No creemos que haya muchos votantes de Vox en las islas Baleares contrariados por el hecho de que este partido haya renunciado a conformar gobierno con el PP si tienen presente que esta renuncia es a cambio de un acuerdo de investidura de la popular Marga Prohens que incluye numerosas medidas que tienen como ejes principales la libertad lingüística, la bajada de impuestos o la lucha contra la inmigración ilegal. Es cierto que este acuerdo permitirá, gracias a la abstención de Vox, un gobierno autonómico en solitario del PP que contrasta con el acuerdo de gobierno alcanzado en la Comunidad Valenciana, donde los de Abascal si podrán dirigir algunas consejerías. No es menos cierto, sin embargo, que la posición relativa de ambas formaciones es distinta en ambas comunidades: mientras en la Comunidad Valenciana el PSOE y la izquierda nacionalista superaba en escaños al PP de Mazón, en Baleares el PP ha obtenido mas escaños que todos los que tienen juntos socialistas y nacionalistas, por lo que únicamente requería la abstención de Vox.
Téngase en cuenta, además, que Vox también ha alcanzado un acuerdo con las direcciones del Partido Popular de Mallorca y con el Partido Popular de Menorca para apoyar a sus respectivos candidatos a los Consejos insulares, entrando con carteras, que se designarán próximamente, de acuerdo con las prioridades políticas de ambas formaciones, los gobiernos de ambos consejos. Además, se creará una comisión de seguimiento que se reunirá periódicamente para evaluar el grado de cumplimiento y ejecución de cada una de las medidas pactadas y revisará las acciones legislativas previstas por el Gobierno Balear antes del inicio de su tramitación.
Así las cosas, y siempre que se cumpla lo acordado, lo decisivo es que en Baleares se va a producir algo mucho más importante que un simple cambio de siglas en el gobierno autonómico como es un profundo cambio de políticas: frente a las coactivas imposiciones pancatalanistas del PSOE y sus aliados separatistas, libertad lingüística; frente a la asfixiante regulación y voracidad fiscal de la izquierda, liberalización y reducción de impuestos; frente a las delirantes trabas a la economía, en general, y al turismo, en particular, de la izquierda, apuesta por la creación de riqueza y por las ventajas comparativas que Baleares puede desarrollar.
A este respecto, conviene advertir, sin embargo, que la creación de una Oficina de Garantía de la Libertad Lingüística no debe quedar reducida a una mera pulsión burocrática más, sino ser expresión de una autentica, ágil y efectiva libertad de elección de los padres a la hora de elegir la "lengua vehicular" que quieren para sus hijos.
Aun así, lo decisivo de este acuerdo de investidura alcanzado por PP y Vox es que satisface, al igual que el acuerdo de gobierno conseguido en la Comunidad Valenciana, las principales demandas de sus respectivos electorados y que constituye un auténtico cambio de política como el que no siempre se ha producido —empezando por Baleares— cuando el cambio se ha limitado a las siglas.