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Pablo Planas

El día que Sánchez visitó Barcelona con un paraguas antibalas

¿Si tienen tan claro que no cometieron ningún delito de terrorismo, a cuenta de qué esa obsesión por incluir el terrorismo en la ley de amnistía?

¿Si tienen tan claro que no cometieron ningún delito de terrorismo, a cuenta de qué esa obsesión por incluir el terrorismo en la ley de amnistía?
Un cordón de ciudadanos se ha colocado entre la policía y los manifestantes que se han concentrado en la plaza de Urquinaona. | EFE

¿Si tienen tan claro que no cometieron ningún delito de terrorismo, a cuenta de qué esa obsesión por incluir el terrorismo en la ley de amnistía? ¿Y el Gobierno? ¿Es que no se cansa de hacer el ridículo? O sea que ahora hay un terrorismo que no implica "violaciones graves de los derechos humanos". Qué cosas. Eso de la amnistía para Puigdemont, Marta Rovira y los ya indultados parece autoría de Pepe Gotera. Nos lo vendieron como una especie de Capilla Sixtina de la técnica legislativa, la primera ley que se declaraba constitucional a sí misma, ejemplo esférico de precisión jurídica, rigor académico, tiento y tino de la incardinación entre la oportunidad política y la ocasión histórica y va y resulta que los mismos que la presentaron la enmiendan.

Pero el caso es el terrorismo, eso de que exista una clase de terrorismo que no merezca reproche penal porque sus efectos no son una violación grave de los derechos humanos. Como se dice ahora, ¿peeeerdona? El terrorismo es terrorismo y si es terrorismo, es terrorismo. Y el tema lo han sacado ellos. En la proposición de ley original escribían que la amnistía amparaba a los acusados de terrorismo siempre que no hubiera sentencia firme. Y sentencia en firme no hay ni en el caso del Tsunami ni en el de los CDR acusados de terrorismo en la Audiencia Nacional. Por no haber no hay ni fecha para esos juicios. Sin embargo, les pareció a los impulsores de la amnistía que la trampa de la sentencia firme era una ñapa insostenible. Y tienen razón. Pero es que lo del terrorismo "light", terrorismo "bueno" o terrorismo ¿informativo? es una chapuza todavía más gorda.

Los mismos que consideraban "terrorismo machista" los cánticos soeces de un grupo de estudiantes de un colegio mayor entienden que no se puede hablar de terrorismo en el caso de los ataques que arruinaron la vida a varios policías. O que asaltar un aeropuerto (es decir, asaltar un aeropuerto) no es terrorismo. Ahí falleció un ciudadano francés a causa de un infarto. Los independentistas dicen que fue mala suerte, que le puede pasar a cualquiera. Pues claro. Y de los policías comentan que a lo mejor resultaron heridos por el "fuego amigo" en un intento de asalto a una comisaría de la que, por otra parte, se sienten muy orgullosos. La batalla de Urquinaona le llaman.

Es curioso. A Puigdemont y compañía, la actuación policial del 1 de octubre de 2017 les pareció el episodio más violento registrado en Europa desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. El ataque más grande contra población civil por parte de un Estado, llegaron a decir. Como lo leen. Hasta hay referentes morales del independentismo que se oponen a la amnistía porque podría beneficiar a los policías implicados en los hechos de aquel día.

Sin embargo, herir de extrema gravedad a varios policías, realizar seguimientos de posibles víctimas, hacer pruebas con explosivos, planear la toma del 'Parlament' y tal pues no es nada, chorradas. ¿Terrorismo? Pero hombre, por favor, por quién nos ha tomado. Que se lo pregunten al propio Pedro Sánchez. Él mismo realizó un viaje sorpresa a Barcelona una semana después de los disturbios convocados por el Tsunami Democràtic en respuesta a la sentencia del Tribunal Supremo sobre el golpe de Estado.

Octubre de 2019. El presidente del Gobierno visita la Jefatura Superior de Policía de la Vía Layetana de Barcelona y dos hospitales, San Pablo y Sagrado Corazón, donde están ingresados los agentes de la Policía Nacional heridos mientras trataban de contener a la masa separatista que pretendía asaltar el edificio. Al menos dos de ellos quedaron rotos físicamente para los restos. Miles de sujetos alentados por los partidos y organizaciones separatistas gritan enervados contra él, su sanchidad. Las cámaras captan a uno de sus escoltas con un subfusil entre manos. Otro guardaespaldas lleva un maletín desplegable antibalas, una especie de parapeto que puede proteger a varias personas. Hasta un paraguas blindado luce la guardia de Sánchez. La prensa del día 22 de octubre de 2019 habla de las medidas de seguridad de la Moncloa frente al Tsunami catalán. ¿Terrorismo, qué es terrorismo dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul?

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