La sombra de Cuba es alargada. La frenética actividad de la Isla caribeña en la geopolítica internacional va mucha más allá de su tamaño y de su peso económico. Los cubanos luchan por sobrevivir en un contexto en el que carecen de lo más básico. El país se apaga consecuencia de una crisis energética que ha dejado sumida en la oscuridad la mitad de la Isla. Y, sobre todo, se vacía tras perder en dos años casi el 18% de su población.
Y sin embargo el papel de Cuba en los conflictos internacionales no disminuye, sino que aumenta. Ya sabemos que la dictadura que rige los destinos de la Isla desde hace 65 años es responsable de la tortura y represión en Venezuela; que trascendió la existencia de soldados cubanos luchando en el frente de Ucrania a las órdenes de Putin; que entre las revelaciones Wikileaks supimos que el grupo terrorista libanés Hezbollah tendría una base operativa para apoyar ataques terroristas en región o que China habría instalado supuestas bases de espionaje para espiar a Estados Unidos.
La dictadura cubana no representa ya más que un trampantojo para esconder una incesante y creciente actividad criminal. El régimen, como los mercenarios, no le importa mancharse las manos siempre y cuando haya alguien que le subsidie su siempre malograda economía. Tras la caída de la generosa ayuda de la Unión Soviética, la crisis del petróleo venezolano y la negativa de China a pagar la fiesta todo indica a que Cuba está mirando a México con voracidad.
No es una novedad. Según el Instituto de Energía de la Universidad de Texas durante los años del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, México se convirtió en uno de los principales suministradores de petróleo a Cuba. Un total de 200 millones de euros que, sin embargo, la dictadura nunca pagó. Además, AMLO pagó al régimen cubano más de 24 millones de dólares como contraprestación por el envío de miles de médicos.
La semana pasada, la ONG Prisoners Defenders reveló lo que era un secreto a voces: que un porcentaje importante de los supuestos médicos enviados por Cuba en realidad eran militares. El modelo recuerda mucho a Venezuela, donde el régimen cubano envío decenas de miles de médicos, maestros y entrenadores deportivos a labores de asistencia social cuando en realidad fueron penetrando para la dictadura todos los espacios posibles.
Las primeras semanas de Claudia Sheinbaum al frente de la Presidencia de México confirman que la complicidad con Cuba irá en aumento. Unos días antes de su toma de posesión como presidenta, el periodista y escritor cubano radicado en México, Rubén Cortés, afirmaba que "La Habana tutela y monitorea el diseño, la estructura y la ejecución del desmantelamiento de la democracia en México".
Claudia Sheinbaum ya había anticipado que los médicos cubanos continuarían en México. El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel viajó a la capital mexicana dos días antes de la investidura. En el aeropuerto, al pie de la escalerilla del avión, le recibió David Kershenobich, secretario de Salud del Gobierno mexicano. Un claro presagio.
En estos días, se ha publicado que el Gobierno de Claudia Sheinbaum estaría preparando una línea de crédito de hasta 20.000 millones de dólares sin intereses destinados a la rehabilitación del sistema eléctrico y tras los apagones, México ya ha adelantado su ofrecimiento de ayuda.
Esta historia la hemos vivido antes. En Venezuela, y no acaba bien. La sombra de Cuba es alargada y ahora también se cierne sobre México. Ahora es tiempo de defenderse.