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Yolanda, el referéndum y Rufián

A Sánchez no es que le vayan a subir la tarifa ERC y Bildu, es que Sumar ha empeñado la palabra de su cabeza de cartel en el referéndum separatista.

A Sánchez no es que le vayan a subir la tarifa ERC y Bildu, es que Sumar ha empeñado la palabra de su cabeza de cartel en el referéndum separatista.
Yolanda Díaz. | EFE

Yolanda Díaz está en modo desesperado. Sus expectativas son malas pero no tanto como para pasearse por las puertas de los colegios enseñando talones de veinte mil pavos. Acaba de comenzar la campaña y la candidata de Sumar ha sacado ya el comodín del soborno universal a partir de los quintos del 2000 y el de matar al mensajero y cerrar medios críticos. Y por si no era suficiente con esos dos huevos duros, ha prometido en el diario del conde de Godó una "consulta" en Cataluña para el año que viene sobre un "acuerdo político" que se alcance en la "mesa de diálogo".

Es evidente que Yolanda Díaz prefiere decir consulta que referéndum. Es lo que tienen los eufemismos. Para qué hablar de fornicio, coyunda, ayuntamiento o cópula si se puede hablar de "hacer el amor". Total, que Díaz promete un referéndum de autodeterminación en Cataluña que viene a ser como un todo o nada en plan ruleta rusa. A Sánchez ya no es que le vayan a subir la tarifa en ERC y Bildu, es que Sumar ha empeñado la palabra de su cabeza de cartel en el referéndum separatista para el próximo año.

De Díaz y de Sumar se ha extendido la especie de que es la marca blanca del PSOE, el café de los muy cafeteros. Pero aunque Sánchez no contemple en su discurso público un referéndum de autodeterminación en Cataluña, tal referéndum está ahora mismo en el número uno de la lista de asuntos en los que el presidente podría "cambiar de opinión" sin mentir en el caso de resultar reelegido.

Hasta en un "todo a cien" como son las campañas electorales resultan sorprendentes las promesas y propuestas de Díaz. Bien es verdad que todavía le queda el vasto espectro de las políticas de género y el de los exorcismos contra el gran capital, Amancio Ortega y El Turronero. En cualquier caso, la teoría sobre la marca blanca del PSOE compite con la de que Yolanda Díaz está firmando cheques en blanco de un talonario sin fondos porque no confía en el arrastre de Sánchez. A saber. Hablamos de la heredera de Pablo Iglesias que no se habla con Pablo Iglesias. La historia de los piolets.

Sólo hay un político más incalificable que Díaz en estos momentos. Es Rufián, que acaba de declarar que un Gobierno de Feijóo con el de Desokupa en el Ministerio de Vivienda y Bertín Osborne presentando las noticias rebajará las pensiones, eliminará el derecho de huelga, aumentará la jornada laboral hasta cincuenta horas semanales y meterá en la cárcel a los golpistas indultados.

Díaz y Rufián, que entre ellos se llevan a matar, caen fenomenal en los medios aunque representen lo más siniestro de la política incluyendo a Otegi.

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