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Pedro Gil Ruiz

Expedición del Grupo Militar de Montaña al Campo de Hielo Sur (V)

Vientos de más de 100 km/h, sensación térmica de 40 bajo cero y copiosas nevadas que obligan a salir en plena noche a "palear las tiendas".

Vientos de más de 100 km/h, sensación térmica de 40 bajo cero y copiosas nevadas que obligan a salir en plena noche a "palear las tiendas".

Los expedicionarios del Grupo Militar de Alta Montaña español y de la Compañía Andina Divisionaria N20 "Cochrane" chilena, siguen ‘clavados’ a las puertas del Campo de Hielo Sur. Las condiciones se complican. Vientos de más de 100 km/h, sensación térmica de 40 bajo cero y copiosas nevadas que obligan a salir en plena noche a "palear las tiendas". A evitar que colapsen.

Pese a que las comunicaciones se restringen al máximo, el coronel Ayora, sobre las 21h peninsular (16h chilena), me envía su informe de situación. Un par de mensaje de voz de treinta segundos, suficientes para que los lectores de Libertad Digital sepan de nuestros compatriotas y de sus compañeros chilenos. De las fatigas que están soportando. Tienen una conexión limitada, diez minutos al día con el teléfono satélite.

"De momento nos hemos movido dos días, un total de 40 km. La primera salida fue hacia Nunatak, queríamos reconocer la ruta hacia el Campo de Hielo. En la segunda, rodeamos el Cordón Pirámide para, en caso de necesidad, tener visto el movimiento hacia el refugio García Soto". Esos 40 km despejan la cabeza y activan el organismo. Factores ambos que en una situación de espera son esenciales, unidos al trabajo de construir muros de nieve para proteger las tiendas. Hay que mantenerse activos. Si el cuerpo no se mueve, no se agota, no descansa. No calientas la pluma del saco de dormir. Te quedas pasmado.

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¿Mi coronel, dónde estáis durmiendo? "Todos en tiendas. El campamento está muy bien construido. Hemos aprovechado los escasos momentos de calma para levantar los muros que ves en las fotos. Una de las tiendas estaba un poco más expuesta, se ha trasladado y ya están todas juntas". Por la noche hay que prevenir que no las entierre la nieve. Toca salir con la pala. Que sensación cuando vuelves al saco después de palear a 30º bajo cero. Lo mejor de la noche.

"Las estructuras metálicas chirrían, se ‘quejan’, aunque han aguantado" confirma Ayora. En el refugio de supervivencia se ha instalado un pequeño núcleo de transmisiones, la enfermería y el material de filmación.

El profesor Javier del Valle, me envía copia del parte meteorológico: "Se confirma la primera predicción: condiciones extremas el 14 con vientos en torno a 100 km/h, sensación térmica de -40º. Las nevadas con ventiscas van a ser constantes hasta el día 18, especialmente intensas el 14 y el 16. El día 19 se atisba una ventana de relativo buen tiempo, con vientos entre 20 y 30 km/h, sin nevadas o muy débiles a última hora. La temperatura estará en torno a -14º y la sensación térmica algo por debajo de -20º". Jornadas para la esperanza.

"Es importante y más por la presión en la toma de decisiones, ir viendo día a día las actualizaciones". Así es, cuando estás parado, encerrado en una tienda, las predicciones, sean malas o alentadoras, estimulan la conversación, el contraste de pareceres, aunque es el jefe de la expedición el que tiene la última palabra. El coronel Ayora confía en que del 19 al 22 o 23 máximo, se puedan intentar algunos de los objetivos. El 24 de noviembre es la fecha marcada para ser extraídos de la zona.

Luis Miguel López Soriano es un cámara de altura, además de inseparable compañero de Carlos Soria. Antes de partir hacia el Campo de Hielo Sur, le pedí que explicase a los lectores las características del material fotográfico que lleva y las dificultades de su trabajo en situaciones de frío extremo.

El 26 de octubre Luis estaba en Nepal, regresaba el 27 y el 28 salía con los militares del GMAM hacia Chile. Para más emoción y paliza, cancelaron el vuelo en Dubái y tuvo que desplazarse a Abudabí en autobús, para coger un avión y llegar a tiempo a Madrid. Durante su viaje a Santiago de Chile me envío un pequeño texto que tiene el valor, no solo de su interés, también el de cumplir con la palabra dada. "Hola Pedro! Te mando un pequeño texto, espero que te sirva…". Se lo agradezco.

Luis se dedica profesionalmente, desde hace casi treinta años, al mundo audiovisual y la fotografía. Es un privilegiado que disfruta de su oficio y su gran pasión por la montaña y la naturaleza. Ha trabajado en zonas de gran altitud y frío intenso: Himalaya, Karakórum, Ártico, Antártida. Y ha grabado en la misma cima de ochomiles como el Annapurna o el K2.

"Las principales dificultades con las que me encuentro son las derivadas de trabajar en condiciones adversas y un clima extremo, sometido a una actividad física muy intensa. Así que la elección del equipo es fundamental". Luís lleva lo mínimo, manteniendo la máxima calidad posible. "Hay que saber gestionar y proteger baterías y equipos electrónicos, hacer frente a las bajas temperaturas, el viento, las tormentas. Al mismo tiempo que dosificar tu propio esfuerzo. Debes asegurar dos cosas: tu trabajo y tu seguridad".

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"Una de las claves, insiste Luís, es ser capaz de optimizar al máximo el trabajo con la cámara. Visualizar las tomas más adecuadas e interesantes, anticipándome a la propia acción. Los ‘disparos’ deben ser muy selectivos. Tienes que evitar malgastar los recursos energéticos del equipo y los tuyos".

Me intereso por el equipo que lleva en esta expedición. "Siempre una cámara ligera para altura. Que ofrezca todas las opciones de una cámara profesional, tanto para fotografía como vídeo, bien sellada y protegida para aguantar los rigores del clima. En el Campo Base y las rutas de aproximación, el equipo es un poco más pesado. En mi caso trabajo con Lumix, ya que soy embajador de la marca. En concreto aquí tengo una GH6 para altura y una S1H (full frame) para Campo Base. Y siempre una cámara de acción colgada del cuello con un cordino (una cuerda delgada que se utiliza en alpinismo), para no perder ningún detalle y disparar rápidamente. Por último, microfonía ligera, para no descuidar el audio y, por supuesto, el dron, imprescindible". Ahora solo toca esperar que el tiempo acompañe.

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