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Una convención con aires de funeral

El PP ha pasado de ser la gran formación reformista de centro-derecha que lideraba la acción política y dominaba el discurso público a desfondarse como partido zombi entregado lacayunamente al líder que lo está devastando.

La Convención Nacional del PP de este fin de semana, organizada por los populares para recuperar la iniciativa política y frenar el ascenso de Ciudadanos, ha supuesto un fiasco que deja a la formación de Mariano Rajoy aún más en tocada de lo que estaba. Concebido para dar una imagen de fortaleza y unidad, el cónclave sevillano no ha podido ser más distinto al celebrado en la capital andaluza en 1990, cuando José María Aznar refundó un partido que consiguió en muy poco tiempo presentarse como agente clave para la modernización y el cambio; el de hoy, sin embargo, parece un PP desfasado e incapaz de afrontar los trascendentales desafíos que tiene planteados España.

Como no podía ser de otra forma, el foco estuvo puesto en la debilitadísima Cristina Cifuentes, uno de los muy pocos pesos pesados con mando en plaza que le quedan al partido que a principios de la década ostentaba el poder en el Gobierno de la Nación y en la gran mayoría de las CCAA y de las ciudades más importantes. También dejó acusada impronta la decisión de un tribunal alemán de poner en libertad al golpista Carles Puigdemont, enésima consecuencia de la ominosa reluctancia del Gobierno a desbaratar el asalto separatista al Estado de Derecho, que sigue su curso aun cuando en Cataluña teóricamente imperan la Constitución y su artículo 155.

Bajo la férula de Mariano Rajoy, el PP ha pasado de ser la gran formación reformista de centro-derecha que lideraba la acción política y dominaba el discurso público a desfondarse como partido zombi entregado lacayunamente al líder que lo está devastando.

¿Qué aportaciones intelectuales al debate público han surgido de esta convención? ¿Qué propuestas programáticas capaces de ilusionar a la ciudadanía? ¿Qué iniciativas para contraatacar de una vez a los nacionalismos antiespañoles? Nadie puede responder a estas preguntas fundamentales de manera positiva, porque nada de eso se ha discutido o analizado en Sevilla.

La única conclusión que cabe extraer del cónclave sevillano es que el PP sigue desfondándose. En estos momentos parece que su única esperanza es que Ciudadanos no haga con él a nivel nacional lo que ya le ha hecho en Cataluña. Una esperanza completamente infundada, pues no hay nada que la respalde.

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