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EDITORIAL

El CIS de Tezanos y el campeón de las encuestas

En manos de este Gobierno, el CIS es organismo corrompido por los intereses particulares de Sánchez, el campeón de los barómetros.

Las extravagantes encuestas de José Félix Tezanos, el presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), serían muy divertidas si no fueran sufragadas con dinero público. Que son una herramienta al servicio del PSOE no admite duda. Sobrevuela sobre ellas la sombra de la malversación y una singular fórmula de falsedad documental, entre otras categorías penales. El CIS dispone de sobrados medios y a buen seguro que sus catas demoscópicas permiten obtener una instantánea muy precisa sobre la situación política de España, pero la excelente materia prima es masacrada en la cocina. Los datos que se hacen públicos tienen que ver con los intereses electorales del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y de su partido. En ningún caso con la realidad.

El barómetro de este mes sostiene que el PSOE aumenta su distancia sobre el PP a casi cinco puntos. Las expectativas socialistas engordan a pesar de las imágenes sobre las evoluciones sin camisa del Tito Berni en una reedición de los grandes clásicos de la corrupción al estilo del PSOE. Nada afecta al empuje electoral de los socialistas. Ni la inflación, ni el desempleo, ni la corrupción. Nada. Y en cuanto a leyes como la de la suelta de violadores, todo el desgaste sería asumido por el socio de coalición, Unidas Podemos, que pierde casi tres puntos, del 12,7% al 10%, y se coloca en cuarto lugar, por detrás de Vox, que gana una magra décima y se sitúa en el 10,1%.

El descalabro del PP es, según este último barómetro de Tezanos, de unas dimensiones preocupantes para Núñez Feijóo, pues pasa del 29,8% de febrero al 28% en marzo. En el panorama político de las últimas semanas no ha habido una sola circunstancia favorable al PSOE. Los alimentos han subido un 16%, han aflorado los parados ocultos de Yolanda Díaz, continúan los efectos de la ley del sí es sí en forma de excarcelaciones y rebajas de condenas y el partido de Sánchez chapotea en medio de escándalos de corrupción con Tito Berni y los hermanos Puig de Valencia, entre otros expedientes. Y aún así, el PSOE sube y el PP baja. Es la magia de Tezanos, un pasteleo cuyo único propósito es condicionar a la opinión pública y el tablero electoral con el único propósito de beneficiar al amo.

Ninguna empresa demoscópica privada de España coincide con el CIS. Ni de lejos. Y desde que Tezanos se hizo cargo de la entidad pública, ninguna de sus encuestas se ha aproximado a los resultados electorales en España. En manos de este Gobierno, el CIS es organismo corrompido por los intereses particulares de Sánchez, el campeón de los barómetros. Es un ejemplo, entre otros muchos, de la concepción totalitaria sobre los medios públicos del presidente del Gobierno. Una de las muchas anomalías antidemocráticas de su mandato que revelan un acusado y peligroso sesgo autoritario, así como un desprecio absoluto por las reglas de la democracia.

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