Menú
Cristina Losada

¿Lecciones de Francia para Feijóo?

Sánchez y sus portavoces no han tenido ningún detalle con Hidalgo para endulzar una derrota que deja al Partido Socialista al borde de la extinción.

Sánchez y sus portavoces no han tenido ningún detalle con Hidalgo para endulzar una derrota que deja al Partido Socialista al borde de la extinción.
Anne Hidalgo recibiendo a Pedro Sánchez en París en 2018. | EFE

La política es cruel como sólo ella puede serlo. No hay amigos, ni aliados ni compañeros de partido, pero tampoco hay compañerismo entre partidos hermanos de países distintos. Véase, si no, lo que ha dicho el PSOE sobre el batacazo histórico que ha recibido su homólogo francés en la persona de su candidata, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo. En efecto, no ha dicho nada. Nada, como si no la conocieran.

Después de traerla al Congreso federal del partido en octubre de 2021, donde Hidalgo dijo que Sánchez era el "modelo del porvenir" y elogió el "método del presidente", algo que implicaba la audaz hipótesis de que tenía alguno; después de haber compartido con ella un coloquio en el Barrio Latino en noviembre, junto al presidente socialista portugués; después de haber ido a París a reunirse con ella al poco de llegar a La Moncloa, resulta que Sánchez y sus portavoces no han tenido ningún detalle con Hidalgo para endulzar una derrota que deja al otrora poderoso Partido Socialista al borde de la extinción y de la quiebra económica. Qué crueldad más espantosa.

Lejos, muy lejos, como en el Pleistoceno, quedan las épocas en que las victorias del PS eran celebradas casi como propias por el PSOE, como avanzadilla de lo que iba a pasar en España, país que los socialistas españoles de nuestro tiempo tienden a considerar siempre retrasado. La de Mitterrand en 1981 la vivieron como el preludio de la de González y, por azar, coincidió así. La de Hollande, en 2012, ya no la verían tan preñada de buenos augurios, porque acababan de perder, pero no dejaron de proclamar lo magnífico que iba a ser para España que hubiera un socialista en el Elíseo. Pero una cosa es mirar a Francia para profetizar la victoria y otra, hacerlo para encarar la derrota.

Lo que ocurre en Francia, se queda en Francia. Tal parece ser el método con el que el PSOE hace frente al pobrísimo resultado de su amiga francesa y el partido hermano. Aunque este método no impide que los socialistas españoles extraigan enseñanzas de Francia para un tercero. Quien debe aprender una lección es Feijóo. Primero, la conocida lección del cordón sanitario a Vox. Y unida a ella, la de que el PP tiene que ser una derecha centrada y europea. Esta instrucción la viene impartiendo el PSOE desde mucho antes de que existiera Vox. a derecha española nunca es lo suficientemente europea como para satisfacer a los educadores socialistas.

Hay algunas lecciones de Francia que, a pesar de todo, les conciernen. La extinción de los partidos tradicionales, tanto de derechas como de izquierdas, no se ha producido aquí. No surgió un Macron para capitalizar la crisis del sistema de partidos, y ganar gracias a su condición de único baluarte frente al empuje de Le Pen. Pero lo que muestra otra vez la peripecia electoral francesa es una nueva realidad social, marcada por el debilitamiento de las clases medias y trabajadoras. Es el peligro de extinción en el que se encuentran el que ha llevado a la extinción a los partidos que votaban. Con menor intensidad, el mismo fenómeno se está produciendo aquí, ahora exacerbado por la inflación. Cuál será su exacta traducción electoral, está por ver. Pero no presagia nada bueno para los partidos del Gobierno. En vez de darle lecciones a Feijóo, quizá tendrían que poner las barbas a remojar.

Temas

En España

    0
    comentarios