
Los proyectos para la instalación de parques eólicos marinos despiertan temor por las amenazas que suponen para las especies de aves y para las pesquerías.
Un mar de tendidos eólicos, y otro de siglas difíciles de entender
El Consejo de Ministros acaba de aprobar un plan de ordenación de las zonas marinas de especial importancia para el aprovechamiento eólico. Para ello identifica y delimita unos 5.000 kilómetros cuadrados de espacios marinos de alto potencial para la instalación de parques de "molinillos".
Los problemas comienzan al solaparse algunas de estas áreas con otras de alto valor ecológico y pesquero. La sombra de los molinos generadores se extiende no sólo por las costas sino incluso mar adentro, ya que muchos de los parques proyectados son flotantes, por ser muy profunda la plataforma submarina en la que resulta imposible asentarlos.
Hablamos fundamentalmente del llamado "Corredor atlántico", que se extiende por las costas gallegas con extensión a las asturianas. Dos veces al año estas costas se convierten en circuitos de paso y contrapaso de multitud de especies de aves, no sólo marinas, ya que muchas terrestres se desplazan por el mar, especialmente en sus trayectos nocturnos.
Las especies de la avifauna costera son poco conocidas por la población no experta en ornitología, sin embargo algunas de ellas figuran entre las más amenazadas de su clase. Algunas, como ciertas pardelas, se encuentran en peligro crítico.
Las amenazas para las aves derivadas de los parques de molinos eólicos no se limitan ya a las aves terrestres, como los buitres, las rapaces en general o los pájaros. A partir de las intenciones de potenciar los molinillos marinos, en su mayor parte flotantes, toda la avifauna se encuentra seriamente amenazada.
Para entender el complejo mundo de la planificación y la burocracia eólica hay que perderse en un verdadero mar de siglas: las Zaper son zonas de alto potencial para el desarrollo de tecnología eólica y muchas veces a ellas se enfrenta la gestión de las POEM, o planes de ordenación de la ecología marina. Como es natural las Zaper no deberían extenderse para incidir en la figura de protección que suponen las POEM, pero el riesgo de que los intereses de ambas entren en conflicto es evidente.
Si añadimos que algunas zaper entran en territorios declarados como Lic, que son zonas de alto interés biológico comunitario, o bien resultan peligrosamente fronterizos con ellos, comprendemos que la fuerte apuesta del Gobierno español y también el europeo por la instalación de parques eólicos marinos, implica evidentes riesgos ecológicos.
Indignación en los pescadores
Pero la reciente declaración de zaper en el corredor galaico-astur marino no sólo asusta a los ornitólogos: también los biólogos marinos, y sobre todo los pescadores, se muestran preocupados por no decir indignados. Se han producido ya las primeras manifestaciones por parte del sector pesquero.
Al ser la instalación de los futuros molinillos marinos fundamentalmente basada en la tecnología flotante, parece imprescindible estudiar de manera previa y concienzuda la influencia de tales artefactos en las pesquerías, sobre todo en las costeras, ante el peligro de que pueda resultar afectada su viabilidad tecnológica y económica.
También la ecología submarina podría recibir impactos negativos, ya que numerosas especies como las tortugas e invertebrados marinos podrían verse amenazadas en sus fondos cantábricos costeros.
Nuevos sacrificios al ídolo climático
Para el Gobierno español todo es válido en función de que se potencien las energías que resulten supuestamente no contaminantes y en este sentido no importa que nos lancemos a la implantación de tecnologías innovadoras con poca garantía de experiencia, como los parques costeros flotantes.
Ya sabemos que Europa se inclina también hacia esta línea política basada en las llamadas renovables, de manera que no es sencillo no ya detener sino incluso llamar a la reflexión antes de la construcción de polémicos parques eólicos, sean costeros, terrestres, o gigantescos de uno y otro tipo, pero hasta las ONG más recalcitrantes comienzan a mostrar su impotencia ante el rodillo ideológico.
A la prestigiosa SEO/BIRDLIFE, modelo de ONG ambiental, tiene que limitarse a "sugerir" o "reclamar" que se haga compatible la instalación de tecnología eólica marina con el respeto a la biodiversidad: bien saben que esto no es sencillo y en algunos casos ni siquiera posible.
La verdadera pregunta es: ¿merece la pena tanto sacrificio por evitar un riesgo nuclear tan poco claro y documentado cuando hablamos de tecnología nuclear de nuevas generaciones?
Y, en cualquier caso: suprimir la obligatoriedad de los estudios de impacto ambiental previos a la instalación de tecnologías para evitar el "cambio" climático", o como realmente debiera decirse "el supuesto cambio climático de origen antropogénico", es un verdadero dislate por el que nos veremos obligados a pagar un alto precio los ciudadanos.
Y algunos políticos, como nuestra Sra. Ministra de Transición Ecológica, sufrirán un importante desgaste en el futuro.
Miguel del Pino
Catedrático de Ciencias Naturales
