PP y Vox han hecho público este jueves el texto del acuerdo de cinco puntos al que han llegado para garantizar la investidura de Carlos Mazón como presidente de la Generalidad Valenciana y la inclusión en su ejecutivo de tres consejeros del partido de Santiago Abascal. Además, y esto es más importante, se ha publicado una relación de cincuenta medidas que serán el eje de la acción de gobierno de la coalición.
Hay que señalar que Valencia es una región clave en la política española y no sólo porque es la cuarta más poblada con cinco millones de habitantes o por su evidente importancia económica, sino sobre todo por su especial posición en el tablero de juego de las reivindicaciones separatistas: es uno de los territorios víctima del expansionismo catalanista y también uno de los lugares en los que se juega la determinante batalla política y cultural de la eliminación del español.
Es, en suma, uno de los sitios en los que más necesario es que el nuevo gobierno que sustituya al desastroso pacto de la izquierda y el separatismo vaya mucho más allá de la mera gestión y se dedique a la política en el mejor de los sentidos, asumiendo medidas difíciles y pensadas para el largo plazo y, sobre todo, la necesidad de una batalla cultural e ideológica para desmontar los mantras de la izquierda.
Y quizá de una forma sorprendente, al menos por la contundencia, el acuerdo entre populares y voxeros va con total claridad en esa dirección: las cincuenta medidas afrontan los grandes problemas políticos de la Comunidad Valenciana y de España y lo hacen de forma directa y sin ambages, desde la primera de ellas –"Defenderemos la unidad de España, la igualdad entre españoles y la riqueza y diversidad cultural"– a la que encabeza el apartado de "educación y lengua", que no puede ser más clara y directa: "Garantizaremos la libertad de educación, la libre elección de centro y la libre elección de la lengua de enseñanza entre las dos oficiales en todas las etapas educativas". Esta libertad de elección de lengua en la educación es, sin ninguna duda, la medida más importante y con mayor significado político que puede tomar el nuevo gobierno.
No es baladí que el primer bloque de medidas se recoja bajo el epígrafe "libertad", pero más allá de ello, hay una voluntad evidente de favorecer esa libertad, y un claro entendimiento de que en todo nuestro país, pero más aún allí, defenderla pasa también por defender a España. Algo que se ve también en la segunda de las propuestas del pacto: "Reivindicaremos la historia de España y de la Comunitat Valenciana y garantizaremos la libertad de memoria y el absoluto y pleno respeto a los derechos y libertades de todos".
Y no son las únicas medidas importantes de un pacto que también en lo económico va en una excelente dirección: fomento de la actividad empresarial, eliminación de los impuestos de donaciones y sucesiones, "reducción drástica del IRPF en todos sus tramos" en la senda que sin duda ha marcado Díaz Ayuso, protección del turismo y eliminación de la tasa turística…
Prácticamente todas las propuestas del pacto son positivas y están formuladas de una forma racional y razonable. Su potencia política es innegable y, si consiguen llevarlas a término, no sólo la Comunidad Valenciana sino que toda España va a experimentar un cambio radical… a mejor.
Ahora sólo queda que el excelente ejemplo que están dando Carlos Mazón y la dirección regional de Vox en Valencia cunda y podamos ver pactos así de valientes y acertados en otras regiones de España.