Los fans de Star Wars van a entender perfectamente la referencia que hago entre la película y la puntería del Atlético, pero para aquellos que aún no se hayan dado una vuelta por las 9 películas de La Guerra de las Galaxias, que lo hagan y se fijen en la capacidad increíble de los soldados imperiales para disparar aproximadamente dos millones de veces a los protagonistas y no darles nunca. Jamás. Ni a bocajarro. Apuntan mal, disparan peor, se tropiezan, se dan con la cabeza en el pico de la puerta... vamos, lo que hace el Atlético de Madrid en cada partido.
Ante el Almería, los atacantes del Atlético demostraron una falta de gol sangrante. Dolorosa. Ni intentándolo se pueden fallar más ocasiones. Si intentan tirar el balón al muñeco o fuera, como hacen por norma general, la meten dentro, se lo aseguro. Como en las ferias con las escopetas trucadas. Y a eso se suma que en una de las que sí iban a puerta, la de Marcos Llorente con 0-1 a favor, la fastidió Kondogbia metiendo el pie y convirtiendo el 0-2 en un fuera de juego de libro. Poco después, 1-1, centrales titulares en casa viendo el partido y dos puntos perdidos. Un circo, a fin de cuentas.
Este Atlético de Madrid es imposible que compita sin elementos básicos que debe tener cualquier equipo que quiera luchar, ya no por títulos, sino por cualquier objetivo medianamente decente. Al menos tiene portero, porque Oblak funciona, pero no tiene defensas de verdad y tampoco delanteros con gol. Por lo tanto, cada partido del Atlético se convierte en una lotería en la que todo depende de que el rival tenga un día penoso atacando y muy malo defendiendo. Incluso cuando defienden mal, el Atleti es capaz de convertir a cualquier portero en internacional transformando la experiencia de visionar un partido del equipo colchonero en una tortura para sus aficionados. Mientras todo esto pasa, la directiva rojiblanca y sus representantes, incluyendo a Simeone, te venden que hay plantilla de sobra para ganar. Hasta Tomás Reñones, excapitán y ahora Team Manager del equipo, te dice que no hay necesidad de fichajes porque está todo muy "compensado". Con dos Reñones, Tomás. Con dos Reñones sueltas esto.
Por otro lado está Simeone, que está desquiciado en líneas generales ante todo lo que ocurre. Solo así se puede explicar que ayer con 0-1 y jugando con un 4-4-2 que estaba saliendo bien, el Cholo entre en una inexplicable crisis de pánico con el 0-2 anulado y de repente, sin venir a cuento, cambie a línea de cinco cuando no había pasado nada del otro mundo. ¿Por qué el cambio de sistema? ¿Por qué pasar de lo que te había dado casi el 0-2 a algo que permitió al Almería dar un paso más en dirección a la portería de Oblak? No se entiende lo mires por donde lo mires Simeone. Y menos cuando tu defensa tiene de todo menos defensas de verdad.
Si quieres jugar al 0-1 y defender, Simeone, subes al despacho de Gil Marín y le dices de una vez por todas que fiche defensas que sean defensas, no medios que pasen a ser centrales, y luego, cuando tengas una defensa en condiciones, te pones a despejar balones, pero con Witsel, Hermoso, Felipe o Reinildo de centrales, por lo que más quieras, no te pongas a defender Cholo. Por lo que más quieras. Ojo, tampoco vendría mal que subieses a pedirle al jefe un goleador con gol. No un panadero con gol cuyo oficio es otro. Un goleador que sepa lo que significan las tres primeras letras de la palabra.
A todo esto, el partido del Atlético lo vieron desde casa ayer, otra vez más, dos de los capitanes y supuestas piezas clave del equipo. Digo supuestas porque por galones y calidad futbolística, Giménez y Savic son jugadores de élite, pero el problema es que durante las temporadas se antoja casi imposible verles en el once juntos o, como mínimo, con uno de ellos presente en el mismo. Molestan y mucho tantas molestias. Molestan y mucho tantas expulsiones por rojas innecesarias. ¿Qué pasa en ese vestuario? Porque el Cholo pide contundencia y compromiso cuando por momentos, con él liderando, el Atlético parece una ONG que alimenta jugadores en malos momentos para cuidarlos y mimarlos hasta que alguien los adopte. Porque Lemar, por ejemplo, lleva en intento de adopción 5 años ya. No se entiende. O sí, perdón. Se entiende cuando el mensaje que llega desde arriba no es ir a por el 10 y quedarse en el 8 sino ir a por el 5, pasar de curso suspendiendo dos y vivir de la mediocridad.
Y por último, inteligencia. Dentro y fuera del terreno de juego. Fuera, por ejemplo, hay que intentar sumar más minutos con tu equipo, el que te paga, que en bailes de Tik Tok o Instagram, porque luego te duelen los isquiotibiales Rodrigo y a los seguidores y seguidoras del Atlético, les duelen otras cosas mientras lo ven. Y dentro del campo, ídem. Menudo papelón, Reguilón. Está el Atlético como para encima tomar decisiones de ‘ingeniero aeronáutico’ como la que tomó el lateral ayer con su ridícula expulsión. En fin... sin defensas y sin nueve, toquen madera de aquí a final de temporada, porque o Griezmann y Barrios mantienen el nivel o la ilusión colchonera terminará por quedar sepultada. Mientras tanto, no se preocupen, porque como dice Tomás Reñones, la plantilla es una maravilla que ‘solo’ está a siete puntos de la Real Sociedad.