Todos los casos de corrupción descubiertos por la prensa, sobre todo la digital y de ahí el odio de Sánchez, llevan a la Moncloa. Al principio, y eso explica lo aparentemente deslavazado de la denuncia de Manos Limpias, basada en informaciones de prensa, aunque todas contrastadas y veraces, parecían tramas de corrupción distintas, con personajes diferentes y cuya relación con el Gobierno parecía episódica, aunque no superficial. El caso Delcy y las cuarenta maletas, el caso Koldo y las millonarias estafas de material sanitario en la pandemia, el caso Barrabés y las dos cartas de recomendación de Begoña, y el caso del rescate de Air Europa, que son los cuatro más llamativos y, salvo el primero, todos muy recientes, no aparecían conectados entre sí. Y, sin embargo, lo están, ¡y de qué forma!
Las pantallas académicas de Begosánchez
Apenas llegado al Poder Sánchez, mediante una sentencia corrupta urdida por De Prada y su íntimo Garzón, que la explicó, manipulada, en la Sexta a los diez minutos de hacerse pública, y que fue corregida cuando ya era tarde, por la propia Justicia, Begoña Gómez hizo unas declaraciones en El País manifestando que iba a dejar su actividad profesional, irrelevante, en una empresa de marketing llamada pomposamente Task Force, o sea, las fuerzas de tarea y combate en primera línea del ejército norteamericano. La cualificación profesional de la esposa del presidente del Gobierno, que no pasó del bachillerato pese a la fortuna de su padre, dueño de varias saunas y puticlubs en toda España, era un diploma sin valor académico en un centro sin homologar, de los que se sacan en un cursillo por unos cientos de euros.
Sin embargo, la supuesta renuncia a un empleo poco cualificado en favor de una actividad caritativa o solidaria, ocultaba algo muy distinto y que podría definirse como una empresa de captación de fondos de dinero público, mediante la relación privilegiada de Gómez con el Gobierno de su marido y bajo el paraguas de una organización de apariencia neutra a cuya sombra florecen grandes negocios: la Organización Mundial de Turismo.
Antes hubo que dar alguna apariencia de solvencia a la actividad de Begoña, ya que su marido debía dedicarse a gobernarnos, y se hizo por partida doble: creándole una pantalla prestigiosa en el Instituto de Empresa, el Africa Center, creado en exclusiva para ella, aunque no financiada por la escuela de negocios, sino por Globalia, el grupo de Air Europa, a través de Wakalua, creada también en exclusiva para Begoña. Su dueño, Javier Hidalgo conocía a Begoña y su marido antes de llegar éste al poder. Esa relación personal tal vez venía de Begoña y la mujer de Cueto, el dueño de la empresa Soluciones de Gestión, que, de la mano del Gobierno, a través del número dos de Sánchez, Ábalos, y su mano derecha Koldo, aparece en el negocio del material sanitario del Covid 19 con su empresa Soluciones de Gestión, pese a un escándalo previo por el que fue procesado en Angola.
La segunda pantalla académica de Begoña, paralela al Africa Center, es la Cátedra de Transformación Social Sostenible, creada por otro amigo personal del matrimonio, Barrabés, al que conocieron esquiando en Cerler, en el pueblo oscense de Benasque, donde la familia Barrabés tenía una tienda de alpargatas, que más tarde amplió a material deportivo que vendía por Internet, algo inevitable en aquellos bellos parajes casi incomunicados. Pero eso le permite a Barrabés presumir de pionero en el e-commerce, al tiempo que trabaja en la Universidad Complutense. Pero a Begosánchez (como Brangelina, son, al menos en apariencia, una pareja indisoluble) le queda pequeña la venta por Internet y le hace ilusión ser catedrática. Sin haber pasado del bachillerato, es normal. Y Barrabés se la crea y le hace el programa de cursos para que pueda presumir de sabiduría académica. Tras filtrarse el titulazo, se titula "catedrática adjunta" o "adjunta a la cátedra". Una buena tarjeta de presentación para sus negocios como bego.fundraiser. Este es el nombre que adopta en la red, y que, sin duda, define… a los dos.
El regalo de Sánchez a la OMT y la mafia política Madrid-Caracas
Ayer publicaba LD un artículo explosivo sobre esta carpa de la OMT que alberga el circo de comisiones, coimas, lavados y recauchutados de los favores políticos que empezamos a llamar Caso Delcy en Barajas, rebrotó como Caso Koldo-Abalos y es la punta del iceberg del Caso Begosánchez. A él me remito, y a los programas de Carlos Cuesta en YouTube en los que se explica más detalladamente el Big Bang de la corrupción sanchista. Lo esencial es que va apareciendo un iceberg del que todos estos casos son sólo puntas y grietas visibles. Y el iceberg, el helado cuerpo del delito es, inequívocamente, la Moncloa. Nada de lo que ha hecho Begoña hubiera sido posible sin Sánchez. Todo lo que han hecho los ministros de Sánchez han contado por fuerza con su respaldo. Los episodios primeros, el belén de la corrupción sanchista, es inequívocamente bolivariano. Y el FITUR de 2020 es probablemente el punto en que se unen tramas de lavado de dinero ligadas al gobierno de Maduro, con mafias iberoamericanas de México y la República Dominicana que ocultan las fortunas de distinguidos socialistas.
