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Miguel del Pino

¿Ecofeminismo? ¿Qué es eso?

Después de crear las palabras, los dictadores ideológicos obligan a creer en ellas.

Después de crear las palabras, los dictadores ideológicos obligan a creer en ellas.
naturaleza, cuenca, ecuador | Pixabay/CC/Darxav91

En estos momentos, más que nunca, somos víctimas de un aluvión de frases, difícilmente inteligibles, inventadas por parte de los políticos con mando en plaza y por tanto con acceso directo al Boletín Oficial del Estado. Muchas de estas incluyen en su construcción el prefijo "eco", lo que pretende imprimirles categoría de dogma. "Ecofeminismo" es una de ellas, pero ¿qué quieren decir con tal definición? Vamos a investigarlo.

Parece claro que quienes pretenden obligarnos a ser "ecofeministas" basan su postulado en la palabra ecología. Empecemos por tanto por este término.

Fue el prusiano Ernst Haeckel (1834 -1919) quien propuso la denominación de "ecología" para definir lo que era en su tiempo una novedosa rama de las Ciencias Biológicas. El sabio alemán había sido testigo de la época histórica de las expediciones: verdaderas epopeyas por parte de naturalistas que exploraban los últimos paraísos del planeta recolectando ejemplares con destino a su estudio en los museos e instituciones del momento. Estábamos en la etapa de realizar los primeros catálogos sobre lo que hoy llamamos "Biodiversidad".

Haeckel había estudiado medicina en Berlín pero vocacionalmente era sobre todo un naturalista, organizador de expediciones y creador de museos de lo que entonces se llamaba Historia Natural, por ejemplo el de Jena, del que fue director durante muchos años.

Al trabajar en la clasificación de los ejemplares de animales y plantas procedentes de países lejanos aportados a los museos por los expedicionarios naturalistas, Haeckel comprendió que no se podía interpretar la forma de vida y las relaciones entre sí y con la naturaleza de los especímenes estudiándolos en la vitrina del museo o en los dibujos tomados en plena naturaleza: había que dar un paso más y estudiar al ser vivo en su medio natural.

Utilizó el sabio el prefijo griego "oikos" para definir la nueva rama de las Ciencias Biológicas a la que llamó "Ecología": literalmente "oikos" significa "casa" pero Haeckel quiso darle un sentido más específico, el de "morada", o si quieren "casa habitada". Ecología se refiere al estudio del ser vivo en su morada, es decir, en el medio natural en el que desarrolla su vida.

Con el nacimiento de la ecología se comprendió que es imposible comprender las estructuras biológicas, insistimos, tanto botánicas como zoológicas, sin conocer cómo viven las especies, de qué se alimentan, cuáles son sus competidores, sus depredadores, sus parásitos y en definitiva los factores ambientales que las rodean y el resto de los seres vivos con los que comparten su vida.

Vengo evitando hasta ahora utilizar una palabra para definir el espacio en que viven animales y plantas, es que en este aspecto se ha impuesto una reiteración absurda: "medio ambiente". El término no se refiere a "la mitad del ambiente"; simplemente duplica dos palabras que quieren decir lo mismo.

Haeckel fue también un inventor de palabras pero en el buen sentido del término. Le debemos la aplicación a la biología del término "filum" para definir las ramas principales del tronco de la evolución, así como de su derivado "filogenia", o historia de dichas ramas. También propuso "ontogenia", como definición del desarrollo embrionario.

La "Ley fundamental de Haeckel" establece que "La ontogenia es una repetición de la filogenia": muy sencillo, durante el desarrollo embrionario de un ser vivo, se van repitiendo algunas de las fases por la que ha pasado a lo largo de la evolución. Veamos un ejemplo.

Los cetáceos, grandes mamíferos marinos, se dividen en dos grupos, los cetáceos con dientes y los cetáceos con barbas (cachalotes y delfines entre los primeros y ballenas entre los segundos). Pues bien, en el desarrollo embrionario de los cetáceos con barbas se pasa por una fase con dientes que luego se pierden. Lo vemos claro: los cetáceos con barbas descienden de los cetáceos con dientes.

Y es que Haeckel fue fundamentalmente un evolucionista que difundió en Alemania las teorías de Darwin y avanzó varios pasos en el estudio de tales ideas. Es difícil evitar el esbozo de una sonrisa al imaginar qué pensaría si pudiera ver la invención de palabras supuestamente ecológicas por parte de absolutos legos en tal materia.

Vamos pues con lo de "ecofeminismo". ¿Nos quieren vender que en la naturaleza las hembras gozan de especiales prerrogativas por el hecho de serlo? Digamos sencillamente que no es cierto. ¿Lo quieren más claro? Eso es mentira.

La casuística en este sentido es extremadamente variable pero lo que es innegable es que la inmensa mayoría de la vida, tanto animal como vegetal e incluso fungal (hongos), ha adoptado la reproducción sexual como forma habitual de dar paso a nuevas generaciones. ¿Cuál es la gran ventaja de este método?

Se trata de aumentar la diversidad genética de los seres evitando la clonación, es decir la repetición de las dotaciones genéticas y la degeneración que esto implica. Al cruzarse dos individuos aumenta la diversidad, y eso implica por lo general una mejora de las generaciones. Por eso la evolución ha elegido mayoritariamente este procedimiento.

Si nuestras dirigentes quieren convencernos de que la naturaleza es feminista, ya de entrada les regalo un ejemplo: la sociedad de los elefantes; manda una vieja hembra a la que sigue toda la manada, pero también podemos encontrar numerosos ejemplos en sentido contrario. Simplemente el argumento no es válido.

En definitiva no entiendo, por mucho que lo intente, este y otros tantos conceptos inventados para prostituir la compleja estructura del funcionamiento de la naturaleza. "Ecofeminismo" es uno de ellos.

Para los profesionales y estudiosos de la ecología, la intromisión en esta rama de las Ciencias Biológicas de tanto ignorante interesado ha sido una verdadera desgracia: no existen "arquitectistas", ni "abogadistas", ni "fontaneristas". La utilización de la Ciencia de la Ecología para justificar tendencias políticas generalmente izquierdistas, el frenado del desarrollo energético de los países incautos o la manipulación de tanto idealista mal informado, es decir, la sustitución de "ecología" por "ecologismo" es, y ha sido, un verdadero desatino.

Por cierto, ¿qué quiere decir "ecofeminismo"?

Miguel del Pino, catedrático de Ciencias Naturales

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