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José García Domínguez

Lugo para Feijóo y Madrid para Errejón

Si de lo que se trata es de darle puerta a Almeida, yo creo que tiene que haber métodos algo menos retorcidos y costosos.

Si de lo que se trata es de darle puerta a Almeida, yo creo que tiene que haber métodos algo menos retorcidos y costosos.
El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, durante el pleno del Senado, este miércoles en Madrid. | EFE

Sí, Lugo, donde el PP fue la lista más votada en las pasadas municipales, para Feijóo; y Madrid, plaza en la que Almeida consiguió unos cuantos votos menos que la izquierda de la izquierda, para Errejón. Porque justamente ese hubiera sido el reparto de las alcaldías de ambas capitales de provincia en el caso de que, tal como ahora ansía el líder de la oposición, fuese la lista más votada la que, con independencia de la correlación de fuerzas en el seno de los plenos municipales, se hiciera con la vara de mando de los consistorios. Yo no tengo constancia de si en los despachos de Génova se habrán entretenido en echar algunas cuentas con la calculadora del móvil antes de lanzarse alegremente a proponer lo de los alcaldes, aunque sospecho que no.

Y es que el Partido Popular iba a hacer el negocio de Roberto el de las cabras en el supuesto, harto improbable por lo demás, de que el presidente Sánchez se plegase a concederles la modificación del régimen electoral local a cambio de la promesa solemne de ver borrada la totalidad de su obra legislativa y de gobierno en cuanto los conservadores pisen la Moncloa. Porque, amén de Lugo, que no será París pero que también vale una misa, la derecha pillaría Coruña; Coruña y para de contar. Eso, claro, suponiendo una repetición más o menos aproximada de los resultados de hace cuatro años, una hipótesis de trabajo perfectamente razonable, por cierto.

A cambio de Lugo y Coruña, el PP, en tanto que primera referencia en sufragios de las listas domésticas de la derecha, se vería obligado a ceder al PSOE Zaragoza, Palencia, Ciudad Real y Badajoz. Dos a cambio de cuatro. En otro orden de contrariedades, la propuesta del PP hubiera garantizado otorgar Barcelona, una ciudad donde el 75% de los electores censados no votamos nunca a ERC, a los separatistas de la Esquerra, que la otra vez lograron un puñado de papeletas más que los Comunes de Colau. En fin, si de lo que se trata es de darle puerta a Almeida, yo creo que tiene que haber métodos algo menos retorcidos y costosos.

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