
Ineptitud agravada. Santa incompetencia. Porque no es solo lo de los violadores, sino también lo de los insurrectos catalanes. La abrupta caída en picado de la calidad en todos los sentidos, incluido el técnico, de la clase política, uno de los subproductos más nocivos de la hegemonía transversal de ese discurso populachero y antisistema que asimila la condición de cargo público poco menos que a la de delincuente en potencia, nos ha llevado a eso, a que cualquiera que posea una cualificación profesional de nivel y que se cotice en el sector privado rehuse por norma el dar el salto a la vida pública. De ahí la clamorosa selección inversa de las élites institucionales que ahora mismo se constata en España.
Y también de ahí las muy insólitas chapuzas legislativas que, una tras otra, logran acceder al BOE sin que nadie parezca haber reparado antes en sus potenciales efectos contraproducentes para los mismos que las han cometido. El último ejemplo de esa desconcertante inepcia es, decíamos, lo de los catalanes. Porque una cosa es querer dar un golpe de Estado y otra ser tonto de baba. Y en el asunto que nos ocupa, el de la reforma del Código Penal para arreglar el marrón de Junqueras, el Payés Errante y el resto de la colla, yo no sé quién ha sido el más tonto, si los de la Esquerra, que como grandes juristas nadie espera que vayan muy allá, o los del Gobierno, que se supone que debería tener jurisconsultos en nómina que supiesen hacer la "o" con un canuto.
El caso es que ingeniaron en comandita esa tosca chapuza, la figura de la malversación agravada, para dar carpetazo al 1 de Octubre, y ahora viene Llarena y les tiene que explicar con el Libro Gordo de Petete en la mano que el ánimo de lucro no exige el enriquecimiento personal, sino que se puede dar siempre que el reo haya actuado con el fin de obtener cualquier tipo de beneficio no patrimonial. Así las cosas, la pregunta del millón es si el tonto con balcones a la calle reside en la Plaza de San Jaime o en la Moncloa. En cualquier caso, lo dicho, santa incompetencia.
