No hay nadie a los mandos. La nave del Gobierno es una locomotora sin maquinista y sin frenos. De entre los que rodean a Pedro Sánchez no hay quien tenga valor para decirle el ridículo que está haciendo con la emisión de su serie en El País. Qué bochorno y qué puñalada trapera, un gol por toda la escuadra. No se da cuenta de que las televisiones que se negaron a emitir eso le estaban haciendo un favor.
El día a día del Gobierno es un capítulo de Aterriza como puedas en el que constantemente se está al borde de la catástrofe. La manifiesta incompetencia de algunos ministros es una invitación al desastre. Un personaje como Óscar Puente no puede ser el último responsable del tráfico ferroviario de este país porque hay una altísima probabilidad de que el experimento acabe en tragedia. Puente está bien para insultar en X, pero es francamente temerario otorgarle ninguna responsabilidad y menos aún de cosas que impliquen transporte, pasajeros y mercancías.
El problema viene de lejos y de Ábalos concretamente, el mismo Ábalos de Koldo, el de Santos Cerdán, ese Ábalos número dos del "1", el ministro plenipotenciario y secretario de organización del PSOE, el de Delcy y sus cuarenta maletas, el de Aldama, Barrabés y Barrabás. Tampoco Bolaños es una joya y María Jesús Montero no está pasando por su mejor momento claramente. Qué decir de Albares y Marlaska o de Pilar Alegría. Y así hasta 23, que se dice pronto. Todos ellos de lo peor en lo suyo o lo siguiente.
En el frente judicial las noticias son si cabe peores para Sánchez y sus mariachis. Lo de su hermano se complica, lo de su señora tampoco va bien. A Ábalos ya le han pedido la matrícula en el Supremo y todas las pruebas conducen hacia esa especie de ala oeste entre Temu y Aliexpress que es la Moncloa de los Sánchez-Gómez. Un auténtico desastre, en el top de la vergüenza ajena.
Sánchez está acorralado y esta vez no puede decir que en peores plazas ha toreado. Se le está poniendo cara de imputado. Normal. En su círculo íntimo están todos imputados. La corrupción es más contagiosa que el coronavirus.