Menú

Patriotas de hojalata con pulsera

¿Por qué habrán aceptado la socialista Etxebarria, alcaldesa de Vitoria, o Collboni, de Barcelona, los votos de estos patriotas de hojalata?

¿Por qué habrán aceptado la socialista Etxebarria, alcaldesa de Vitoria, o Collboni, de Barcelona, los votos de estos patriotas de hojalata?
La nueva alcaldesa de Vitoria, la socialista Maider Etxebarria, posa con el bastón de mando del ayuntamiento. | Europapress

Con el voto favorable de los seis concejales del Partido Popular, la socialista Maider Etxebarria fue investida alcaldesa de Vitoria. La cabeza de lista popular, Ainhoa Domaica Goñi, lleva unas pulseras de perlitas y otra de color rosa, como la correa de su reloj, que se abrocha en su muñeca izquierda. Los restantes concejales del PP, con la excepción de Iñaki García Calvo, no llevan pulseras de esas que provocan alergia al Delegado del Gobierno en Madrid (que sigue sin dimitir). Con su decisión impidieron que los filoterroristas de EH Bildu, al ser la lista más votada, se hicieran con el Ayuntamiento de la capital del País Vasco.

En el Duranguesado, vivero de terroristas (Florencio Domínguez calcula en un 8% los miembros de ETA provenientes de esa zona guipuzcoana), el voto de Carlos García, un concejal heroico y solitario del Partido Popular, ("Si yo estoy aquí es porque no puede estar Jesús María Pedrosa", edil popular asesinado por ETA, afirmó García) desalojó a EH Bildu de la Alcaldía de Durango. La candidata del PNV ha sido la agraciada. Carlos García no lleva ninguna pulsera: una cintilla de colores desvaídos en su derecha.

Mikel Lezama, el candidato del PP a diputado general de Guipúzcoa, no solo no lleva pulsera con los colores patrios, sino que se fotografía con la camiseta de la Real Sociedad y se reconoce euskaldún como el que más. En su descargo, señalar que es monitor de esquí. Con los votos de los tres diputados forales populares, la peneuvista Eider Mendoza, que se confiesa "hondarribiarra nacida en Azpeitia" —a saber qué consecuencias tendrá tanta confusión toponímica—, fue proclamada Diputada General. Manejará un presupuesto de 1.129,4 millones de euros. Una morterada. Los votos populares fueron decisivos para evitar que EH Bildu y Elkarrekin Podemos controlasen la Diputación.

Días antes de esta votación, Joseba Egibar, presidente que lo será a título póstumo del PNV de Gipuzkoa (a cuyo lado "el joven Arenas" es un pipiolo) advirtió que "ni ha habido ni va a haber" un acuerdo político con el PP para la Diputación de Guipúzcoa y que los populares deberían "optar" por facilitar un gobierno foral de PNV y PSE o uno integrado por EH Bildu y E-Podemos". El PP apoyó a la peneuvista y en justa correspondencia el PNV pactó con Bildu las alcaldías de Laguardia en Álava y Tafalla en Navarra, localidades en las que el PP y UPN habían sido la lista más votada. Los jeltzales son gente de palabra.

En octubre de 2010, en un mitin en Málaga, el entonces ministro de Fomento y vicesecretario general del PSOE, José Blanco, afirmaba que "cuando más lo necesitaba España los partidos nacionalistas han tenido más sentido de Estado y han sido más patriotas con el interés general de España que los patriotillas de hojalata del PP". El dirigente socialista hacía esta afirmación cuatro meses después de que el presidente de la Generalitat, José Montilla, hubiese convocado la manifestación que abrió la puerta al proceso separatista catalán: "El Tribunal Constitucional está lamentablemente desacreditado y moralmente deslegitimado". Fueron las primeras palabras pronunciadas por Montilla tras conocerse la sentencia que corregía los extravíos del Estatuto de Cataluña.

Trece años después de ese reconocimiento de Pepe Blanco al nacionalismo frente a los "patriotas de hojalata", que vaya usted a saber lo que quiere decir, y consecuente con la deriva del PSOE, el Delegado del Gobierno en Madrid amplió la gratitud socialista a los bilduetarras y a los golpistas de ERC: "han hecho más por los españoles que todos los patrioteros de pulsera". Al delegado le había puesto en suerte un espídico (de café) y vehemente Zapatero en su defensa del derecho de los terroristas a participar en política y lo democráticos y oportunos que son los pactos del PSOE con ellos.

La afrenta pública a las víctimas de ETA se leyó delante del ministro del Interior y el de la Presidencia. Ambos, con su silencio, son participes de la ignominia.

¿Por qué habrán aceptado la socialista Maider Etxebarria, alcaldesa de Vitoria, o Jaume Collboni, de Barcelona, los votos de estos patriotas de hojalata? ¿Será porque no llevan una cinta con la bandera de España? Mañana oirán ustedes a los dirigentes socialistas hablar de la deslealtad del PP.

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal