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Pablo Planas

Sánchez y Puente, Moreno y Monchito

Que Puente aspire a liderar el PSOE no es más que la secuencia lógica de la deriva del partido en los últimos cuarenta años.

Que Puente aspire a liderar el PSOE no es más que la secuencia lógica de la deriva del partido en los últimos cuarenta años.
Sánchez felicita a Puente. | EFE

Pedir la dimisión del ministro Óscar Puente es un error. Al contrario, hay que darle su sitio y prestar atención a lo que dice. De este personaje se van a escribir libros. Más que de Sánchez y Zapatero seguramente. Ahora mismo es el portavoz del presidente Sánchez y la encarnación más depurada del "pensamiento" socialista del momento. Y en su desempeño va a degüello, sin cuartel ni prisioneros. Antes de llegar a Milei, Puente ha insultado a más de media España en un tono y de un modo que han causado sorpresa hasta en ese fumadero de basuco que es X, antes Twitter.

Sánchez anuncia una "operación limpieza" contra los bulos al tiempo que su ministro de exabruptos y transportes extiende la especie de que el presidente argentino se droga. Jugada maestra. El bulo perfecto ¿Fango? Eso es como decir que Puente es un maleducado. La máquina produce heces. La sobreactuación de Sánchez en relación a las actividades de su señora, Begoña Gómez, resulta cada vez más sospechosa. ¿De verdad va a cargarse Sánchez a jueces y medios mientras Óscar Puente le declara la guerra a los argentinos? Decir que Milei toma es de primero de bulos. Cosas peores le han dicho en Argentina, se "excusa" una portavoz del PSOE. Además, que Puente estaba en un "ambiente distendido". ¿Cómo? ¿"Ambiente distendido"? ¿Que si quiero o que si tengo?

Puente sonó fuerte en la crisis de los cinco días para líder del PSOE tras la presidencia accidental de María Jesús Montero. Y que Puente esté llamado a grandes gestas no es un bulo aunque lo parezca. De ahí la gran dificultad de distinguir entre el grano y la paja. Que Puente se atreva con Milei es de una osadía temeraria. La ambición del exalcalde de Valladolid es ilimitada y a Sánchez le gusta el punto "cuidado conmigo que estoy muy loco" del que hace gala el campeón tuitero del PSOE. Síganle en X si les deja. Procuren no llevarle la contraria y no serán bloqueados. Rufián se ha quedado en nada.

Bien pensado, que Puente aspire a liderar el PSOE no es más que la secuencia lógica de la deriva del partido en los últimos cuarenta años. Es de suponer que la militancia al corriente de pago está preparada para todo después de haberse manifestado a las puertas de Ferraz a favor de que se quedara Sánchez, de que le sustituyera María José Montero y de que Puente fuera el heredero. Y todo a la vez. Que la alternativa socialista a Sánchez sea Puente es el último gran truco del marido de Begoña. Sánchez y Puente, Moreno y Monchito.

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