El Atlético de Madrid ganó en Pamplona por 1-3 con un partido muy completo y con una segunda parte de mucho talento ofensivo. Y curiosamente ganó a Osasuna con su mejor versión ofensiva en el primer partido en el que Simeone tuvo que jugar, por obligación, sin ningún 9 referente. Diego Costa sigue lesionado y Luis Suárez necesita descanso, algo que provocó que Marcos Llorente tuviese que jugar como falso ariete junto a Joao Félix. Aún así, los rojiblancos generaron hasta cinco ocasiones claras, marcando 3 de ellas, fallando un penalti y dando dos palos. ¿Casualidad? No. ¿Causalidad? Sí. Porque lo que pasó en Pamplona va más allá de la fortuna y es que este Atlético de Madrid, poco a poco, lleva muchos meses siendo un equipo diferente.
Los que no vean al equipo, algo que en España se convierte en el deporte nacional de criticar sin saber si lo que dices está pasando o es ya un chascarrillo caducado, no sabrán que Simeone lleva muchos meses buscando y encontrando una evolución en su juego. El Atlético ataca mucho mejor que antes, pero ojo, eso implica un riesgo añadido que hay que estar dispuesto a asumir y que el Cholo está asumiendo. Si atacas más, desproteges más tu defensa.
Ya son varias las temporadas en las que al Atlético se le exige un paso hacia delante y ese paso, lógicamente, implica alejarse de la portería y por ende defender peor. Simeone aceptó la temporada pasada que llegaran a la plantilla dos laterales como Lodi y Trippier, es decir, dos defensas más reconocidos por su faceta ofensiva que defensiva. Esos fichajes eran ya una buena pista. A partir de ahí se vio al equipo de Simeone jugando con mucha profundidad por los flancos, pero algo fallaba en el plan: la efectividad de cara a portería. El experimento fallaba en el último componente de la ecuación y eso generó dudas. Sin gol, empates. Demasiados empates.
Pasado el tiempo y tras el confinamiento se vio a un Atlético que siguió la estela de Anfield para ganar, golear y meterse en la Champions, sin embargo, fue en Europa donde se volvió a dudar del equipo por su mal desempeño ante el Leizpig. Pese a los fallos de los primeros experimentos del Cholo, al Atlético ya se le veían cosas diferentes en su pizarra. Sobre todo se veían mejoras de un claro color rubio, el de Marcos Llorente. El ex del Real Madrid se ha reconvertido en... diría que segundo delantero, pero también sale desde la banda. Diría extremo por sus carreras apurando hasta la línea de fondo, pero es que también se va por dentro para enlazar con el delantero. Diría... mejor no decir nada. Bueno sí, con decir "Luis Enrique reserva habitación en Las Rozas para Marcos" bastaría.
La aparición de Marcos Llorente empezó a despertar la faceta ofensiva del Atlético de Simeone y eso unido a dos o tres retoques están dando los resultados ofensivos que quería el técnico argentino. Koke, por fin, se ha logrado instalar en el doble pivote, lugar destinado a sus características aunque maldito en las ocasiones en las que el Cholo quiso colocarle ahí. Ahora, coincidiendo con la baja de Saúl y la salida de Thomas, el capitán no sale del doble pivote y desde ahí comanda sus tropas con mano firme y con una excelente visión de juego. Hasta 3 ocasiones de gol dio en Osasuna en una masterclass de creación.
Con Koke dominando los tiempos, Simeone necesitaba alguien que una vez dominado el 'tempo' lo acelerase a su gusto y ahí es donde aparece Joao Félix. El portugués, feliz pese a la infelicidad que le atribuyen los enemigos de Simeone, está siguiendo el plan del segundo año, es decir, adaptación en su primer curso para explotar al año siguiente. Ante Osasuna marcó de penalti el 0-1, falló otro y marcó un gran gol para el 0-2 de su equipo. Su segunda exhibición y su segundo doblete tras hacer lo mismo en Champions ante el Salzburgo. Además está Luis Suárez que, por primera vez en mucho tiempo y pese a no jugar en Pamplona, coloca a un delantero del Atlético entre los mejores del premio Pichichi.
Este Atlético es diferente. Varios elementos de la ecuación han sido mejorados o recuperados para mejor rendimiento del equipo y por eso llevan 13 goles a favor y 2 en contra con dos partidos menos que la mayoría de los equipos y con solo uno de diferencia con el Real Madrid. Son números de candidato aunque cuanto más se alejen de esa palabra mejor les irá a los hombres de Simeone. Eso sí, atacar mejor quiere decir tomar más riesgos y por eso se dice que la defensa del Cholo ya no es tan eficaz. Más ataque conlleva una defensa menos protegida y con eso tendrá que convivir la nueva versión rojiblanca. El todopoderoso Bayern y el Salzburgo saben bien lo que es hacerle daño al Atlético, sin embargo, el experimento de Simeone tiene más luces que sombras y ya son 4 victorias consecutivas y 22 partidos invictos en Liga. El nuevo Atlético de Simeone, al que daban por muerto, ¡está vivo!