rajoy por vender supuestamente las armas del crimen (furgoneta, cuchillos, bombonas de butano y acetona) a Arabia Saudí. Y dejaron que lo hicieran los mismos que pitaron el himno español en el Estadio del Barça, patrocinado por Qatar; los que tienen embajada o así para vender armas a Ryad. Son los chicos de Iglesias, que cobra de Irán. Son los hijos políticos de TV3, La Sexta y la Cuatro, de Junqueras y Rajoy.
¿Son los mozos policía o ejercitín?
El problema de fondo es que los Mocitos de Trapero no son una policía de verdad -aunque tenga dentro buenos policías, muchos de ellos provenientes de otros cuerpos armados españoles- sino un exercitet para destruir España y desfilar bolivarianamente en la República Popular dels Països Catalans. Y ese espectáculo se acerca. En Mallorca, Armengol hará balconing de alegría. En Valencia, Ximo Puig se pondrá peluca morada. En Huesca les esperan a la altura de Sijena, por si traen las tallas robadas. En Zaragoza, les aguarda el cierzo. Y de Teruel, si llegan, creo que no pasarán.
Pero, ojo, estamos a un mes de que Trapero, cuya dimisión por obvia negligencia deberían haber pedido ya todos los partidos y todos los medios de comunicación, catalanes o no, evite la dimisión y la acción de la Justicia aceptando que su amigo 'Cocomocho', con el que comparte paella y guitarra en casa de Pilar Rahola, lo nombre Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas Catalanas. Si lo primero que anuncia la Constitución Norcoreana de Desconexión Catalana es el indulto de los ladrones del 3% siempre que fueran nacionalistas, ¿qué no hará con el Rambo de Canaletas?
Los agujeros oscuros del 17-A
Antes de que el CNI tape los agujeros negros del 17A que aún no ha destapado Luis del Pino, recuerdo algunas razones por las que, si el PP y Ciudadanos existieran, estarían desfilando por las calles de Barcelona, Ripoll y Alcanar tras esta pancarta: "¡Puchi, Trapero y Forn, dimisión!".
- Tenían información belga sobre el imán de Ripoll y se la guardaron.
- Tenían la petición de poner bolardos en Las Ramblas y se negaron.
- Tenían aviso de la CIA sobre un atentado inminente en las Ramblas y no hicieron nada. Luego lo negaron, ahora lo aceptan, y se quejan de una campaña de desprestigio de los Mocitos de Trapero. ¡Como si hiciera falta!
- Tenían, desde la víspera de la masacre, amén de las alertas belga y americana, la indicación de la juez sobre la posibilidad de que la explosión del chalé de Alcanar, abarrotado de bombonas de butano, fuera una guarida terrorista. Fue el momento en que el mocito de Trapero, entonó la canción del verano: "¡No exagere, Señoría!". Al día siguiente, tenían trece muertos.
- Tenían la posibilidad de haber detenido con vida e interrogado al presunto autor material de la masacre. Y lo mataron, como a los demás. Ya no hay forma de saber lo que sabían o podían saber los mocitos de Trapero.
- Tenían información que habían ocultado a la Policía y la Guardia Civil, pero les acusaron de ocultarles información a ellos. Y varias veces.
- Tenían -la Generalidad y los Mozos- datos sobre un posible atentado en Las Ramblas y han mentido una y otra vez diciendo que no los tenían. Han atacado a medios -El Periódico- y periodistas -su director, insultado por Trapero- por publicar lo que, al final, han reconocido que era verdad.
- Tenían y tienen en su poder los correos de la policía belga, que no sabemos cuántos fueron, los avisos de la CIA, que no sabemos qué decían, y se niegan a informar del contenido, ni siquiera a puerta cerrada en el parlamento catalán.
- Tenían y tienen la cara dura, con dieciséis muertos, muchos heridos aún graves, una docena de irregularidades y más que posibles negligencias, tal vez criminales, de no haber presentado irrevocablemente su dimisión.
- Tenían y tienen la suerte de vivir en una dictadura nacionalista que ni los echa del cargo ni los manda "caminito de Jerez", o sea, Can Brians.
- Tenían y tienen la suerte de que la casta política nacionalista, que ha aprovechado la masacre para presumir de ser un Estado fantástico, ha unido su impunidad de policías incompetentes a la suya de políticos golpistas.
- Tenían y tienen la suerte de vivir en Barcelona y no en Madrid. En la capital de España, la alcaldesa de los bolardos, el contacto belga y el de la CIA, la cúpula de la policía local, de la nacional, de la Guardia Civil, habrían dimitido ante la presión mediática y la indignación popular, las sedes de sus partidos, cercadas, y ellos, detenidos a la espera de juicio.
- En fin, tenían y tienen la suerte de que en Cataluña no hay España. Por los que la echan en falta, insistiremos: "¡Puchi, Trapero y Forn, dimisión!".