De Popolisvhili a Delcy, Plasencia, Aldama, Brizuela y Giménez Ochoa
Como Sánchez, a diferencia de Zapatero, que siempre aparece en todos los sucios tinglados del Cartel de Puebla, no había sido nunca nada, y llegó a la Moncloa sin pasar por algún ministerio poblado de contactos, su entrada, vía Begoña, en las tramas delictivas anteriores, a caballo entre el Madrid de Zapatero y la Caracas de Maduro y la embajada de los Morodo, puede seguirse prácticamente desde el origen. Sánchez le regala a la OMT un suntuoso edificio en la castellana, y su jefe, el georgiano Zurab Pololikashvilii, le corresponde facilitando a Begoña los contactos necesarios en África para negociar inversiones, siempre con dinero público, generalmente español. El caso de Ghana, desgranado en Libertad Digital, es un ejemplo y no aislado.
El más importante, aparte de los del Africa Negra, vía OMT, es la relación de Begoña con APD Maroc, la patronal oficial de Marruecos, la primera con la que entabla una relación desde el Africa Center que no han explicado en qué consiste, con qué dinero, de dónde viene ni adónde va. Lo más llamativo de las actividades de Begosánchez, cuya cima es el rescate de Globalia, es que son "materia reservada". No han explicado cuánto ha ganado Begoña en lo que su marido denomina actividad profesional, nada de caridades, y por tanto, lucrativa, con beneficios que nadie nos explica.
Ni siquiera sabemos cuánto dinero llegó a Air Europa y cuánto se quedó en el camino para pagar intermediaciones o coimas. Sabemos que a Aldama le pagaba el 5% del rescate de los 200 millones de dólares que le adeudaba el gobierno venezolano. Es razonable. Pero ¿cuánto consideraría Globalia, o sea, Air Europa, que valía el rescate completo de la compañía por más de mil millones de euros? ¿El 10%? ¿100 millones de euros? ¿Y dónde se pagó esa comisión, que, no ligada al Gobierno, sería legítima?
El blanqueo de dinero, del turismo al hampa
Ahí entramos en el fondo de la trama, la del blanqueo del dinero conseguido con favores políticos. Ayer publicó Vozpópuli un artículo modélico de Mercedes Serraller e Isaac Blasco en esa autopista, más que línea de investigación sobre la mafia Madrid-Caracas. El contacto de los miembros de la trama de las mascarillas, que son los mismos de la noche de Delcy y sus maletas, se produce a la luz del día, en FITUR, en Madrid y en el aniversario de la OMT. Son las vísperas del encierro de la pandemia y el origen del negocio del material sanitario. Hay fotos sobre el encuentro del hampa bolivariana, el séquito de Delcy que, fuera de la lista de la DEA, se quedó y se vio con Begoña: el ministro Plasencia, el intermediario y agente de seguridad Brizuela y Giménez Ochoa, ex-PEDVESA y presidente de la federación de fútbol, tan amigo de Aldama que hasta le vendió un jugador.
Los más difícil del narcotráfico es qué hacer con el dinero negro. Lo más difícil del dinero sucio de la política es blanquearlo. Pero se hace igual y, generalmente, los mismos. El narcotráfico venezolano tiene una larga experiencia, casi tres décadas, en blanquear u ocultar dinero, en paraísos fiscales occidentales, los más apetecidos, aunque, como demuestra el caso Odebrecht, rastreables por la Interpol, o en simas comunistas como Cuba.
Pero lo más apreciado es el que en un país no comunista tiene una empresa de importación y exportación que le permite mover grandes sumas con apariencia de legalidad. Según el citado artículo de Vozpópuli, ese sería el caso de Brizuela, con una clínica, Pronalab, en la República Dominicana, y, según los servicios de los USA, contactos en Miami y, sobre todo, con la mafia rumana del estado de Quintana Róo, en México Las zonas turísticas tienen un atractivo especial para atraer el gangsterismo internacional, por el mucho dinero negro, de las drogas a la prostitución, que allí se mueve.
Ninguno de estos escándalos habrían sido posibles sin Sánchez
Todos esos contactos, los de Begoña con Air Europa y Barrabés, los del Gobierno socialcomunista con el régimen venezolano o los del PSOE con el Cartel de los Soles tienen una cosa en común: Pedro Sánchez. Sin él, ni su familia, ni su partido, ni su gobierno habrían entablado, apenas llegó al Poder, esos contactos delictivos y delictuosos que ya está investigando la Justicia. Por eso el Fangoso recurre a la máquina del fango: para hablar de lo que no puede explicar. O para amenazar, como sus amigos de Caracas, a los periodistas, los jueces y la Oposición. Pero, por mucho que rebuzne, o himple, según tenga el día asnal o de hiena, lo que cada vez está más claro es que todos los caminos de todas las corrupciones, llevan a la Moncloa.