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David Vinuesa

Cuando el Atlético haga el ridículo debe haber consecuencias

El conjunto rojiblanco volvió a perder contra un equipo que llevaba una racha terrible y lo hizo ofreciendo una versión contemplativa.

El conjunto rojiblanco volvió a perder contra un equipo que llevaba una racha terrible y lo hizo ofreciendo una versión contemplativa.
Cuando el Atlético haga el ridículo debe haber consecuencias | EFE

Sinceramente no creo que haya que comentarlo previamente, pero lo voy a hacer por si acaso. Es indudable que al más alto nivel, cualquier partido y cualquier rival, sobre todo en la segunda vuelta donde todos se juegan mucho más, te puede complicar la vida. Esto se traduce en que hay que mantener el máximo respeto ante equipos como Mallorca, Levante, Alavés... o lo que es lo mismo, los equipos que con el agua al cuello se juegan la salvación. Eso que vaya por delante, sin embargo, hay maneras de perder ante estos equipos y luego está la forma que tiene el Atlético de Madrid de hacerlo ante los mismos y haciendo los mismos partidos.

El encuentro que hizo el equipo de Simeone en Mallorca fue un ridículo espantoso. Del entrenador y de los jugadores. Del líder y de los que juegan. No por perder, ojo, sino por la forma de coger los puntos, envolverlos en papel de regalo y dárselos en mano a un Mallorca que llevaba siete derrotas consecutivas. Que sí, que el árbitro se inventó un penalti de chiste y fue el que puso el lazo al regalo, pero el Atlético, como he dicho antes, dedicó 90 minutos de su tiempo a envolver los tres puntos. No dudaré jamás de la profesionalidad de un equipo. Ni de broma pienso que les importase poco o nada ganar el encuentro. Eso sí, sí que pienso que en muchas ocasiones algunos partidos perdidos del Atlético se pierden y aquí no ha pasado nada. Al autobús, que mañana hay que entrenar. Y eso, cuando se coge como costumbre en un grande, reduce su tamaño de conjunto potente a vestuario pequeño y acomplejado.

¿Cuál era el plan de Simeone? Porque si era contemporizar en la primera parte y salir con todo en la segunda, algo que suele hacer el Atlético y que encima no le suele salir, nada salió de la forma esperada. Primero porque ya está bien de que en este tipo de partidos se espere a hacer algo del 45 al 90 y no del 1 al 90. Ni con 4-4-2 ni con 1-5-5. Y segundo, porque en la segunda parte aún hubo una sensación mayor de que al Atlético, perder, le importaba mucho menos que otros días.

¿Por qué el Atlético de Simeone hace este tipo de partidos en demasiadas ocasiones? Repito, en demasiadas. En el Atlético de hace unos años se podían entender 4 o 5 partidos así por temporada, pero en el Atlético que acaba de ganar una Liga y que está destinado a pelear por todo desde hace tiempo, como mucho te puede pasar una vez o dos por temporada. Como mucho. Pues bien, este año han jugado partidos en "modo avión", entre otros, ante Alavés, Mallorca y Levante. Dos derrotas ante el Mallorca, una frente al Alavés y, como siempre, ridículo frente al Levante con el 1-2 del Metropolitano.

Son muchos partidos así para un grande. Son muchas desconexiones y siempre en los mismos contextos. Y tras estas derrotas, ¿pasa algo en el club? ¿Alguien se mueve? ¿Alguien sale a pedir perdón? No. Simplemente se activa el protocolo habitual. El discurso de "no entramos bien al partido" que se conocen ya los aficionados rojiblancos de memoria y a veces extrañas excusas como lo que dijo Oblak sobre el "sol", el "campo seco" y el "cansancio". De las tres me creo lo último, pero menuda casualidad que el Atlético siempre diga que está cansado en partidos con una imagen vacacional. Venimos a Mallorca, nos damos una vuelta, si ganamos estupendo y si no lo hacemos, Manchester City, que eso es lo que importa de verdad. Pues no, Atlético. Así pensaría el Atlético de hace unos años, pero con este actual no se puede pensar así.

Hay que empezar a sangrar por estas derrotas. No desangrarse o convertir cada cosa mala que ocurra en un circo de fin de ciclos y cosas así, pero sí deben escocer todavía más estos partidos. Que Gil Marín entre en el vestuario después del Atlético-Levante y luego el equipo espabile, a mí no me parece casualidad. Pues lo mismo hay que hacerlo más veces. Lo mismo Simeone debe golpear la pizarra con más ganas. Y lo mismo hay que decirse cuatro o cinco verdades en el vestuario cada vez que se pierde así. Lo que es seguro que no se puede hacer es lo que ha pasado durante y después del partido frente al Mallorca. La nada más absoluta. Autobús, avión y a pensar en el Manchester City. No. Bronca y autobús. Bronca y avión. Que la herida escueza y si hay que echar alcohol que se eche. Nada de tirita, un besito en la frente y no pasa nada chicos. Cuando eso ocurra quizá el Atlético sea capaz de pelear de verdad dos ligas consecutivas y llegar más alto en competiciones que últimamente da igual no ganar, como la Copa del Rey. Espabila Atlético, que eres un grande. Espabila Simeone, que tiene un grande.

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