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EDITORIAL

Feijóo no puede contar con el PSOE

Ni los más voluntariosos partidarios del consenso pueden esperar que el PSOE dé marcha atrás en un asunto que viene ya de los tiempos de Zapatero

La ley de Memoria Democrática que este jueves aprobará el Congreso con el apoyo de los socios del Gobierno es una aberración jurídica, política e histórica de tal magnitud que ha encontrado la oposición activa de significados dirigentes socialistas ya retirados de la primera línea a través de la Asociación para la Defensa de los Valores de la Transición. Para los integrantes de esta entidad, surgida durante la etapa de Zapatero para dar la voz de alarma sobre la Ley de Memoria Histórica de 2007, lo que pretende Sánchez ahora es seguir tergiversando el "gran pacto constitucional" con el apoyo de los que "utilizaban la violencia terrorista como método sistemático de actuación, con consecuencias bien dramáticas bien recordadas, sin que el citado grupo aún no haya formulado una condena expresa de aquellos crímenes".

Pero por muy meritorios que sean estos esfuerzos de destacados ex dirigentes socialistas a título individual, es evidente que nada puede esperarse de un PSOE degradado hasta la hez y dispuesto a inmolarse junto a Sánchez en esta huida hacia delante, que repugna por su profunda inmoralidad a la inmensa mayoría de los españoles.

Yerra gravemente Alberto Núñez Feijóo al reclamar el apoyo "del próximo partido socialista" para derogar la ley infame que este jueves será aprobada con los votos de los herederos del tiro en la nuca. El PP no puede pretender un consenso con el PSOE en la próxima legislatura para modificar las leyes más aberrantes del sanchismo porque en tal caso no llevará a cabo ninguna reforma, como ocurrió durante las dos legislaturas de Mariano Rajoy. En su lugar, es imperativo forjar una unidad de acción con VOX, el otro gran partido de la derecha española, para dar la batalla y movilizar a la opinión pública contra una norma aprobada por los peores enemigos de la Nación para deslegitimar políticamente a más de la mitad de esa misma España que quieren destruir.

Pero si no es por imperativo moral, Feijóo debería replantearse su estrategia meliflua en un asunto tan grave al menos por motivos pragmáticos, como gustan explicar en Génova cuando dan a conocer sus propuestas contra el socialocomunismo. Porque lo cierto es que ni los más voluntariosos partidarios del consenso pueden esperar que el PSOE dé marcha atrás en un asunto que viene ya de los tiempos de Zapatero y cuenta con el respaldo entusiasta de todo el aparato mediático y cultural de la izquierda.

Los abusos de Sánchez son tan colosales que no cabe confiar en una futura redención de su partido. Es hora de que el PP abandone la cobardía y los complejos ante la izquierda, de los que ha hecho gala desde su fundación, y presente una oposición radical a desafueros como esta ley sectaria, con la que Sánchez y sus socios pretenden instaurar como obligatoria una mentira oficial haciendo gala del rencor más miserable.

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