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Agapito Maestre

España casi derrotada

¿Qué ha hecho la Oposición para detener este asesinato en los últimos siete años? Este es el gran asunto…

¿Qué ha hecho la Oposición para detener este asesinato en los últimos siete años? Este es el gran asunto…
Salvador Illa, Pedro Sánchez y José Luis Rodríguez Zapatero. | EFE

Que Sánchez rompería España, o lo que haga falta, para quedarse en el poder, era previsible. Los socialistas y comunistas son así. Llegan al poder, manipulando los mecanismos democráticos, y es casi imposible sacarlos por las vías constitucionales, entre otros motivos, porque ellos se encargan de transformarlos en mecanismos dictatoriales. En España la izquierda siempre fue pionera en estas manipulaciones. El ejemplo máximo fue la Segunda República. Los hombres más inteligentes de España ser percataron enseguida del asunto y se desmarcaron inmediatamente de lo que ellos trajeron. Ahí tienen los ejemplos de Unamuno y Ortega. La izquierda llegó al poder en el 31 por una vía rara, sí, unas elecciones municipales, y se fueron después de provocar una guerra, mientras tanto en el 34 dieron un golpe de Estado muy parecido a lo que está pasando actualmente. Por lo tanto, nadie se haga de nuevas, porque nada hay nuevo bajo el sol español respecto a la izquierda española. Es tan totalitaria como su patrón de medida: el marxismo y el comunismo. El marxismo nunca supo qué es la democracia y el comunismo, en cualquiera de sus versiones, es la persecución de la división de poderes y, sobre todo, la persecución de la Sociedad Civil. Nadie se extrañe del pacto entre el gobierno de Sánchez y los separatistas para poner a Illa, un perseguidor de la nación española, en el gobierno de la Generalidad de Cataluña.

Hace tiempo que España está al borde del abismo. Difícil y complicada salida tendremos de esto, entre otras razones, porque estamos ante la consumación de un largo proceso, iniciado en 1985 o quizá antes, pero cuyo punto de inflexión, o cómo se diga, se alcanzó en el año 2004, cuando los terroristas pusieron en el poder a un tipo llamado Rodríguez Zapatero, hoy portavoz internacional del comunismo de Maduro. Después de Rodríguez Zapatero, llegó Rajoy, un personaje patético de la política española, nadie ha tenido más votos que él y nadie los ha desperdiciado a tanta velocidad. Este señor de Galicia fue, sin duda alguna, un don Nadie de la democracia, junto a personajes atrabiliarios como su vicepresidenta y gente de ese jaez, que entregaron el poder sin hacer apenas Oposición a un aventurero de la política, que ya sólo le falta entregar al rey de Marruecos Canarias, Ceuta y Melilla para que las cosas estén saldadas con el terrorismo internacional comunista. Sánchez, sí, es la consumación de un largo camino hacia la destrucción de España. Nadie pierda el tiempo mostrando su indignación por el pacto entre Sánchez y los separatistas. Nadie malgaste su vida haciéndose de nuevas porque todas las instituciones del Estado estén en poder de gente que sólo cree en la nación española para llevarse la soldada a fin de mes. Nadie trate de entender a Sánchez y los separatistas, porque su único objetivo es la destrucción de España.

Pocas salidas, sí, le veo a esto, mientras se empecine en seguir preferentemente la vía jurídica contra Sánchez. Pero, lejos de lo que quisiera el Gobierno de Sánchez y los separatistas, a saber, dejarnos sin esperanza alguna, yo creo que todavía hay una puerta, sin duda alguna, estrecha para salir del enredo sanchista. En primer lugar, la rebelión de sus barones contra el pacto entre PSOE y los separatistas pudiera ser viable. En segundo lugar, recen a Dios, o cada uno a su santo preferido, para que la justicia española logre empitonar a Sánchez tanto por los negocios raros de su esposa con fuerzas educativas (Universidad Complutense) y económicas (Barrabés es Consejero del Banco de Santander) como por las obscuras maniobras tributarias de su hermano. Tampoco debemos descartar que sus barones también se le rebelen por la magnitud creciente que está adquiriendo el caso Koldo y las dificultades de aplicar la amnistía. No todo está perdido. Y, además, todavía nos queda una salida: calle, calle y calle. Claro que eso requiere de la ayuda de la Oposición. Y no la veo demasiado preocupada por esa labor. Naturalmente, mientras la triste Oposición siga combatiendo el crimen contra la unidad de España por una vía que nada tiene que ver con la política, la judicial, esto seguirá más o menos igual. Está bien el camino jurídico, pero la política no puede reducirse a eso.

En fin, quien no se haya enterado de la última maniobra sanchista, lea el acuerdo entre PSOE y ERC para saber que Cataluña se separa de España y, además, el resto de los españoles pagamos la secesión y la Seguridad Social. Y, sobre todo, es necesario leerlo para que nadie se llame a engaño: España es una nación casi muerta. ¿Qué ha hecho la Oposición para detener este asesinato en los últimos siete años? Este es el gran asunto…

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