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Son percepciones

Hay quien dice que en realidad todo es una cuestión de percepción, culpa de determinados medios y sujetos, que son la verdadera amenaza de la democracia.

Hay quien dice que en realidad todo es una cuestión de percepción, culpa de determinados medios y sujetos, que son la verdadera amenaza de la democracia.
La periodista Silvia Intxaurrondo. | TVE

Se extiende una sensación de incertidumbre y podredumbre. Pareciera que las instituciones democráticas van mutando hacia una especie de secta en comunión con asociaciones de malhechores que se proponen fijar el pensamiento, controlar y censurar la opinión, saquear en nombre del interés general y hasta dictar leyes para sí mismas. Pero hay quien dice que en realidad todo es una cuestión de percepción, culpa de determinados medios y sujetos, que son la amenaza de la democracia, y que en verdad todo está en orden.

Son ya muchas cosas atribuidas a la percepción, me parece.

Hay un caso interesante. No sabemos si es cuestión de percepción, pero algo no va bien en la guerra de Ucrania. Hace dos años nos dijeron que aquello acabaría rápido por el colapso de Rusia, que se arruinaría económicamente al no poder, entre otras cosas, vender hidrocarburos y verse los oligarcas rodeados por las sanciones europeas. Nada ha ido como se dijo.

En el otro conflicto actual, el de Israel con los terroristas de Hamás, Hizbollah e Irán, no sé si también es una cuestión de percepción, pero quienes viven bajo la amenaza de cohetes y túneles diseñados para asesinar, son tratados generalmente como verdugos por defenderse y quienes sistemáticamente han pretendido, pretenden y pretenderán el exterminio del pueblo judío, como víctimas. Tengo, no sé si la percepción, de que a diario se informa siempre en una misma dirección, desde Gaza y Líbano, pero casi nunca desde Tel Aviv.

Luego está la percepción de que algo va mal con el sistema electoral estadounidense y la eventual adulteración de los resultados el próximo noviembre. Si usted lo piensa, lo dice o manifiesta, le van a dedicar un exorcismo, le van a ocultar lo que está sucediendo en los Estados clave en los próximos comicios y le van a decir que hay un problema de percepción creado por los medios afines a la ultra mega turbo derecha. Uno tiene la percepción de que todo vale contra el candidato republicano y que el fin establecido justifica cualquier medio. Vamos, que habrá que hacer de la necesidad virtud, como en España.

Y no olvidemos, por último, el problema de percepción que tenemos los españoles y muchos otros europeos con la violencia vinculada a la inmigración ilegal. A pesar de los datos, incluidos los oficiales, las noticias que ya no se pueden ocultar y lo que ven nuestros ojos a diario, pareciera que se trata de eso, de un problema de percepción.

Recuerdo cuando nos explicaban en la facultad de derecho que si alguien cometía un crimen debíamos entender que habíamos fallado todos como sociedad y que en cierto modo todos éramos responsables. Yo tenía serias dudas sobre aquello que se nos decía y también otra percepción. No terminaba de ver que yo hubiera hecho nada que pudiera conectarse con el crimen, no veía, por así decirlo, aquella colectivización del crimen o la conducta antisocial. Ahora me pregunto, además, en qué habremos fallado como sociedad cuando el crimen lo comete un recién llegado de tierras lejanas, o no tan lejanas, y qué explicaciones se pueden dar al respecto.

Tengo por tanto la percepción de que lo que en verdad impera es aquello de Orwell llevado al cine en la cinta 1984 a cerca de ley de la gravedad y el partido. En efecto, "la ley de la gravedad es una tontería. Tal ley no existe. Si yo creo que floto y tú crees que yo floto, entonces floto. Ya tienes la fuerza Winston, ya tienes al partido, tú eres el partido, ya eres de los nuestros, uno de los elegidos".

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