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José Luis Gallego

Del "producir, usar y tirar" a la economía circular

Una situación que nos obliga a un replanteamiento de nuestro modelo de progreso del que emerge un nuevo paradigma: el de la economía circular.

Una situación que nos obliga a un replanteamiento de nuestro modelo de progreso del que emerge un nuevo paradigma: el de la economía circular.
Bosque de eucaliptos | Ence

BTRIBUNA LIBRE

uena parte de los problemas medioambientales que estamos padeciendo, incluido el grave desafío de la crisis climática, parten del errado patrón de desarrollo que nos ha traído hasta aquí. Un modelo basado en la economía linealfabricar, usar y tirar para volver a fabricar, usar y tirar— que no da más de sí.

El avance de la economía lineal está detrás de los principales desafíos a los que debemos hacer frente. Dilemas tan serios y tan urgentes como el agotamiento de los recursos naturales, el colapso de los residuos o el aumento de las emisiones de gases con efecto invernadero que causan el cambio climático.

Una situación que nos obliga a un replanteamiento de nuestro modelo de progreso del que emerge un nuevo paradigma: el de la economía circular.

Un modelo en el que los residuos se convierten en recursos: fabricar-consumir-usar y recuperar para, con lo recuperado, volver a fabricar-consumir-usar y recuperar; así una y otra vez. Un círculo que gira sin fin, no una línea recta que se inicia con la fabricación del producto y acaba con el final de su vida útil para convertirse en recurso. Por eso el Paquete de Economía Circular de la Unión Europea, un plan de acción para contribuir a acelerar la transición de Europa hacia una economía verdaderamente circular, que impulse la competitividad, promueva el desarrollo sostenible y contribuya a generar nuevos puestos de trabajo, pone al reciclaje como ejemplo.

Porque como ocurre con el reciclaje de los materiales que recuperamos a través de la recogida selectiva, en la economía circular los recursos naturales no se agotan sino que se usan, se recuperan y se vuelven a usar en un ciclo productivo sin fin. De manera que el yacimiento al que acudimos para obtener la materia prima no está en la naturaleza, sino en el propio sistema. Por eso se plantea como un modelo económico alternativo al lineal: mucho más equilibrado, sostenible y en armonía con el medio ambiente.

Un medio ambiente que pasa así a convertirse en el mejor aliado para ganar en competitividad, y no en el principal obstáculo a salvar como desde las malas prácticas empresariales se ha venido considerando. Por eso es tan importante propiciar su restauración y cuidado.

Dicho de una manera mucho más directa y coloquial: sin ecología no hay economía. No importa el ámbito en el que se desarrolle la actividad ni el sector al que pertenezca una empresa: en la economía circular el respeto y cuidado del medio ambiente es un requisito esencial, inherente al propio proceso productivo, pues la materia prima no está en la naturaleza, sino en la propia cadena de valor del producto.

De lo que se trata ahora es de incorporar al modelo productivo las externalidades ambientales: esas que en la economía lineal veníamos dejando al margen del balance asumiendo tan solo sus costes fiscales. Una especie de diezmo con el que muchas empresas pervirtieron el "quien contamina paga" transformándolo en el "como pago contamino".

En la economía circular los activos que nos presta la naturaleza tienen un valor exclusivo, por lo que debemos usarlos de manera responsable, conservarlos al máximo durante todo el ciclo de vida y velar por su recuperación una vez entran en desuso para ser reutilizados de nuevo.

Para entender las oportunidades que nos ofrece este modelo económico existen numerosos casos prácticos de empresas que, desde distintos sectores y con diferente tamaño, lo están desarrollando con notable éxito: un éxito tanto económico como de imagen corporativa.

Ese es el caso de la gran multinacional de la alimentación y el cuidado personal Unilever, la empresa valenciana de agua a domicilio Aquaservice y la marca vasca de ropa de montaña Ternua, tres ejemplos claros de economía circular.

Unilever

Desde 2010 los residuos asociados a los productos de Unilever han disminuido a escala mundial un 30%, mientras que el peso de sus envases se ha reducido en un 15% de media.

La gran multinacional anglo-holandesa ha anunciado una revolución interna en el campo del ecodiseño con el objetivo de que en menos de 5 años el 100% de sus envases de plástico sean totalmente reutilizables, reciclables o aptos para el compostaje, lo que permitirá un gran paso de la compañía hacia la economía circular.

Por otro lado, en un plazo de tan solo cinco años a partir de 2020 eliminarán más de 100.000 toneladas de envases de plástico de todas sus marcas, de manera que antes de 2025 Unilever recogerá y procesará más envases de plástico de los que colocará en el mercado.

