El hecho de que el Ejecutivo de Pedro Sánchez sea el único gobierno del llamado "mundo libre" que tiene como sostén parlamentario a una formación filoterrorista como Bildu es algo tan silenciado por la mayor parte de los medios de comunicación como el hecho de que sea también el único Ejecutivo europeo que cogobierna con formaciones comunistas, o que tiene como socios parlamentarios a formaciones separatistas implicadas en un golpe de Estado contra el ordenamiento constitucional.
Esta anomalía democrática, tan infame como ocultada, y a la que también se suma el reciente hecho de que el gobierno español se haya convertido en el único gobierno occidental con ministros renuentes a condenar el terrorismo antisemita, debe ser denunciado incesantemente; más aún en unos momentos en los que nuestros compañeros del diario El Mundo han desvelado nuevas informaciones sobre los secuestros y el intento de asesinato en el que está implicado Arnaldo Otegi Mondragón, quien, no por nada, lidera la formación filoterrorista Bildu con la que los pistoleros de ETA se jactaron en julio de 2011 de haber "ganado la batalla de la ilegalización" y formación con la que Sánchez ya ha cerrado un acuerdo de investidura.
Y es que, según se desprende de las diligencias de la Policía Nacional y la Guardia Civil respecto a la etapa en la que formaba parte del "brazo armado" de la banda (1977-1987), el actual dirigente del brazo político de ETA está implicado en un total de 9 secuestros y en dar la orden para asesinar a Juan de Dios Noval, político perteneciente a la UDC, además de haber participado en diversos atracos y un asalto a mano armada.
Es cierto que, por alguno de esos secuestros Otegi ya fue condenado —como es el caso del secuestro de Luis Abaitua—, y en otros fue absuelto, como fue el caso del secuestro del "padre" de la Constitución Gabriel Cisneros o el diputado de la UCD Javier Rupérez, a quien ahora se ha sabido —según confesión de otro etarra— que Otegui presuntamente ordenó "ajusticiar" si surgía algún inconveniente durante su rapto. Sin embargo, de los otros seis secuestros consumados o en grado de tentativa y en, al menos, un asesinato, no ha sido investigada la participación de Otegi, a pesar de haber sido implicado por otros miembros de la banda.
Así las cosas, es de toda lógica que la asociación Dignidad y Justicia que preside Daniel Portero haya denunciado ante la Fiscalía de la Audiencia Nacional los 6 secuestros y el intento de asesinato que fueron atribuidos al líder de Bildu y que no fueron investigados judicialmente "en atención a que, desde las instituciones europeas, se recomienda a las autoridades judiciales españolas la investigación de los crímenes cometidos por la organización terrorista ETA en sus más de cincuenta años de historia, sin entrar a valorar con carácter previo, si los mismos están prescritos o no".
El tiempo dirá qué recorrido tiene esta denuncia contra un proetarra al que el presidente Sánchez, tanto como su antecesor, Jose Luis Rodriguez Zapatero, no se ha cansado de blanquear como "hombre de paz" y como representante político con el que es legítimo llegar acuerdos. Más aun, si esta denuncia va dirigida a la Fiscalía, organismo fuertemente jerarquizado y dependiente de un gobierno que necesita —sí o sí— el apoyo de los proetarras para evitar una repetición electoral.
Aun así, hace bien la Asociación Dignidad y Justicia en presentar esta denuncia, aunque sólo sea para denunciar la indignidad de este gobierno; aunque solo sea para no olvidar lo inolvidable; aunque sólo sea para no normalizar lo infamante.