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Agapito Maestre

Un verano socialista

¡Vivan las caenas! España en verano es una maravilla. Sol, playa y Sánchez en la Mareta riéndose del mundo.

¡Vivan las caenas! España en verano es una maravilla. Sol, playa y Sánchez en la Mareta riéndose del mundo.
Pedro Sánchez durante sus vacaciones en Doñana en 2018. | Cordon Press

El verano es la estación preferida por el régimen político de Sánchez, a todas luces una dictadura casi de corte comisarial, encubierta en formas parlamentarias, para imponer sus dictados más terroríficos. Si el año pasado fue la convocatoria de unas amañadas elecciones generales el 23 de julio, este agosto ha sido darle cobertura institucional a un mesogobierno regional en rebeldía, presidido por su correligionario Salvador Illa, un tipo sin conciencia moral que jura o promete en vano por las "instituciones nacionales de Cataluña" (inexistentes) ante un banderín catalán que tiene tanto valor como una bandera pirata. A pesar de algunas disfunciones "menores", como una ley de amnistía que le ha dado el tiro de gracia a la pobre democracia española, la dictadura comisarial de los socialistas y los separatistas funciona razonablemente bien, porque está protegida por una decadente Unión Europea y un gentío de vacaciones que no quiere oír hablar de problemas". Los ministros son bastos, muy toscos, pero le sirven al jefe de la banda.

Enfrente están algunos medios de comunicación y la mayoría de los jueces españoles. Persisten en la defensa de la democracia. No es poco. La Oposición, o sea el PP y VOX, hace como que hace, pero, en realidad, está demostrando con creces su ineptitud para detener a un gobierno peor que golpista. No digo yo que no lo intente. ¡Sólo faltaba! Mantengo que son poco eficaces. O sea, no valen para hacer política. Ni los jefes de esos partidos se frecuentan. Más bien, se ignoran. Bobos. O peor, entran a todos los trapos que les pone por delante el jefe de la banda socialista; y, cuando tienen que embestir por derecho a uno de verdad, se aculan en tablas como los mansos, ejemplo al canto: el mesogobierno de Cataluña se declara en rebeldía y el resto de comunidades autónomas mira para otro lado. Eso sí, cómo olvidarme, Feijóo da una vocecita de alarma y declara que se reunirán en septiembre para estudiar la cosa. Da vergüenza.

Sí, hombre, la Oposición carece de imaginación, inteligencia y valor para conformar una alternativa política a un gobierno, reitero, peor, mucho peor, que golpista, porque los dictadores reprimen a todos los ciudadanos por igual, pero en el caso de Sánchez ha hecho un distingo: que paguen al separatismo vasco y catalán los esclavos españoles… La gente buena intuye que estamos en el abismo. No hay una sola institución política que no esté cuestionada, pero la Oposición sigue actuando como si la solución estuviera detrás de la esquina, en unas próximas elecciones. Sigue a cuesta con la urna y el motor de explosión. Majaderos. Defiendan lo único que les da entidad: España como nación. Ese capital en manos de la derecha parece poco menos que inexistente. Queda reducida a una pulserita con la bandera de España.

Y, luego, están los listos, los famosos intelectuales españoles, que no dejan de contarnos que la democracia se caerá (sic) por las narrativas guerra-civilistas de Sánchez, que si patatín y patatán… Les cuesta reconocer que esto está muerto. Son más cursis que las películas de Almódovar. Nunca se atreverán a decir lo obvio: esto es una basura de régimen político. La democracia está en almoneda. La coalición socialista y separatista ha impuesto una dictadura que funciona a pedir de boca del dictador. Tiene un parlamento que lo respalda, una televisión que lo aclama diariamente y millones de españoles atracados de cañas y con las barrigas llenas de comida rápida. ¡Vivan las caenas! España en verano es una maravilla. Sol, playa y Sánchez en la Mareta riéndose del mundo.

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