
Minuto 105 de partido. Benzema marca el gol de la remontada y a todo el Santiago Bernabéu, salvo los 300-600 aficionados del Atlético de Madrid, les sale realizar un cántico que es casi tradicional en los derbis: el "Cholo, quédate". En el minuto 20 fueron cuatro gatos los que apoyaron a Vinicius pese a la movilización en las redes sociales. Es complicado poner de acuerdo a este estadio, pero con Simeone es fácil. Es evidente que hay sentimiento de aversión, pero también hay un olfato futbolístico y es que el Santiago Bernabéu detecta que, desde hace tiempo, el Atlético de Madrid está volviendo a dejar de ser ese rival temible para el Real Madrid y que posiblemente con Simeone ya no vuelva a serlo.
Aunque la afición rojiblanca, los futbolistas y el propio Simeone, a la mínima oportunidad señalaban a Soto Grado por no expulsar a Ceballos, gran parte de responsabilidad de la eliminación del Atlético fue de Simeone. Y eso el Bernabéu lo detectó al instante. Solo hay que ver la exagerada diferencia entre la primera y la segunda parte. Simeone es capaz de pegarte un baño en el Santiago Bernabéu teniendo el balón, ponerse por delante y en lugar de mantener el plan y matarte, ordena al equipo echarse atrás, renunciar a la pelota y que pase, en definitiva, lo que siempre le pasa ante el Real Madrid. Y eso lo saben en el Bernabéu, en Pekín o en Honolulu porque esta película tiene más secuelas que Avatar. Es así casi siempre desde 2014, en Lisboa. Ya no es el mensaje que traslada al quitar a Morata para meter a Witsel, que también. Es la mentalidad que transmite a la mínima que el Real Madrid se anima. Le entra el miedo, piensa que no hay otra fórmula que echarse atrás y más si tiene ventaja en el marcador. El Real Madrid no rascó la pelota en la primera mitad. Fue de sus peores primeras partes que se recuerdan en ese estadio en mucho tiempo. ¿Qué tenía que cambiar el Atlético? Parecía que Simeone había entendido que su plantilla le puede ofrecer más atacando qué defendiendo. Parecía.
La prueba de que el Atlético perdió una oportunidad de oro fue la segunda parte de la prorroga. En 15 minutos, con un futbolista menos, fueron capaces de meter al Real Madrid en su área, de presionar arriba y de crear más situaciones de peligro que en toda la segunda mitad. El marcador, el resultado, tiene excesiva influencia en Simeone. El Atlético de Madrid perdió una oportunidad idónea para eliminar al Real Madrid y más siendo la única alegría que les restaba esta temporada. Lo fue porque se adelantaron en el marcador, porque el Madrid tenía dudas tras una primera parte horrenda, porque Ancelotti falló en la alineación y porque hay bastantes jugadores clave en un mal momento de forma. Y a pesar de todo esto, el Real Madrid pasó a semifinales. Todos los cambios de Ancelotti funcionaron y, en cambio, de Simeone no funcionó ninguno.
Carlo Ancelotti supo, como en Villarreal, corregir sus errores iniciales. Ahora mismo y solo ahora mismo, parece anti competitivo que Kroos y Modric coincidan en el once titular y que Dani Ceballos esté en el banquillo. Ahora mismo y solo ahora mismo, Fede Valverde no puede ser titular y menos en la banda derecha para dejar en el banquillo a Asensio y Rodrygo. Considero que se está desperdiciando parte del talento que tiene Rodrygo. Su gol es especial. No hay muchos capaces de hacerlo y aunque sea algo irregular o haya destacado más saliendo desde el banquillo, también es cierto que él no es futbolista de banda derecha. Puede jugar ahí, como lo hace Valverde, pero no es la posición de ninguno. Por eso creo que todavía no se ha destapado el tarro de las esencias de ninguno y a ambos les queda mucho recorrido como futbolistas. Los dos están buscando su camino para llegar a esa meta que han alcanzado Benzema, Modric, Kroos o Vinicius desde la pasada temporada y es complicado que lleguen a ese destino fuera de la posición donde pueden explotar más sus características.
Algo similar le puede pasar a Camavinga, futbolista al que hay que precisarle una posición. El partido que hace ayer es descomunal, jugando perfecto en dos posiciones tan distintas como mediocentro y lateral izquierdo. Camavinga y Ceballos han abierto un debate razonable. Ahora mismo y solo ahora mismo Tchuameni, Kroos y Modric no son indiscutibles. A todo esto hay que sumarles que Benzema pasa por un mal momento, errático continuamente en pases o controles, que no hay delantero suplente, que Modric tuvo que jugar los 120 minutos porque no había más futbolistas del primer equipo con los que Ancelotti cuente, que Mendy está para que el Real Madrid ejecute la opción de compra ya por Fran García y que el lateral derecho es un central. Un pedazo de futbolista, pero que es central. Demasiados inconvenientes para que el Atlético de Madrid no aprovechara esta oportunidad.
Militao, el mejor del partido e indiscutiblemente uno de los mejores centrales del mundo, está sosteniendo a un equipo que está jugando muchos partidos y muchos minutos en el límite aunque también es cierto que el Real Madrid adora los partidos caóticos porque es el equipo que mejor se desenvuelve en el caos. Es digno de estudio. ¿Partido loco contra el Madrid? Date por muerto.