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Cristina Losada

Cuando decir "violación" era de derechas

Para los socialistas, decir "violación" era algo trasnochado, rancio y de derechas.

Para los socialistas, decir "violación" era algo trasnochado, rancio y de derechas.
EFE

Los motivos por los que desapareció el término violación del Código Penal de 1995 componen una historia interesante. Tan interesante como, por lo general, ignorada. En algún caso, deliberadamente ignorada. Quien más interés tiene en que sea ignorada es el Partido Socialista, autor principal del Código. No reconoce su autoría cuando ahora propone reformarlo en ese punto. No la reconoce cada vez que apoya a quienes se manifiestan bajo el lema "No es abuso, es violación". Y no reconoce ni por asomo que hace 24 años decidió que el término violación tenía que salir del Código Penal.

Esa historia, sin embargo, está escrita, que es casi la mejor manera de ocultarla. Está escrita, sin ir más lejos, en el Diario de Sesiones del Congreso. Quién quiera saber por qué el PSOE, en 1995, quiso eliminar el término que hoy, en cambio, reivindica no tiene más que buscar. Está, prácticamente, al alcance de cualquiera. Está al alcance, incluso, de las estrellas mediáticas que se unen al grito de "¡No es abuso, es violación!". Y, si buscaran, esto es lo que se iban a encontrar.

Van a encontrar que el representante del Grupo Popular, señor Pillado Montero, reprochó lo siguiente al proyecto presentado por el Gobierno socialista respecto de los delitos contra la libertad sexual:

Se aparta de la terminología tradicional en nuestro Derecho Penal al dejar de llamar a las cosas por su nombre, y así la violación ya no se va a llamar violación ni el estupro, estupro. A partir de ahora la violación se va a llamar algo así como agresión sexual con acceso carnal (…) mientras que el estupro se llamará abuso sexual (…). Estas novedades terminológicas no aportan (…) ninguna mejora en la política penal respecto a delitos tan frecuentes y que tanta alarma y tanta inquietud producen en la ciudadanía, ni contribuyen a otra cosa más que a la confusión.

No estaba tampoco de acuerdo el Grupo Popular con las "modificaciones de tipos" que llevaban a una "suavización de las penas", y dijo Pillado Montero:

La rebaja de penas de todos los tipos que se consideran en este Título es preocupante, incluso alarmante, teniendo en cuenta precisamente la gran proliferación de los delitos contra la libertad sexual y la gran inquietud que están creando.

Encontrarán que los representantes de los Grupos de Coalición Canaria, Catalán e Izquierda Unida se mostraron favorables a mantener la terminología del delito de violación, asunto sobre el que no se pronunció ni a favor ni en contra ni de ninguna otra manera el PNV. Y verán, por último, cómo el Grupo Socialista, el del partido en el Gobierno, defendió la defenestración completa de los términos tradicionales. Su representante, el Sr. Jover Presa, expuso así el núcleo del asunto:

El proyecto de Código Penal que estamos discutiendo, en este Título VII realiza una opción completamente nueva, que se basa en una concepción que supera la que habíamos tenido hasta este momento en nuestro ordenamiento penal positivo. Se trata de superar una concepción, que muchos creemos trasnochada, de estos delitos, en la que básicamente el bien jurídico que se protegía era lo que se llamaba la honestidad.

No era mera cuestión semántica, o así lo dijo Jover:

Comprendemos que es un problema de nombre, pero también de algo más, porque detrás de éstos hay concepciones que querríamos superar, señor Presidente, no nos engañemos.

El término violación en nuestro Derecho Penal positivo tiene unas connotaciones muy claras y responde a una concepción de todos conocida.

¿Cuál era esa concepción de todos conocida? Para el Grupo Socialista, era la que pretendía "proteger y defender un determinado concepto de la sexualidad conectado con la función reproductora de la mujer". El término violación, por tanto, estaba vinculado a una concepción trasnochada de la sexualidad de la mujer que había que superar. Por eso, como remarcó su representante,

no podemos aceptar, no podemos votar favorablemente las propuestas que hemos escuchado, que pretenden incluir, concretamente en el artículo 174, el nomen iuris de la violación.

La violación desapareció del Código Penal de 1995 porque el PSOE estaba convencido de que el término era reaccionario. Para los socialistas de entonces, decir "violación" era algo trasnochado, rancio y de derechas. Para los socialistas de ahora, decir "violación" es progresista, feminista y de izquierdas. No es por el paso del tiempo. Es por el mal paso. El que lleva a romper con términos tradicionales en nombre de "concepciones nuevas". Que son las que antes quedan trasnochadas. Ironías de la historia: el feminismo fetén asume hoy los términos conservadores.

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