Este compromiso significa que para entonces Unilever deberá recoger y reciclar cerca de 600.000 toneladas anuales de plástico usado. Asimismo, en 2020, todas las fábricas habrán reducido más de un 50% el agua utilizada en los diferentes procesos de producción, reutilizando el 50% restante.

Con la adquisición de la marca de detergentes Seventh Generation o la línea de cosmética Love, Beauty & Planet, ambas elaboradas a base de ingredientes vegetales 100% naturales y sin restos de contaminantes, Unilever ha iniciado el cambio de su porfolio de productos hacia marcas 100% sostenibles y directamente vinculadas con la economía circular. Un relevo con el que la compañía se compromete a eliminar de su catálogo las marcas que no cumplan dicha condición. Así de simple: así de contundente.

Aquaservice

Aquaservice es la marca líder en distribución de agua mineral natural con dispensador en España. Con más de 350.000 clientes, tanto empresas como hogares, da de beber a más de un millón y medio de usuarios al día.

La garrafa con la que se suministra el agua al dispensador se entrega en depósito y se recoge en domicilio una vez vacía, por lo que ninguna garrafa acaba en el entorno. Las características de esta garrafa permiten su reciclaje al 100% al final de su vida útil.

Con este sistema se evita la fabricación y uso de 200 millones de botellas de litro y medio. Ello equivale a la reducción de 60 toneladas anuales de plástico. Conviene recordar que, según WWF, España es el segundo país que más plástico aboca al Mediterráneo. En este importante ámbito, conviene también reseñar que el almacenado de las garrafas se realiza mediante un sistema de jaulas libre de cualquier tipo de embalaje superfluo, por lo que no se genera ningún tipo de residuo plástico.

Por lo que hace a la distribución, esta se realiza desde una red de multimanantiales que permite una explotación sostenible de los acuíferos, con 40 centros logísticos y la mayor flota híbrida de camiones de bajo tonelaje de Europa (cada uno reduce las emisiones que captarían 140 árboles).

Las entregas al cliente final se realizan en rutas de alta eficiencia y bajas emisiones, cuyo trazado se revisa periódicamente y ha permitido reducir las distancias un 40% en los últimos 3 años. El 30% de dichas entregas se realizan a pie, con carretilla, gracias a un innovador sistema de reparto al que denominan "camión-hub" y que permite reducir a cero las emisiones durante su tramo final. Respecto al consumo de energía, anotar que el 100% de la que consume Aquaservice procede de fuentes renovables (con garantía de origen certificada) incluida una planta fotovoltaica propia. Por eso cuando hablamos de Aquaservice estamos hablando del agua circular.

Ternua

Las redes de pesca que se abandonan en el mar generan un grave impacto ambiental en los ecosistemas marinos. Sin embargo, una vez recuperado y convenientemente tratado el nylon de las redes de pesca da lugar a unos tejidos muy resistentes con los que la marca vasca Ternua está elaborando una ropa técnica de calidad superior, muy valorada por los expertos de todo el mundo. Actualmente esta empresa comercializa sus prendas a nivel nacional e internacional y está presente en más de 20 países de Europa, Asia y América.

Se trata de un claro ejemplo de economía circular aplicada a la industria textil. El proyecto está basado en la recogida y reciclaje de redes de pesca en desuso: un residuo de larga vida (tarda miles de años en biodegradarse) que causa un grave impacto en la biodiversidad marina. Sin embargo, desde Ternua se encargan de recuperarlas del mar para devolverles a la vida y convertirlas en prendas de montaña de alta calidad y 100% sostenibles.

Así, en 2018 junto a la Organización de Productores de Pesca de Bajura de Guipúzcoa (Opegui) y con el apoyo del Gobierno Vasco, lograron sacar del mar y reciclar 12 toneladas de redes abandonadas.

Siguiendo con su compromiso con la economía circular, actualmente la ropa de Ternua está elaborada con materiales 100% libres de PFC procedentes de botellas de plástico, asientos de tren desballestados, redes de pesca, restos de moqueta y otros residuos como los posos de café o las cáscaras de nuez.

En el sorprendente caso de los posos de café, se aprovechan para controlar los olores corporales que se fijan a las prendas, añadiéndolos a las fibras con las que se elaboran sus tejidos, aumentando la protección frente a los rayos UV y acelerando el proceso de secado. También obtiene un tinte para sus prendas 100% natural a partir de las cáscaras de nuez recogidas en las sidrerías del País Vasco. Además, desde hace años emplean algodón 100% orgánico en todas las prendas, y han empezado a usar algodón reciclado procedente de restos de ropa desechada que recogen en colaboración de sus clientes. Un paso más allá en economía circular que implica directamente a la marca con su consumidor final.

*El Grupo Libertad Digital no se hace responsable de las opiniones vertidas en este espacio de "Tribuna Libre", donde firmas invitadas ofrecen su opinión sobre distintos asuntos de actualidad.

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