Menú

Feijóo y la nostalgia del Pacto del Majestic

Olvida Feijóo las circunstancias que concurrieron en aquel feliz matrimonio de conveniencia entre las derechas españolas y las derechas antiespañolas.

Olvida Feijóo las circunstancias que concurrieron en aquel feliz matrimonio de conveniencia entre las derechas españolas y las derechas antiespañolas.
Alberto Núñez Feijóo | Tarek

En un ejercicio de memoria histórica selectiva, el líder de las derechas acaba de recordar que Felipe González no trató de impedir que el PP gobernase cuando el joven Aznar apenas había obtenido una raspada mayoría pírrica de 300.000 votos en las elecciones de 1996, resultado insuficiente para alcanzar la Moncloa sin el auxilio de los nacionalismos periféricos. Feijóo ha apelado a aquello que en su día se llamó el Pacto del Majestic para tratar de persuadir al PSOE de lo virtuoso que resultaría para los intereses generales de la Nación el posibilitar que gobierne el partido más votado, haciendo renuncia expresa ambos a recurrir a apoyos siempre onerosos para la integridad futura de España.

Olvida sin embargo Feijóo dos circunstancias que concurrieron en aquel feliz matrimonio de conveniencia entre las derechas españolas y las derechas antiespañolas. La primera, que el PSOE de entonces no decidió regalar el poder a Aznar como un gesto de suprema elegancia deportiva. Aquel PSOE, como el de Sánchez, habría luchado a muerte por retenerlo. Y si dio la impresión de no hacerlo fue porque los separatistas moderados de Barcelona y Bilbao ya habían decidido su voto al PP. Y no porque el PP les pareciese mejor o peor que el PSOE para sus intereses, sino porque, a diferencia de lo que ocurre ahora en Cataluña, se trataba de gente inteligente.

Y alguien tan inteligente como Pujol era muy consciente de que bloquear la alternancia desde Cataluña hubiese tenido un coste inasumible para él. Mas permita el lector que recuerde de modo muy somero, y esta es la segunda, los grandes beneficios para los sagrados intereses superiores de España que el Pacto del Majestic nos procuró a todos: expulsión de la Guardia Civil de Tráfico de Cataluña a fin de ser sustituida por ese cuerpo de ejemplar conducta constitucionalista llamado Mozos de Escuadra; abolición inmediata del servicio militar obligatorio para defender España; supresión de la figura de los gobernadores civiles, hasta entonces baluartes de la presencia efectiva del Estado en Cataluña y el País Vasco; entrega de las competencias plenas sobre Educación y Sanidad a la Generalitat; entrega a la misma Generalitat de una parte mollar de la recaudación de los impuestos exclusivos del Estado (33% del IRPF, 35% del IVA y 40% de los tributos especiales). Ah, y de poste, la cabeza de Vidal Quadras. España salió reforzadísima, sí.

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal