La decisión de Vox de romper los gobiernos autonómicos con el PP es una muestra más de la incomprensible deriva de la formación que preside Santiago Abascal. Tras abandonar en Europa el grupo de la italiana Meloni para formar parte del grupo pro Putin de Orban (en el que también se encuentran los independentistas flamencos que dan cobertura al golpista Puigdemont), ahora rompen con el PP por el reparto de los llamados "menas", los menores no acompañados, lo que constituye una excusa sin el más mínimo sentido. Una cosa es oponerse a la inmigración ilegal, plantear medidas para impedir que las costas españolas se conviertan en un coladero y evitar el efecto llamada y otra muy diferente destruir los gobiernos autonómicos de coalición porque el PP asume que la situación en Canarias es insostenible y se debe ser solidario con quienes sufren en primer lugar el impacto de la inmigración ilegal.
No hay ningún documento, acuerdo, pacto o compromiso firmado entre el PP y Vox que haga alusión a los menas o la política migratoria, razón por la que todos los argumentos procedentes del partido de Abascal son falacias e infundios, subterfugios que pretenden justificar una ruptura incomprensible, salvo que los de Vox quieran dar carta de naturaleza a una delirante alianza con Pedro Sánchez en contra del PP. Los gobiernos regionales de coalición están funcionando más que razonablemente, aplicando políticas que desmontan años de falso progresismo y enfrentamientos y mostrando que se pueden administrar esas autonomías con rigor, austeridad y en beneficio de toda la ciudadanía, no sólo de la que vota a los partidos de izquierda.
Vox se sitúa así en la misma posición que los separatistas catalanes y que el gobierno de la Generalidad que se niega a aceptar menores inmigrantes. Resulta sumamente singular que quien más presume de patriotismo coincida con las tesis de Puigdemont, Marta Rovira y Pere Aragonès. Si tan patriotas son deberían tener en cuenta que las Canarias también son España y que no se puede permitir que por insolidaridad colapsen los servicios sociales de las islas mientras en la península hay recursos y plazas para acoger a esos menores.
¿Qué consigue Vox negándose a ese reparto? ¿En qué beneficia a España romper los gobiernos autonómicos con el PP? ¿Qué harán los dirigentes del partido de Abascal a partir de ahora, facilitar las mociones de la izquierda para tumbar al PP? Hace mucho tiempo que en Vox se han confundido de adversario, pero nunca como hasta ahora se habían empecinado tanto en el error. Un error que puede ser el principio del fin de un partido incomprensiblemente sumido en una insólita deriva.