Menú

La cabeza de Marlaska

Lo de Melilla constituye una gran oportunidad, sin duda, para que los enemigos del sistema demuestren otra vez lo que son y lo que llevan dentro.

Lo de Melilla constituye una gran oportunidad, sin duda, para que los enemigos del sistema demuestren otra vez lo que son y lo que llevan dentro.
MADRID, 25/10/2022.- El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, durante la sesión de control al Gobierno celebrada en la Cámara Alta, este martes en Madrid. EFE/ Mariscal | EFE

Tan esbelta y romana, la cabeza del ministro del Interior se ha convertido en objeto de deseo para las derechas a raíz de un reportaje de la BBC británica, tradicionales amigos históricos de nuestro país, no sobre aquellos 58 inmigrantes ilegales que murieron dentro de un camión cuando intentaban llegar al Reino Unido, asunto sobre el que en esa cadena oficial se pasó de puntillas, sino sobre el incidente de la valla de Melilla. Por simple y miope oportunismo cortoplacista, solo por eso, la derecha ha cometido, y más de una vez, tonterías frívolas que podrían haber acarreado consecuencias graves no sólo para ellos mismos, asunto que carecería de mayor relevancia, sino para España, que de momento es algo un poco más importante que el PP.

En tiempos de Fraga, tonterías tan frívolas e insensatas como la de alinearse con todas las facciones comunistas y revolucionarias de la península con el disparatado propósito de que Felipe González perdiera el referéndum de la OTAN. Y lustros después de los tiempos de Fraga, votando en contra del decreto de ajuste de Zapatero en el Congreso, cuando el Reino de España se jugaba a cara o cruz el ser declarado en quiebra internacional. Otra insensatez temeraria cuya consumación final solo se logró evitar por un voto, un solo voto, para más inri correspondiente a la bancada de los separatistas catalanes. La manía tan infantil de jugar con fuego.

Lo de Melilla constituye una gran oportunidad, sin duda, para que los enemigos del sistema demuestren otra vez lo que son y lo que llevan dentro. Pero un partido de Estado, y el PP lo es, debe andar con mucho cuidado en esas cuestiones. Entre otras razones, porque lo de Melilla, más pronto o más tarde, volverá a pasar, y con un ministro conservador ocupando la cartera de Marlaska. Al modo de lo que ocurría en tiempos del Imperio Romano, la defensa de la frontera sur de la Unión Europea ha sido encomendada a los bárbaros desde Marruecos hasta Libia. Y los bárbaros, ya se sabe, suelen cometer barbaridades de vez en cuando. Pero la mayor barbaridad sería usar esa materia tan crítica para las pequeñas batallitas cotidianas de la política interna española. Esperemos, en fin, que Feijóo tenga cabeza.

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal