Menú
Javier Somalo

Begoña, mi Ley

La B del BOE es en realidad de Begoña porque ella es Oficial y es del Estado, cuando no el Estado en sí mismo.

La B del BOE es en realidad de Begoña porque ella es Oficial y es del Estado, cuando no el Estado en sí mismo.
Pedro Sánchez y Begoña Gómez. | Europa Press

No tiene trono pero presume de reina y se cree más que el rey. Es el marido de Begoña, nada menos. La ley.

Begoña valió cinco días de silencio, mentiras, fingimiento y absentismo de un presidente del Gobierno del reino de España. Ahora Begoña requiere disculpas nacionales. De la prensa, de la empresa, de la política y hasta de Argentina. Begoña desagraviada. La B del BOE es en realidad de Begoña porque ella es Oficial y es del Estado, cuando no el Estado en sí mismo.

Es poder ejecutivo, legislativo y judicial. Es ley de leyes, institución suprema digna de preservar. Es todo eso y más. Pero necesita abogado porque su manera de hacer o facilitar negocios es, como poco, irregular y compromete nada menos que a España. El "caso Begoña" existe, mal que le pese a la pareja, y se está investigando con todas las garantías que ofrece lo que queda de un Estado de Derecho.

Juan Carlos Peinado, el juez que ha admitido a trámite la querella contra la esposa del presidente, ha denunciado ya las "frecuentes e inusuales visitas" del fiscal del caso al juzgado. Ya intentaron desacreditar al juez por distintas vías. Primero lo acusaron de "colaborar" con la APM, como si eso fuera un delito, y después investigaron su entorno hasta encontrar a una hija concejala del PP en un ayuntamiento madrileño.

La SER vio en todo ello motivos más que suficientes para inhabilitarlo. Pero lo obsceno y mafioso de la maniobra no surtió efecto y Sánchez parece que ha optado por su estrategia favorita, la que denunciábamos aquí la semana pasada: el "pues ya está". Y el fiscal se ha plantado en el juzgado para seguir de cerca el asunto del jefe.

Así es nuestro presidente: tan pronto se esconde a ensayar pucheros como le dice a la presidenta del Congreso que calle ya a Feijóo o azuza a los fiscales siervos a mordisquear la toga del juez molesto.

El fango argentino

Pedro Sánchez sabe envolverse en bombas de humo para desaparecer de la escena cuando vienen mal dadas. Hasta ahora le ha funcionado porque además cuenta con la involuntaria ayuda de Vox y su política de doble oposición: la necesaria contra Gobierno y la inexplicable contra el PP. Pero su "máquina del fango" escupe ya en sentido contrario y lo de Argentina le ha puesto perdido el trajecito. La historia viene de lejos.

En 2019 Sánchez felicitó al peronista Alberto Fernández: "Que la victoria de Alberto Fernández sea el triunfo y el impulso del pueblo argentino".

Pero en 2023, no tuvo ni una palabra para Javier Milei, vencedor en las elecciones: "Tras las elecciones presidenciales, en las que los argentinos se pronunciaron democráticamente, España continuará impulsando la relación con Argentina en favor del bienestar y la prosperidad de nuestros pueblos, tanto en el plano bilateral como en los ámbitos iberoamericano y multilateral".

De hecho, en un alarde de imprudencia diplomática muy típica del torpe PSOE zapateril, el presidente español se había alineado durante la campaña con Sergio Massa que, al decir de Sánchez, "representa la tolerancia y el diálogo frente a la estridencia (de Milei)". El apoyo fue expreso y oficial: "Querido Sergio, te envío todo mi apoyo desde España y mis más sinceros deseos de éxito para las próximas elecciones del 19 de noviembre. Suerte y a ganar".

Massa se lo agradeció públicamente y hasta lo subió a su canal de vídeo en YouTube. Y arrasó Milei.

Un presidente del Gobierno que mantiene relaciones bilaterales lógicas con un país no debería decantarse por un candidato en unas elecciones de ese país. Pero Sánchez, y sólo él, cree ciegamente en su infalibilidad y da por hechas cosas que luego, con demasiada frecuencia, se le tuercen. Iba a ganar Massa…

A todo esto llegó el ministro de arrabales, el putosiervo de Pedro, el que descarrila como sus trenes, y soltó que Javier Milei, un presidente votado masivamente en su país, es un drogadicto. Esto no es como cuando el comisario bolivariano Juan Carlos Monedero aspiraba por la nariz al hablar de Albert Rivera, que ya fue grave. Ahora es un ministro diciendo que un mandatario extranjero consume droga. Ahí debió acabar la aventura del tabernario vallisoletano, pero con este gobierno lo que en cualquier país civilizado sería causa de cese se convierte en mérito.

Puente no está solo: otra ministra, y además vicepresidenta, Yolanda Díaz, ha dado otro pasito diplomático más para España asumiendo como propio un lema terrorista de Hamas: "Palestina será libre desde el río hasta el mar". Su probada incompetencia intelectual no puede ser aportada como eximente así que España va camino de ganarse a pulso un cambio de aliados: Irán, Cuba, Venezuela… y Hamas, encantada con el antisemitismo criminal de echar a los judíos al mar, que no es otra cosa lo que significa la frasecita de la vicepresidenta perdedora y probablemente lectora de las solapas de Los Protocolos de los sabios de Sion.

Lo importante de todo lo que está pasando, además de los datos de corrupción que vayan saliendo del catálogo socialista, es que Pedro Sánchez ha convertido un asunto personal en política de Estado y ha puesto las instituciones a su servicio pensando que así se librará de rendir cuentas. Y como nos ha acostumbrado a sus mentiras tenemos pleno derecho a dudar de todo, también de que esté "profundamente enamorado" de Begoña. Así que, como siempre, Narciso sólo llora y pelea por él.

Es Pedro Sánchez el que debe presentar disculpas a Milei después de destituir al ministro que lo calumnió para boicotear su visita a España.

El portazo de Alcalá


España no puede estar más tiempo en manos de los Sánchez-Gómez, peores ya que los Kirchner. Su presencia y todo lo que rodea su permanencia es malo para todos los españoles, incluidos los votantes y militantes socialistas. El bloqueo personal al que ha llegado no puede seguir dañando las instituciones que ya agonizan por sus caprichos autoritarios. El presidente está aislado, incapacitado para el gobierno y ya no puede aprobar leyes, salvo la que le exigen los golpistas si quiere seguir vivo.

Nos queda la esperanza de que Pedro y Xavi unan sus destinos. El del Barça fingió que se iba pero se quedó y al final lo han echado. A ver si terminan pareciéndose del todo. El domingo a las 12.00, en la Puerta de Alcalá, podemos ayudar un poco. El portazo tiene que oírse hasta en Buenos Aires, pero el juez, que siga investigando el caso Begoña.

Temas

En España

    Servicios

    • Radarbot
    • Biblia Ilustrada
    • Libro