Aunque la inmensa mayoría de los mexicanos tengan apellidos de origen español; aunque hablen en español; aunque profesen la religión que los españoles propagaran en América y aunque tengan una noción de los derechos humanos que los mexicanos deben, ciertamente, a esa civilización cristiana que los españoles llevaron a dicho continente, ni España, ni su Rey son culpables de que los mexicanos hayan elegido como nueva presidenta de su país a Claudia Sheinbaum; tampoco de que esta quiera mostrar el mismo grado de ignorancia y de estupidez que su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, hasta el punto de vetar la presencia de Felipe VI en el acto de toma de posesión nada menos que por "no haber pedido disculpas" por la conquista llevada a cabo hace cinco siglos.
Ya es patético que la nueva presidenta de México ignore y desprecie tanto como su antecesor el inmenso legado dejado por los españoles en América –en el que se incluye la creación del propio Estado Mexicano—, pero lo que sigue resultando delirante es que también finja ignorar que aquellos conquistadores no son antepasados de los españoles sino de los mexicanos.
Menos mal que esta mezcla de estupidez, ignorancia histórica y simple falta del sentido del ridículo que destila el veto al Rey de España, y que ha llevado la denigrante y falsa leyenda negra contra nuestro país a sus más insultantes y esperpénticos extremos, ha sido afortunadamente bien respondida por el gobierno de España, que ha calificado este veto de "inaceptable" y ha anunciado que no enviará ninguna representación oficial. Aun así, no faltan quienes, con razón, reclaman a Sánchez una reacción diplomática más contundente.
Lo que es evidente es que la estupidez, la ignorancia y la falta del sentido de ridículo no es patrimonio exclusivo de López Obrador o de Claudia Sheinbaum, como bien han querido dejar en evidencia los comunistas españoles de Sumar (socio de gobierno) o sus aliados proetarras de Bildu. Así, el dirigente de Sumar, que a su vez es miembro de la Mesa del Congreso, Gerardo Pisarello, ha anunciado que acudirá a México, junto a la exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que ya se encuentra en el país, como también lo hará el diputado bilduetarra, Jon Iñarritu.
Pero de esta estupidez que no conoce fronteras ni Historia tampoco tienen culpa los antepasados españoles de los mexicanos, ni el actual Rey de España.

