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Pablo Planas

Sánchez y Puigdemont, el abrazo

Ya sólo cabe poner negro sobre blanco las condiciones de la rendición. De la rendición de España, claro está.

Ya sólo cabe poner negro sobre blanco las condiciones de la rendición. De la rendición de España, claro está.
Santos Cerdán con Carles Puigdemont, en Bruselas. | Dailymotion

Vistos los últimos pasos de Pedro Sánchez para retener el poder, sólo falta que acuda a recibir a Carles Puigdemont a la frontera en cuanto el expresidente de la Generalidad decida poner los pies en España para darle un abrazo fraternal. Del tono de su discurso ante los prebostes de su partido y de la carta enviada a los militantes puede inferirse que Sánchez ya ha hablado con Puigdemont, que ambos han llegado a un acuerdo y que ya sólo cabe poner negro sobre blanco las condiciones de la rendición. De la rendición de España, claro está. Eso sí, Sánchez prometió hace un tiempo que traería a Puigdemont de vuelta y lo va a cumplir. Aunque no será para comparecer ante la Justicia. Ni mucho menos esposado o en calidad de detenido flanqueado por dos agentes del orden. No. Puigdemont volverá como quiera y cuando quiera porque no habrá jueces en este país capaces de doblegar la voluntad de Sánchez.

Cabrán recursos y toda clase de maniobras para dilatar lo inevitable, pero la escena ya está preparada. La "reconciliación", el "reencuentro" y demás milongas retóricas serán el contexto de una humillación sin precedentes para la Justicia y para los ciudadanos que creen en las leyes, cumplen las leyes y se atienen a las leyes votadas por todos. Puigdemont jamás pedirá perdón como no lo hicieron sus compañeros indultados. Nunca mostrará el más leve signo de arrepentimiento. Ni siquiera un poco de humildad que suavice el trágala. Aunque pueda no parecerlo, es un hombre con suerte. Cuando todo parecía perdido para él, cuando iba perdiendo notoriedad a ojos vista, cuando su partido caía en picado en las elecciones y cuando nada hacía presagiar una victoria en los tribunales europeos, las necesidades de Sánchez le han otorgado un triunfo definitivo y terminal.

¿En el interés de España?, dice Sánchez. En el interés de España los dos grandes partidos tendrían que haber forjado un pacto para impedir que los partidos separatistas hagan y deshagan a su antojo. En el interés de España se debería haber impedido que Puigdemont pudiera presentarse a las elecciones europeas. En el interés de España se debería haber obligado a los partidos independentistas a renunciar a mecanismos no democráticos so pena de ilegalización. En el interés de España se deberían haber hecho tantas cosas que no se han hecho que resulta indigesto y triste que alguien se ponga ese nombre en los labios para justificar lo injustificable y así poder seguir en el poder.

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